CAPÍTULO 13

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- AMOR ENFERMO -

A mitad de la noche se empezaron a escuchar ruidos. Aún estando dormida, podía ser consciente de ellos. No entendía que era lo que sucedía, pero una áspera voz me rasgó todo el oído interno, estremeciéndome. Algo me decía que no abriera los ojos pero la curiosidad y el miedo provocó el que acabara por abrirlos.

No vi nada por unos instantes. La oscuridad reinaba el lugar. No abrí de nuevo los ojos hasta que volví a escuchar aquellos sonoros ruidos. Salí de la habitación dejando a Christopher solo, durmiendo plácidamente. Al llegar a la sala principal, la imagen de Tyrone metiendo ropa en una maleta azul oscuro me sorprendió. Pero lo que me dejó sin palabras fue lo que él estaba sujetando entre sus manos.

"¿Qué es lo que está pasando? ¿Por qué Ty lleva la... la..."

En aquel momento me di cuenta de lo que estaba ocurriendo realmente. Por una fracción de segundos creí que lo que estaba viendo era un sueño. Pero no fue así. Exactamente Tyrone estaba agarrando con su mano izquierda aquella 45 automática. No me apuntaría con ella, pero la idea de que proyectara su objetivo hacia Christopher, me inundó la mente. Rápidamente me acerqué a él.

Tyrone conectó su mirada con la mía, esperando a mi reacción. Me mantuve sería, como si aquella escena no me congelara la sangre. Él no sabía que decir o hacer, tan solo se quedó ahí plantado, con el arma apuntando al suelo. No quería que perdiera el control como lo hice yo, así que decidí actuar rápido. Poco a poco me iba acercando a Tyrone.

— ¿Qué es lo que ocurre? — Intenté disimular. — ¿Te vas sin siquiera decirnos nada? — Susurré tranquilamente.

"No tienes porque irte. No lo hagas por favor."

En el fondo me dolía el saber que se iría. Pero eso solo lo pensé en ese momento. Luego todo cambió.

— No reina. No es eso.

Nunca olvidaré la manera en la que sonrió al decir aquella frase.

— ¿Entonces, por qué lo haces?

— Por ti. Me paré en seco. Dejé de acercarme a él. Aquellas dos palabras fueron suficientes. — Estoy tan harto de todo. — Ahora Tyrone era quien se iba acercando. — Harto de esto. — Con pasos cortos iba retrocediendo. — Harto de ti. — A mi espalda noté la fría pared. — Te amo Lauren, pero no soy lo suficientemente fuerte para poder seguir. La adrenalina me absorbía todo el cuerpo. — Por eso te vas a venir conmigo. Huiremos. Dejaremos toda esta mierda atrás. Acarició mi mejilla con la punta de uno de sus ásperos dedos. — Juntos.

— No... y-yo... no... Tartamudé asustada.

— Lo harás. Ya que me amas. Lo harás.

Tyrone suspiró angustiado. Él tan solo quería escapar de aquella situación con todas sus fuerzas, y podría haberlo hecho, yo lo hubiera dejado, pero el problema fue que él me quería a su lado. Eso era algo que yo no iba a permitir. Yo no lo amaba. No a él.

El miedo por primera vez no me poseyó, estaba atenta y cortante ante sus actos. Quería dejarle claro que yo no sentía nada por él. Pero no sabía como hacerlo sin que perdiera la compostura. Me acerqué delicadamente hacia su cara y posé mis manos sobre sus mejillas.

— No pienso huir a ningún lado junto a ti. Tragué saliva por lo siguiente que iba a decir. — Yo no te amo Tyrone.

Le dolió. Y tanto que le dolió. Porque si no, no justificaría el hecho de que impactara su mano contra mi mejilla.

Aquel acto me pilló por sorpresa. No sabía que sería capaz de llegar tan lejos. Pero el amor es una oscura enfermedad que posee a todo aquel quién lo prueba. Él me lo demostró.

— He aguantado demasiado para que ahora me hieras de esta manera. Escupió con veneno en su voz. — Tú te vendrás conmigo quieras o no. ¿Entendido? No dije nada al respecto. — ¡¿Entendido?!

Gritó tan fuerte que acabé cerrando los ojos y apretando los dientes por inercia. La tensión que se formó de un momento a otro era inexplicable. Literalmente, temblaba de miedo. Pero esta vez sentía miedo de alguien. De Tyrone.

Quién me lo fuera a decir, ¿eh?.

— No la toques. Nunca lo vuelvas a hacer. 

Christopher estaba plantado justo enfrente de nosotros, mirando con odio a Tyrone.

— ¿Te crees muy valiente amenazándome de esa manera tan patética?

— ¿Y tú te crees muy valiente amenazando y pegando a una mujer?

Tyrone no contestó. Pero si optó por levantar el brazo y dirigir la punta del cañón hacía el pecho de mi hermano. El sudor corría por mi frente. El pánico no me dejaba hacer nada. Estaba en pleno shok.

— Si realmente vas a apretar el gatillo, hazlo. — No daba crédito a lo que Christopher estaba diciendo. — Pero sabes perfectamente que al hacerlo no hará que esto se arregle. — Le rogaba con la mirada que parase de hablar. — Tan solo será peor.

Antes de que Tyrone pudiera abrir la boca, con un hábil movimiento pude lograr salir del agarre de Tyrone y abrazarme al cuerpo de Christopher. Me sostuve a él como si mi vida dependiera de ello. Y creo que en aquel momento dependía de él.

Planté mi mirada en la persona que cría que más me amaba, y así era, pero no de la forma en la que pensaba. Él se había convertido en un monstruo para mí.

Estaba acabado. Fuera de control.

— Lo siento reina. Dijo Tyrone con lágrimas en sus verdes ojos. — Siento amarte de está manera tan enfermiza.

— ¡No!

Y sin más, disparó.

Ni Christopher, ni yo, recibimos esa bala.

El cuerpo inmóvil de Tyrone cayó rendido en la moqueta del apartamento. Un color rojo oscuro se extendió por todo el suelo, formando ríos de sangre conforme avanzaban.

Nunca antes había presenciado tal cosa. Él se había quitado la vida por amor. Por mi. Incluso suena estúpido. Demasiado diría yo. No puedes simplemente quitarte la vida y echarle la culpa a otro.

Pero Tyrone era débil. No pudo seguir y todo por miedo a que yo dejara de amarle.

¿Sabes?, el miedo sólo sirve para perderlo todo.

Cuando la vida es amor, aveces mueres.


Close your eyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora