Cuarenta y tres.

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-¿Qué rayos te ocurre, Lu?-me abrazó fuertemente Luke.

Lo adoro chama, ustedes no saben.

Él es el Diodado de mi Maduro.

-Tranquilo, estoy bien.-sonreí para tranquilizarlo.

-No puedes alejarte de mí así como así, no vuelvas hacerlo, nena.-me dio un beso en la frente.

Me explota la qk.

-No lo haré, te quiero.-besé su mejilla y me separé.

Me fui caminando a mi habitación dejando a Luke en el pasillo con los demás.

Acababa de tener una conversación fuerte con el hermano que nos abandonó a mí y a mi familia.

Necesito asimilarlo y respirar.

En conclusión, me explicó todo.

Que fue cuestión de falta de tiempo y que no le tomó la importancia que debió tomarle, dijo que fue un acto estúpido de su parte y que nos amaba igual que desde el primer día.

Yo solo quise cerrar la página, dejar de sufrir por esto.

Por lo cual lo perdoné, lo perdoné y me fui.

Siento un peso menos sobre mis hombros.

-¿Vamos al parque de diversiones o no? Sean serios en lo que frakata.-Escuché a Valeria.

-¿Qué fue esa combinación de spanglish? Se escucha horrible.-le dijo Calum.

-Ay, cállate pedazo e' freso.

-Gafa.-escuché a Luke.

Khé berga.

Salí corriendo de la habitación.

-Amor ¿te sientes bien?

-Lo que frakata.

-Lo que frakata

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-¡Mira, es la rueda de la fortuna!-Gritó como un niño Mike.

Ya era muy tarde y casi no había gente en el parque. O sea sí, pero solo unos cuantos adultos. Supongo que andan de citas y vainas cursis.

-Te volaste si crees que me voy a subir a esa vaina.-me reí.

-No seas miedosa, nena.-me tomó de la cintura Luke.

-¿Quien dijo miedo? Yo soy es hampa, made in Venezuela mi amor, yo no le tengo miedo a nada. Es más, paren esa mierda que me voy a subir.-caminé decidida.

Siempre regia y con dignidad, mi ciela.

Si hay alguien más diva que Luke es la yocsi.

-Que diva eres.-giró los ojos y me tomó la mano, subiendo conmigo al bagón.

Cuando se empezó a mover la rueda, le señalé el suelo para que mirara.

-¡Mira, se te cayó!

-¿Qué cosa?

-Tu moral, mariquito.

Se acercó a mí y me abrazó riendo.

-Te adoro, tonta.-besó mi frente.

-Yo más, marico frustrado.-besé su mejilla.

U

na de las cosas que más apreciaba en este momento era el hecho de estar con Luke, estar con los chicos y con la gente que amo. Estos son los momentos donde me siento tan afortunada de vivir lo que vivo y de quienes me rodean.

-¿En qué piensas amor?-me miró.

-En cosas.

-No me digas, pajua.

Siento que los estoy corrompiendo, y eso que las mamás de mis amigos me consideran la buena influencia.

-Deja de copiar mis palabras, sé original.-batí mi cabello.

-Cállate, ¿en qué pensabas?-me miró con intensidad.

Omfg sus ojos.

-En lo agradecida que estoy de tenerte.-sonreí tímida.

No suelo decirle cosas lindas a Luke y hacerlo me hace sentir bien.

-Te pusiste rojita, amor.-me abrazó con ternura- Yo también estoy muy agradecido de tenerte, no te imaginas.

-¿Eres mío?

-Tuyo.

-¿Me lo prometes?

-Por la garrita.

Sonreí, soy feliz.

Luke me hace feliz.

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