14. La pluma mágica

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Nivi, Raph y Mikey observaron sorprendidos el ánimo del pueblo que celebraba con júbilo la promesa del ejercito de rescatar al elegido y ganar la guerra. En poco tiempo en el pueblo todas las tabernas se habían llenado y por las calles la gente disfrutaban.

Los tres jóvenes habían tenido que pasar el resto de la noche escondidos y montando guardia en una casa abandonada del bosque y al amanecer habían decidido ir a casa de Nanuk encontrándose aquella emocionante feria en el pueblo.

-¡Esto es una pasada!- gritó Mikey.

El lugar esta lleno de seres de todo tipo. Elfos, duendes, gnomos, humanos...

-No te separes Mikey- ordenó Raph.

Ituko gruñó al ver pasar unos soldados.

Niviangua se tapó aún más con su capa. Los soldados pasaron de largo y Niviangua respiró aliviada.

-¡Raph! ¡¿Has visto eso?!- exclamó mirando un puesto con comida -Tengo hambre hermano-

-Deja de quejarte, no hemos venido de compras- dijo su hermano.

-Tranquilo Raph, yo me ocupo- dijo Niviangua pagando el dulce que el joven pecoso ansiaba.

-¡Gracias!- exclamó corriendo hacia delante junto al lobo entre el tumulto de personas.

Raph sonrió. Nivi también sonrió al ver que el animo de Raphael empezaba a levantarse.

Mikey se detuvo al ver como un grupo de seres tocaban una hermosa música y bailaban al son de ella. Una pequeña niña miró a Mikey y tiró de él pata bailar con él.

Raph sonrió y Niviangua agarró del brazo al temperamental.

-Vamos- dijo ella.

-No, yo no bailo- dijo él.

-Dejate de bobadas gruñón- bromeó él logrando que Raph también siguiera el ritmo de la música.

Raph sonrió feliz después de varios días. Se lo estaba pasando en grande. Un murmullo de los presentes alarmó a Niviangua que vio a varios guardias acercarse.

La chica agarró a Mikey y Raph y los sacó de allí.

-¡Eh! ¡Tu!- gritó uno.

-oh no- maldijo ella corriendo junto a Raph y Mikey y seguidos por el lobo.

Los tres chicos huyeron por las calles atestadas de gente hasta llegar a la tienda de Nanuk y despistar a la guardia.

-Nanuk, soy Niviangua- habló ella.

Mikey miró curioso los objetos a su alrededor y cuando fue a tocar algo Raph lo detuvo negando con la cabeza.

El anciano salió de entre los polvorientos cachivaches.

-Pero Niviangua, ¿que haces aquí?- preguntó.

-Han quemado mi casa, y casi nos matan, por suerte pude poner a salvo al elegido- dijo ella tirando del brazo de Raphael.

-Valgame Dios, ¿Que clase de criatura es esta?- preguntó

-Pues...- dijo Nivi confusa.

-Soy un mutante, mi nombre es Raphael y este es mi hermano Miguel Angel- dijo él.

-Con que mutantes. Es la primera vez que veo uno. Pero me siento halagado al tener al mismísimo elegido ante mis ojos- dijo él.

Un joven pelirrojo entró en la tienda.

-¡Niviangua!- exclamó al ver a la chica.

-Hola Axel- dijo ella abrazando al chico.

-Que alegría que estés a salvo, todo estaba echo cenizas y no te encontré por ninguna parte- respiró aliviado -pero supuse que estabas aquí, todos estaban como locos buscando a una joven con un lobo y dos tortugas y supuse que debía tratarse de ti- dijo mirando al lobo y a ambos mutantes.

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