15. Sienten amor

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Al día siguiente Chanyeol solo quería hacer olvidar de todo a Baekhyun. Despertó más temprano de lo que solía hacerlo usualmente, disponiéndose a limpiar aquel lugar ya que no creía que fuera sano que el más bajo conviviera con pizza en el suelo de la semana pasada y el bóxer de su dueño colgando de una de las sillas de la cocina. Se puso manos a la obra, dedicándose a limpiar cada rincón de la casa hasta que el osito despertó y Chanyeol debía admitir que lucía hermoso frotándose uno de sus ojitos con la manga de su camisa, la cual le quedaba enorme y la boquita en un leve puchero que debía apostar que aún le dolía.

—¿Qué haces despierto tan temprano?

—Me levantó todo el alboroto que estás haciendo.

—Estoy limpiando, ¿no se nota? —preguntó, levantando sus manos cubiertas por unos guantes celestes para la limpieza y señalando su kit dispuesto especialmente para ello con una sonrisa de orgullo. —A no ser que quieras pisar popo de gato cuando andes por la casa.

—Pero si tú no tienes gato.

—Pero tengo a Jennie. —bromeó, recibiendo una risa de parte del menor quien le lanzó un almohadón. — Ve a vestirte, desayunaremos e iremos al parque de diversiones apenas termine esto o por lo menos la sala y la cocina.

Baekhyun se digirió obedientemente a su habitación, buscando algo de ropa que aún quedaba allí para salir a los pocos minutos dispuesto a hacer el desayuno para ambos. Este se produjo entre risas, chistes y preguntas sobre cómo habían estado en aquellos cuatro meses separados. Pasada una hora decidieron partir y Baekhyun no podía estar más emocionado al ver el enorme parque frente a él, lleno de juegos, golosinas y familias, parejas o amigos disfrutando del lugar.

—Chanyeol, este lugar es increíble, quiero vivir aquí por siempre.

—No lo digas de nuevo que alguno de los de los puestos querrá tenerte para entregarte como premio mayor y yo no voy a permitirlo.

—¿Dan premios aquí? —preguntó, elevando la vista antes de que Chanyeol señalara uno de los juegos donde había que disparar y reventar el globo encima de la cabeza de un payaso.

—Tienes que disparar el agua en la boca hasta que el globo se infle tanto que reviente.

—Pero es imposible, te confundes un segundo y pierdes además de que los globos deben ser muy resistentes.

—Lo sé, mucha gente sabe que es difícil, pero es divertido intentarlo, siempre hay que intentar, lo imposible solo cuesta un poco más.

Baekhyun se acercó al lugar, dispuesto a jugar y sacando dinero para entregarle al hombre.

—¿Desde cuando tienes dinero?

—La mamá de Chaeyoung tiene una tienda de ropa y estoy trabajando allí hace unos meses. Ahora, con permiso, déjame intentar. —dijo, tomando el arma entre sus manos antes de que Chanyeol lo detuviera. El chico lo hizo posicionar los brazos estratégicamente, respirando y hablando muy cerca de su oído como para enloquecer los nervios del más bajo y sonrojarse.

Disparó lo mejor que pudo, pero fue imposible, había fracasado y tambien lo hizo Chanyeol. Salió satisfecho de aquel lugar solamente al saber que el alto tampoco había podido.

—Es feo reírse del mal ajeno.

—Se llamaba venganza, tú te burlaste de mí cuando le dispare al hombre y no al payaso.

La tarde fue demasiado corta para lo que les hubiera gustado, a pesar de los gritos de Chanyeol en la montaña rusa o del gusto del osito por los juegos de altura que el alto tanto odiaba, lo habían pasado de maravilla. Chanyeol pagó las manzanas acarameladas, entregándole la suya a Baekhyun y sonrojándose ambos ante las palabras de la mujer sobre "hacen una hermosa pareja, que osito más bonito tienes, muchacho, cuídalo mucho".

Baekhyun comía totalmente embobado su manzana y la vista de Chanyeol no se movía de la boca de este, pero no podía hacerlo, no cuando este comía con tanta felicidad y esmero, sus labios rodeando el pequeño pedazo que iba a tomar, mordiéndolo y el jugo y caramelo de la fruta bañaban sus belfos de un modo demasiado seductor.

Chanyeol solo acercó su mano a la manzana, alejando esta de la boca del hibrido quien solo lo miró confundido.

—Chanyeol, ¿Qué...

Pero no pudo continuar y no quiso hacerlo, no cuando los labios del mayor se habían apoderado de los suyos. Una de las manos de Chanyeol acariciaba su cuello y cabello, apegando aún más sus bocas debido a la desesperación que aquel contacto le producía y aunque Baekhyun tardó en reaccionar lo hizo, correspondiendo con la misma intensidad, colocando sus manos en el firme pecho de su dueño. Sus bocas se movían con destreza, buscando más contacto y arrancándole un jadeo de gusto al más bajo de ambos. Podía sentirse claramente la necesidad que había entre ellos, cuanto habían deseado hacer aquello y la perdición que eran uno para el otro.

No querían separarse, pero la búsqueda de aire los obligó a hacerlo. Sus frentes permanecieron unidas y la respiración agitada de ambos se volvió la protagonista hasta que el osito decidió romper el silencio.

—¿Qué significa esto?

—No lo sé, de lo único que estoy seguro es de que quiero volver a hacerlo.

Una llama de felicidad iluminó los ojos del más bajo quien nuevamente tuvo al mayor besándolo, pero esta vez de un modo más dulce, lento y que disfrutaría todo lo que le fuera posible.

Guía para cuidar a tu Osito Polar ↪ ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora