segundo día i

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La mañana siguiente descubre a Dylan acostado sobre la cama, pero totalmente despierto, observando las facciones relajadas de Thomas libres de la pícara expresión que siempre parece pintada en su cara, realmente parece un chiquillo. Mueve sus dedos hasta la frente del mayor, apartando con suavidad los flecos que caen sobre sus ojos y deleitándose con la suavidad de los mismos. Pega un brinco cuando su móvil vibra avisándole de que salga. Contiene un suspiro y con sumo cuidado se pone de pie.

- ¿Cómo va todo? Me sorprende que aún no te hayas subido por las paredes de los nervios.

Dylan fulmina a Hurley, pero decide que la inspección de la comida que trae es mucho más interesante.

- McDonald's, ¿en serio?

- Si yo estuviera a punto de morir, sin duda alguna querría comer un McMenú grande por última vez.

- No todo el mundo es tan carnívoro como tú.

El mayor se encoge de hombros.

- Bueno, ¿cómo está?

Ambos miran dentro de la habitación, que se encuentra en penumbras, hacia el bulto que hay encima de la cama.

- Hoy ha estado bastante callado.

- Vaya, eso es un milagro. Pensaba que a estas alturas ya habrías dejado de ser analmente virgen.

Dylan responde con un puñetazo fuerte en el hombro que Hurley le devuelve multiplicado por tres. Masculla una maldición entre dientes.

- Kennedy está tratando de buscar una cura - dice, finalmente.

- ¿Crees que la haya?

- ¿Te gustaría que la hubiera?

Dylan observa los pocos rayos de sol que se cuelan por la ranuras de las cortinas y que se reflejan en el pelo rubio.

Aunque no responde en voz alta, Hurley conoce perfectamente la respuesta.

- Vaya, chico, eso es un buen cambio. Hace dos días seguías queriendo matar todo aquello que se relacionaba con el terrorismo indiscriminadamente de la situación.

Después, se va.

Dylan se queda un momento de pie en el marco de la puerta con las bolsas del almuerzo en la mano.

En realidad, no sabe si es algo bueno o malo, sólo sabe que, efectivamente, es un cambio. Sólo sabe que gracias a la existencia de Thomas ya no se siente muerto por dentro. Sólo sabe que quiere conservar esa calidez que lo hace sentir vivo. Si Thomas muere...

Cierra la puerta con demasiada fuerza y el dueño de sus pensamientos se incorpora de un salto en la cama.

- Ah... lo siento.

- No pasa nada - se restriega los ojos y aparta las mantas para levantarse.

- No pasa nada - se restriega los ojos y aparta las mantas para levantarse

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Asesino #DylmasNewtmasAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora