Guía para cuidar a tu Osito Polar ↪ ChanBaek

13. Pueden vivir como personas normales

La relación amo-hibrido se fue perdiendo en los días que siguieron. Chanyeol permanecía más tiempo del debido en la oficina o saliendo en una que otra cita esporádica con Jennie mientras que Baekhyun había comenzado a asistir a diferentes lugares en diversas citas con su ahora novio.

A pesar del enorme cariño que le tenía, la mano de Kasper picaba sobre la suya, no era una sensación que le agita el corazón como debía de ser según le había contado Chaeyoung. Ahora esta era pareja de Dahyun, luego de que ambas crecieran un poco más, la rubia terminó por declarársele a su amiga, causando la sorpresa de todos ellos y terminando en bromas y preguntas a Kyungsoo de cuando aceptaría finalmente a Jongin a lo que solo había respondido un seco "nunca".

Estaba próximo a dejar la escuela, no sabía cuánto le costaría crecer hasta estancarse y finalmente tener unos estudios acordes a su edad, pero esperaba que fuera el suficiente para que sus amigos tambien crecieran y vinieran con él.

—¿Sucede algo, Baek? Te noto algo disperso. —preguntó su pareja, acariciando la mejilla del hibrido antes de dejar un beso allí, recibiendo un suspiro a modo de respuesta.

—Estaba pensando en Chanyeol. Creo que ya no me quiere en nuestra casa, me siento una molestia y estoy seguro de que solo me acepta allí porque siente la responsabilidad de hacerlo por haberme adoptado. —Mencionó con frustración el chico, jugando con sus dedos antes de pasarse las manos por el cabello en un signo de molestia. — No sé si me enfurece mas que ya no me quiera o que no tenga los huevos puestos para decírmelo finalmente.

—Se que no llevamos demasiado tiempo juntos, pero podrías evaluar la idea de venir a vivir conmigo si quieres, claro. O sino puedo darte lugar por un tiempo hasta que seas mayor, sin verlo como una pareja, Baek. No me parece sano que estés viviendo en un ambiente donde no quieren que estés y donde te dañas a ti mismo. —el chico tomó su mano, haciendo sentir algo nervioso al osito antes de que dejara un beso en su sien. — Míralo como algo sin compromiso, piénsalo y dime si quieres hacerlo. ¿Sí?

El camino a casa con Kasper fue un poco incomodo debe admitir. Se mantuvo pensando en aquella propuesta, pero considerándola de verdad al ya no tener a Chanyeol como antes.

Ambos se mantuvieron frente a la puerta, observándose un momento antes de que al mayor se le tiñeran las mejillas.

—Se que no te agradan mucho las muestras de cariño, pero de verdad tengo ganas de hacer esto.

Los dedos del chico tomaron el mentón del hibrido y acercó sus bocas, regalándole un beso que le supo al chocolate que habían compartido hacia minutos. Los labios de Kasper se movían suavemente sobre los de Baekhyun y este reaccionó lo mejor que pudo en un inocente y torpe corresponder hasta que una falsa tos los detuvo.

Ambos se separaron repentinamente y observaron al imponente hombre junto a ellos. Chanyeol se encontraba en el marco de la puerta, observándolos de un modo amenazante. Kasper se despidió algo cohibido con un pequeño gesto de su cabeza, prometiendo verlo mañana al salir del trabajo y Baekhyun solo se mantuvo como antes. Su mirada fija en Chanyeol, en la camisa semi abierta de este y lo bien que le quedaban aquellos pantalones ajustados. Sus ojos se encendieron mientras lo recorría, centrándose en su cabello revuelto y aquellos esponjosos labios que poseía su dueño. Era jodidamente perfecto.

—¿Vas a quedarte ahí o piensas pasar?

El tono de voz tan tosco del hombre lo devolvió a la realidad y el más bajo solo se adentró en el lugar, ignorando la mirada enfurecida de este por sus actitudes. Oyó la puerta cerrarse y antes de comenzar a escuchar las típicas quejas de su dueño como habían ocurrido todos aquellos días soltó la bomba sin pensarlo dos veces.

—Me iré a vivir con Kasper, Chanyeol.

Un silencio sepulcral invadió la habitación antes de oír un golpe contra la pared de parte del chico detrás suyo. Dispuesto a enfrentarlo se dio la vuelta, buscando responder con dignidad a la lluvia de maldiciones que le vendrían encima pero no esperaba ver a su dueño con los ojos absolutamente empañados y una que otra lagrima cayendo de estos.

—Chanyeol...

—Vete si eso quieres. Si no quieres ser más mi hibrido puedes tomar tu propio camino, pero no vuelvas a buscarme, Baekhyun. Ve, eres libre y casi mayor de edad, no voy a retenerte si lo que quieres es eso.

Algo dentro de Baekhyun se rompió, pero antes de poder responder con algún tipo de consuelo el hombre se alejó de él, dejándolo completamente solo.

Entre lágrimas Baekhyun preparó una pequeña valija. A pesar de aun sentir que era una tontería no podía quedarse, solo se hacían daño entre ellos mismos todo el tiempo. Ya no se soportaban y el corazón del menor no podría seguir enfrentándose al dolor que las miradas desaprobatorias y un dueño ignorándolo le provocaban. Baekhyun estaba enamorándose de Chanyeol y lo aceptaba, pero debía contrarrestar eso y quizás vivir con Kasper haría todo más fácil. Podría continuar con su vida y olvidar que alguna vez tuvo un dueño como el alto, aunque sería difícil, jamás podría sacar de su mente y menos aquellos momentos cuando era pequeño y se sentia el sol de la vida del gigante. Cuando cada una de sus sonrisitas hacían aplaudir al alto, cuando este dormía a su lado o lo consolaba de las pesadillas y tormentas, incluso cuando lo cuidaba al estar enfermo por comer chocolate. Cada momento con Chanyeol había sido maravilloso, desde sus paseos en el parque, cosquillas en la pancita y besitos inocentes que recibía pero todo se cayó y debía echarle la culpa a aquella que le robaba el corazón a Chanyeol porque si ella no hubiera aparecido, el alto jamás lo habría mirado con repudio por ser un hibrido y él jamás habría conocido a Kasper en aquel festival porque de tener a Chanyeol tomando su mano y recibiendo aquella taza que preparó con tanto esmero, no le habría importado nada más en el mundo que ellos dos.

Abrió la puerta, esperando a que el alto apareciera a detenerlo, pero aquello no ocurrió y solo cruzó el marco de esta, cerrando a su paso y bloqueando a su vez su propio corazón con llave, despidiéndose finalmente de quien tanto había significado en su vida.