-Kala- Grite tratando de zafarme del ancla –Kala, esta atrás Tuyo!- Repetí con un nudo en mi garganta al ver a Sheena acercarse a Kala con la daga en la mano, apuntando perfectamente al corazón. * Este ancla no pesa nada si no quieres que pese nada *Sus palabras resonaron en mi cabeza, me concentre en el ancla, en que si no la levantaba, no podría detener lo inminente, ya que estaban a unos pocos metros. Un escalofrío muy agradable me recorrió el cuerpo, visualice que el ancla era una gran pluma, la cual pesaba ni un cuarto de lo que pesaba el yunque, que no me lastimaba el pecho ni me impedía salvar a la única mujer que me hiso sentir bien, simplemente que no hacía daño a mi vida, que no me molestaba ni costaba levantarlo. Sentí un fuerte peso en mis manos que cedía con rapidez, el gran dolor que me apretaba el pecho desapareció, me levante sin todavía abrir los ojos y tome el ligero peso que tenía encima, una pluma parecía pero no tenía pelos; Abrí los ojos, mire muy sorprendido el ancla la cual sostenía con una sola mano, y rápidamente la solté, empezando a correr al otro lado del pasillo donde estaba Kala inmóvil y la mujer pegada a ella, con el arma en mano y plantada justo en el lugar de atrás de su estómago, esperando no sé qué cosa.
-Kala, estas en peligro- Le dije mentalmente con toda la fuerza que me dio mi reciente logro, cortando esa barrera impuesta por la mujer.
Pare repentinamente y choque frente a una barrera puesta a un metro de Kala, una extraña barrera de color amarillo que brillaba y exhalaba electricidad, la toque suavemente con el dedo, y me queme, mire a Sheena desde el otro lado, todavía inmóvil, me miraba por arriba de su hombro, sonreía maléfica-mente, y giro su cabeza hacia Kala y le hablo sin disimular que no escuchaba.
-Eres muy débil, él te volvió débil- Dijo mientras mi amada se quedaba inmóvil, se giraba y volvía hacia ella con una expresión preocupada, miro hacia donde estaba yo y sus ojos desgastaron de lágrimas, se volvió hacia ella y la fulmino con la mirada, sus ojos lanzaban llamaradas, Sheena le clavo lealmente la daga en el estómago, no pareció afectarle, se quedó recta, mirándola, se arrancó la daga que corto su carne pero no salió sangre, se agarró de la carreta fuertemente y salto pegándole con los dos pies en el pecho a la mujer lanzándola fuertemente hacia mí, Sheena paso por adentro mío, como las ramas del cerco, simplemente paso como si yo no existiera, me moví frenéticamente tratando de hacerme notar por la enfadada mujer, la cual avanzaba a paso firme hacia la rubia que todavía estaba un poco abrumada por el golpe.
-Pensaste- Dijo mientras se le tiraba encima cayendo con ella al suelo- que con una persona me ibas a hacer sufrir lo suficiente para matarme- tajeo letalmente el brazo de la mujer, con una daga la cual no era igual a las demás, ella refunfuño y se retorció, pero la tomo por los brazos con una cadena que estaba cerca, manteniéndola totalmente controlada- no lo harás nunca- repetía mientras seguía lastimando gravemente a la mujer por sus brazos y hombros, siguiendo por su estómago, pero esta vez con otra daga diferente.
-Me mandaron, y no vine sola- Sonrío con una gota de sangre en la boca, y el aire que le quedaba.
Kala no se sorprendió al ver que las heridas sanaban rápidamente, se paró y camino para el otro lado, en sentido a la carretilla, la rubia se paró rápidamente un poco torpe
-Mal hecho, cuñada- dijo mientras lanzaba una llamarada de fuego que juro no sé de donde salió hacia ella; Kala se voltio rápidamente, pero la perdí de vista en cuanto la gran pared de fuego la cubrió, iba a correr hacia ella cuando la pared se consumía lentamente en torno a un centro, la sonrisa maléfica de la rubia se desvaneció al verlo, lentamente todo ese fuego se concentraba hacia la mano de mi amada. Me quede paralizado ante el acto, pero la mujer quedo todavía más asombrada, en cuanto la pared desapareció, la figura de Kala salió de lo poco de fuego que quedaba, tumbando por segunda vez a la flaca mujer.