POV Helena.
Jueves. Ya era la hora de biología, en menos de 10 minutos empezará el examen.
— Las biomoléculas que tienen una gran complejidad estructural se conocen como polímeros... — le estaba diciendo a Nathan por enésima vez.
— ¿Lo ves? Te lo sabes. No te pongas nerviosa, te va a salir perfecto — Me animó.
— Si tú lo dices — le sonreí —. Y dime, ¿cómo llevas tú las mates?
— Más o menos. Las integrales es lo que peor llevo — se rió.
— ¿Quieres que te ayude a repasar esta tarde?
— ¿En tu casa o en la mía? — me preguntó con una media sonrisa.
Solté una carcajada.
— Hablas de estudiar, ¿verdad?
— O lo que tú quieras — me dijo acercándose a mí.
— En la mía, mi madre no está así que estaremos solos, y trae los libros — le dije riendo y poniendo mis manos en su pecho para separarme.
De repente se escuchó cómo algo caía al suelo cerca de donde estábamos. Giré mi cabeza y pude ver como Rob se agachaba para recoger sus libros, después de que Tom, uno del equipo, le golpeara el hombro al pasar.
— Pero ¿a ti qué te pasa? — le preguntó Rob mientras se levantaba con los libros en sus manos.
— Oh, la nenaza se ha enfadado. ¿Vas a llorar? — se rió junto a su grupo, en el que estaba Jessica.
Nathan y yo nos acercamos por si necesitaba ayuda.
— Oye, déjalo en paz — le dije a Tom.
— Tú no te metas, Helena — me dijo ignorándome.
— Me meto si me da la gana — le solté enfadada.
— Venga, Tom deja a este en paz — le dice Nathan intentando tranquilizar un poco el ambiente.
— ¿Ahora defiendes a los maricones? — le dice mirando con desprecio a Rob.
Miré a Rob, pensando que lo negaría, pero él sólo miraba al suelo.
— ¿Eres gay? — le susurré. Rob me miró, sus ojos estaban brillantes.
— Pobrecita, ¿pensabas que todos estaban detrás de ti? — me preguntó Jessica mientras las demás animadoras reían a la misma vez, eran como hienas.
El timbre sonó y los demás alumnos empezaron a entrar en la clase.
— ¿Por qué siempre tienes que meterte en todo? — le dije cansada de sus estupideces.
— ¿Quieres aprender a ser un hombre? — le preguntó Tom a Rob acercándose a él mientras cerraba los puños.
Sin pensarlo me puse delante de él, y Nathan delante de mí.
— ¿Por qué no mejor te vas antes de que te sancione y te deje fuera en el siguiente partido? — le dijo Nathan con los dientes apretados.
— Tranquilo tío, no iba a hacerle nada a ella — le dice levantando las manos en señal de paz y separándose un poco.
— ¿Se puede saber qué hacéis aquí fuera? El timbre sonó hace unos minutos. — Nos grita Amaia, la profesora de biología.
Todos comenzaron a irse.
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Atrévete a intentarlo. #ClydeA17 #AP2017
Teen FictionRob, el chico con miedo al abandono. Sam, el chico duro con miedo al compromiso. Helena, la chica que no confía en los hombres. Nathan, el chico que convive con la culpa en lugar de un corazón. María, la chica a la que nunca le han roto el coraz...