🌹Mi soledad; Tu Esperanza🌹

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La noche era joven, después de haber nevado se había despejado lo suficiente para mostrar la luz de la luna pero aún así los edificios dejaban escapar algo de luz, nuestra pareja había estado caminando sin darse cuenta de que ya se había hecho más tarde de lo debido.

— Este país es hermoso y tranquilo, quien diría que está sociedad están menos problemática...— Comento Riven abrazando el brazo de su prometido.

— Es una sociedad que tratamos de defender, supongo que es algo normal que envidiamos está paz.— Estaban de camino hacia su departamento cuando notaron algo extraño pero normal.

Un hombre le gritaba a una mujer fuera de un bar, aquella mujer parecía llorar desperada, la pareja no parecía muy contenta con aquello así que siguió observando. Después de algún momento aquel hombre saco una pistola apuntando a la mujer.

Riven por instinto quería ir a proteger a la mujer pero Yasuo la había tomado fuerte para que no lo hiciera, los dos debían hablarlo.

— Yasuo, no puedo dejar esto así, solo déjame ayudarla, no haré un asesinato.— Trato de tranquilizar a su pareja.

— No Riven, ese hombre te verá como enemigo y no sabemos si tiene más personas a su cargo, ¿Estás segura de arruinar nuestra paz?— Pregunto con seriedad.

La albina solo suspiro y asintió, aquel asiático la soltó y ella se acercó. Le acertó un golpe duro en el estómago desmayandolo no sin antes disparar a la mujer que le había dado en el brazo.

Riven se acercó preocupada y le dijo que la ayudaría más que al acercarse se percató de que no era una mujer, era una joven de no más de 12 años vistiendo no adecuadamente para su edad, ella sabía que estaba ocurriendo aquí.

Se quitó su chamarra y se la coloco a la joven, no podría dejar que siguiera sufriendo. Yasuo por su parte sabía que no había otra manera de resolver el problema por lo que tomo su teléfono y comenzó a hablar con el.

La pareja llegó a su departamento con aquella chica en silencio, ella no parecía asustada, parecía que en cualquier momento rompería en llanto.

La albina fue a la cocina y preparo algo de chocolate caliente y se lo entrego a la chica que lo tomo con delicadeza.

— Tranquila, se que... Debes de estar pasando por un mal momento y te sientes mal, no te preocupes, resolveremos esto.— Menciono con una sonrisa.

La chica solo comenzó a llorar y abrazo a la mayor con fuerza, Riven solo correspondió aquello, cuando era asesina casi podría haber vivido esa pesadilla ya que las mujeres que no cumplían con su cometido eran usadas como tratas de blancas, algo que sigue odiando hasta el día de hoy.

— ¿Ya lo tienes resuelto?— Pregunto Yasuo aún en la llamada, no quería colgar, quería seguir hablando con Yin sobre la situación.

— Ya, no te preocupes, los hombres están muertos y al menos llegué a salvar a la mayoría de las chicas... Solo murieron mujeres grandes de edad, tal vez del susto... ¿Porque me metieron en esto?— Reía aquella joven mirando en la situación.

— Bueno... Riven está comenzando a sentir empatía por todo aquello que sufre... Ya sabes...— Yasuo solo suspiro, sabía que no era un problema pero si querían una vida pacífica claramente lo era.

— Es un gran paso, generalmente sentir empatía siendo alguien que ha asesinado muchas veces es muy extraño y a veces llega a convertirse en locura, debes tener más cuidado de ahora en adelante...— Suspiro aquella chica riendo de nuevo un poco.

— Ni que lo digas, cualquier cosa que ella haga a veces me sorprende, quiero decir, quería una vida tranquila junto a ella pero para eso... Creo que después de todo pasaremos por muchas cosas.— Rió un poco cansado.