🌹Mi soledad; Tu Esperanza🌹

🌹18🌹

Ya habían pasado por lo menos un semana, Yasuo no había aceptado la propuesta, no quería.

En todo ese tiempo la pareja de protagonistas consiguieron un estilo de vida cotidiano.

Despertaban, desayunaban, miraban la televisión juntos, cenaban y uno que otro día jugaban cartas, las caricias estaban de por medio y en cualquier momento.

Yasuo estaba feliz de comenzar una vida con el, aún claramente no comenzaban a tener una relación, simplemente trataba Riven de ver si podía llevarse bien con el.

Ese día habían despertado habitualmente pero Riven quería salir un poco de la rutina con Yasuo, se levantó primero dándose una lucha silenciosa.

Al salir comenzó a ponerse ropa de salida cuando sintió una mano por su cuello causándole un escalofrío.— Y-Yasuo, deja de hacer eso...— El nombrado soltó una pequeña risa y la abrazo por la espalda.

— ¿A dónde vas?— Susurro en el odio de Riven.

— Más bien, a donde vamos, prepárate, te daré un Tour completo durante los próximos días...— Ella sonrió haciendo que Yasuo le robara un beso corto y entrará a ducharse.— Eres un tonto...— Riven se levantó a preparar algo para que los dos desayunaran.

Después de un tiempo, la pareja salió del edificio tomados de las manos, Yasuo mantenía una sonrisa mientras Riven aún no se decidía si actuar normal o fingir ser realmente una pareja.

— Vamos...— Pronunció la peli blanca para guiar a su acompañante por las calles.

Caminaron unas calles en silencio, Riven no sabía si ya era tiempo de contarle un poco de su pasado, pero no quería hacerlo en un lugar privado, ella lo llevaría a un parque para al menos sentirse más cómoda.

— Yasuo...— El nombrado se acercó a ella.— La razón por la cual fue esta salida de casa...— Riven dió un gran suspiro para intentar no comenzar a sentirse mal.— Es para contarte mi pasado... Aunque sea un poco...— Yasuo apretó la mano de ella haciendo que está diera un gran suspiro.— Tranquilo, estaré bien, lo juro.— La peli blanca siguió guiandolo hasta llegar exactamente a un parque.

Los dos dieron por lo menos una vuelta por este apreciando todo el parque y su naturaleza, de un momento a otro Riven soltó la mano de Yasuo para sentarse en una vaca que tenía la vista hacia un gran lago congelado.

Yasuo no lo dudo dos veces y se sentó a un lado de ella.— Bien, comenzaremos con lo más básico... En realidad mis padres y yo somos de América...— Yasuo escuchaba con atención.— Tal vez no se note por todo el tiempo que no estuve ahí, pero mi madre y mi padre si son de ahí.— Ella se recostó en el hombro de Yasuo haciendo que este se tranquilizarse de la emoción que tenía al saber el pasado de Riven.— En un principio mis padres eran normales, vivían cómo personas normales, llegó en un momento en donde la economía ya no alcanzaba con los trabajos duros de mis padres, así que sin pensarlo dos veces se unieron a una mafia.— Ella soltó su cabello que estaba tomado en una cebolla y comenzó a jugar con la liga.— En un principio era normal, se acostumbraron rápidamente al asesinato, les decían que tenía un asesino innato, tiempo después nací yo pero mis padres comprendieron que una vida de asesinos era peligrosa para una familia entera, crecí rodeada de asesinos profesional y maniáticos.— Cerro sus ojos comenzando a relajarse.— Bueno, solo te dije que te contaría un poco...— Yasuo chasqueo su lengua pues quería saber más.— Ahora es tu turno de contarme, aunque sea un fragmento...— Yasuo tomó las manos de ella y los beso.— Vaya, no pensé que te doliera más que a mí decir el pasado...— Yasuo decidió también relajarse con ella a su lado.