- SIN MEMORIA -
Su nombre era Camila.Me gustaba como sonaba. Aunque algo me decía que no era la primera vez que escuchaba ese nombre, pero al no acordarme no estaba muy segura.
El saber como se llamaba solo hizo que tuviera más ganas de verla, además de conocerla, pero no sé por qué, el simple echo de conocerla me producía miedo.
Me preguntaba cómo sería ella. Al escucharla hablar siempre me había imaginado a una chica rubia, de tez pálida, ojos azules y esbelta. Lo más seguro es que estuviera equivocada, pero no sabía lo que me encontraría tras esa dulce voz y la verdad es que no me importaba.
Al final, acabé equivocándome sobre como sería Camila.
El ruido de varias personas hablando me hizo salir de mis pensamientos. Tyrone estaba de pie junto a un hombre mayor; con el pelo blanco y los ojos más azules que antes haya visto. Para ser franca, ni siquiera me había percatado de su presencia.
— Hola Lauren. — Una amplia sonrisa se formó en su arrugado rostro. — Soy el doctor Patch Adams. — Alzó el brazo y estrechó su mano con la mía. — Ahora voy a comprobar que todo esté bien. Tumbese por favor. — Apoyó su mano en mi hombro derecho y suavemente me ayudó a tumbarme de nuevo en la cómoda cama.
El hombre mayor vestido con una bata blanca, empezó a examinar mis ojos apuntándome con una linterna. Tras unos segundos deslumbrandome con la luz, apaga la pequeña linterna y con el típico aparato que complementa a todo doctor, apretó la punta de metal justo encima de donde se sitúa mi corazón.
— Bien. Sus pulsaciones son regulares y sus pupilas no están dilatadas. Si me permite, necesito que se vuelva a incorporar para ver como le ha estado cicatrizando la herida. — Dijo amablemente.
Yo me limité a hacer lo que me decía. En ningún momento crucé mi mirada con la de Tyrone.
Al no tener vendas resultó más fácil y rápido el procedimiento. No tardó más de diez minutos en palpar la zona, limpiarla y por último, en vendarla. Sentí mi cabeza a presión tras aquello. Sabía que luego vendría un interrogatorio, al cual no estaba preparada.
— Ahora, señora Jauregui, le voy hacer unas preguntas. — Nerviosa, tragué saliva y respiré hondo. — ¿Recuerda el por qué acabó aquí?
"Primera pregunta. Vale, es simple."
— No. — Me limité a decir.
El doctor me miraba pacientemente mientras esperaba a que siguiera hablando, pero no sabía que más decir. Y por primera vez desde que el doctor vino, miré a Tyrone. Él tan solo me sonrió, dando a entender que siguiera hacia adelante y que tenía su apoyo por si algo pasaba mal. Pero nada salió de mis labios.
— ¿Tiene algún último recuerdo de lo que pasó la noche del día del accidente?
"Segunda pregunta. Espera... ¿¡cómo diablos me iba a acordar de lo que pasó aquel día?!"
— Soy consciente de que he estado varias semanas así, pero no recuerdo el por qué he acabado aquí. A si que no, no me acuerdo. — Por fin pude decir algo más coherente que un simple "no".
De repente, el doctor y Tyrone comparten una mirada que duró demasiado tiempo. Eso solo hizo que me sintiera cada vez más nerviosa y con ganas de vomitar. No quería saber el cómo acabé hospitalizada. No quería.
— Señora Jauregui. — Al escuchar aquella forma de llamarme, no pude evitar hacer una mueca de desagrado. — Ha estado en coma durante tres meses y medio. Sufrió un accidente, el cual casi todos los daños los obtuvo su craneo. — Dejé de respirar justo en el momento que terminó la frase.
"¡¿Tanto tiempo he estado inconsciente?! No puede ser..."
— ¿Qué es lo que me pasó? — Pregunté con voz firme.
— Tuvo un accidente automovilístico.
"¿Tengo un coche? No, imposible, será el coche de Chris. Oh... espero no haber destrozado el coche de mi hermano..."
Pensé ignorantemente.
— ¿Alguien más iba en el coche?
— No. — Un suspiro de alivio se escapó de mis labios. — Seré sincero con usted Lauren. — Sus ojos azules me atravesaban de arriba a bajo. — Tras el accidente, sufrió una conmoción craneal.
"¿Una conmoción craneal? ¿Qué?"
— ¿Qué quiere decir?
Frío. Era lo único que me recorría el cuerpo. No sentía la sangre en mis venas.
— Con esto quiero decir que está padeciendo pérdida de memoria. Habrá perdido todo recuerdo de ciertos años a lo largo de su vida, según las pruebas médicas.
— ¿De cuantos años habla?
Pregunté atónita. Ni siquiera sé de dónde saqué el coraje para seguir hablando.
— No puedo darle una cifra exacta, no es algo seguro.
"¿Esto es real? Si, por supuesto que lo es. Solo a mí me puede pasar algo tan sumamente nefasto. También se puede decir que es una gran putada. La gran putada de mi vida."
— ¿Nos puede dejar a solas? — Tyrone, tras haber estado en silencio en todo momento, se limitó por fin a hablar. — Quiero hablar con Lauren. — Más que una petición parecía una súplica.
El doctor afirmó con la cabeza, se dió media vuelta y nos dejó a Tyrone y a mí solos en la fría habitación. Él se sentó en una silla quedando enfrente mía. Cara a cara. Agarró fuertemente una de mis manos. Sus ojos verdes se estaban volviendo cristalinos. Se relamió sus gruesos labios y tragó saliva. Algo entre él y yo pasaba. Algo que le afecta más a Tyrone que a mí.
— ¿Te acuerdas de mí? ¿De nosotros? — Negué lentamente con la cabeza. Estaba confundida. — Tú y yo llevamos juntos más de cuatro años. Soy tu novio Lauren, soy tu... — Las lágrimas le impidieron acabar la frase.
— Y-yo... — No sabía cómo reaccionar tras aquello.
Demasiadas cosas inundaban mi mente.
— Te amo Lauren. Estoy enamorado de ti desde el momento en que me besastes aquella noche... — Las palabras se iban atragantando en su garganta. — Y sé que tú también lo estás de mí. — Su agarre en mi mano derecha me estaba dejando sin circulación.
"¿Estoy enamorada? Puede. Pero no de él. De eso estoy segura."
ESTÁS LEYENDO
Close your eyes
FanfictionTras despertarse del coma, Lauren, no recuerda nada de los últimos cuatro años. Aquel accidente automovilístico la marcó para toda su vida. Mientras ella estaba inducida por el coma, era consciente de la dulce voz que le hablaba todos los días. Per...