Rob, el chico con miedo al abandono.
Sam, el chico duro con miedo al compromiso.
Helena, la chica que no confía en los hombres.
Nathan, el chico que convive con la culpa en lugar de un corazón.
María, la chica a la que nunca le han roto el coraz...
— Heleeenaa — canturreaba María en el sofá de mi salón.
— Que ya voy — le grité.
Terminé de ponerme las botas, cogí el bolso y bajé lo más deprisa que pude.
— Ya estoy, vámonos, pesada.
— Encima que te he esperado — me contestó dándome una pequeño empujón.
Cerré la puerta de casa y nos dirigimos al instituto.
Nos costó encontrar un sitio para aparcar con toda la gente que había venido a ver el partido. Era lógico, hoy sería el último partido de temporada y el último que jugarían nuestros chicos en el instituto.
Conseguimos llegar al gimnasio atestado de personas.
— Mira, allí están las demás. — Señaló una parte de las gradas.
— Holaa — saludamos al unísono a Aura, Spencer y Angela antes de sentarnos a su lado.
— ¿Cómo están los chicos? ¿Nerviosos? — preguntó Spencer.
— Chris está convencido de que ganarán — dijo Aura.
— Sí, Gav y Nate también, ¿Verdad, Helena? — me preguntó María.
— Sí, están tan convencidos que anoche ya celebraron la victoria — dije provocando carcajadas en todas.
Las chicas comenzaron a hablar de la ropa que usarían esta noche en la graduación de los alumnos de segundo año, mientras yo fijaba mi vista en la gran pista de hielo, donde algunas animadoras ya se estaban preparando para su número del comienzo de partido.
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Decidí ir a buscar a Nate para desearle suerte.
— Vuelvo enseguida — avisé a las demás, aunque creo que estaban tan concentradas en su conversación que ni me escucharon.
Bajé las escaleras y me adentré por el pasillo que llevaba a los vestuarios de los equipos.
— Ey, Liam — grité mientras avanzaba más rápido hacia el chico —, ¿Puedes decirle a Nathan que salga, por favor?
— Claro, ahora mismo — dijo entrando al vestuario.
Esperé dando pequeños pasos cerca de la puerta, hasta que escuché como se abría y unos brazos me abrazaban por detrás, haciendo que detuviera mis pies.
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