🌹Mi soledad; Tu Esperanza🌹

🌹19🌹

Yasuo había despertado de sueño, le dolía la espalda por haber dormido sentado, se levantó y comenzó a estirarse, miro hacia el sofá con la ilusión de ver a Riven dormida y poder mirarla a la cara pero ella ya estaba en la cocina preparando lo que sería la cena de ella.

La albina terminaba de hacer una lasagna, ella se sentó en su lugar con la comida y comenzaba a comer, Yasuo entro a la cocina y la aprecio, ella se veía decaída, más decaída que cuando la había conocido le dolía verla así y se preguntaba que estupidez había hecho para lograr aquel daño.

— Por favor, deja de mirarme fijamente mientras estoy comiendo, me das escalofríos.— Pronunció a secas hacia Yasuo.

— Oh, lo entiendo...— El miro hacia la ventana pero tenía la curiosidad de seguir mirándola, el no podía dejar de mirarla.

Después pues de un tiempo Riven se levantó con normalidad y lavo rápidamente su plato para comenzar a caminar hacia la habitación pasando por un lado de Yasuo.

El quería abrazarla y no dejarla ir, pero no sabía cómo ella reaccionaria ante aquella acción, así que prefirió no arriesgarse.

La albina de la habitación tomo una sábana y una almohada llevándola hacia la sala, Yasuo solo veía como aquellas palabras de la albina se hacían realidad.

Ella al dejar la cosas camino hacia Yasuo quien se sorprendió.— Se cancela tu Tour...— Hablo con tranquilidad para después dar media vuelta y encender el televisor.

Yasuo solo sentía que ya no podía sufrir más de lo que sufría por dentro, le dolía que estuvo a solo unos pocos momentos para tener una vida con ella, una vida con su felicidad, pero había perdido aquella oportunidad y le dolía.

Esa noche, fue la primera en que los dos durmieron en sitios diferentes, Riven dormía con tranquilidad mientras que Yasuo no podía dormir, no sin su dulce dama en sus brazos respirando con tranquilidad, comprendía que ella se había vuelto parte de él y no cree que pueda vivir sin ella.

Se sentó en su cama y solo suspiro.— ¿Que fue lo que hize?— Restregó sus manos en su cara hasta que la ventana se abrió dejando entrar un papel, Yasuo lo había notado y por un momento había pensado que era alguien malo, pero al recoger la nota solo decía un consejo.

"No pienses en lo que hiciste, piensa en cómo arreglarlo."

—🌹—

Yasuo había recordado las palabras de Riven, ella no dijo que no tendría más oportunidad, dijo que volvería a cero, eso le subió el ánimo un poco pues ahora tenía que buscar alguna forma de recuperarla, de tenerla de nuevo en sus brazos y embriagarse con aquel olor a rosas que siempre hacia que lo tranquilizara.

Por fin pudo dormir con tranquilidad sin ella pero solo fue por un corto tiempo, una llamada lo había despertado, no le gustaba, levantó su brazo y tomo su teléfono contestando.

— Hola...— Pregunto somnoliento.

— ¡Maestro, ¿Para cuando la señorita Riven tendrá su teléfono?!— Grito Taliyah haciendo que Yasuo quedará sordo por unos segundos.

— Lo siento Taliyah... Es solo que...— El suspiro dejando intrigada a su pupila.— Una historia larga sobre que nos hemos peleado ella y yo...— Taliyah tomo aire haciendo que Yasuo alejara el teléfono lo más lejos posible.

— ¡¿PORQUE NO PUEDE DEJAR DE SER UN ESTÚPIDO?!— El grito hizo que Riven se levantará del sofá en la cual estaba dormida.