Tarde pero seguro!
Comenten ;)
---
-Bien, el principio, ¿Quién demonio es Sheena?.
Kala tomo aire con lentitud, no se esperaba que supiera que decirle tan rápido, pero venia pensando las preguntas por cuatro meses.
-Era mi compañera.
-Eso es impo…-Me tapo la boca con al mano, se había sonrojado, pero no de vergüenza, sino de agitación.
-Escucha y ve a ver si te sirve.
Asentí, tenía una expresión de preocupación… que hasta yo sabía la desesperación pintada en la cara.
-Yo…tuve cuatro vidas.
Abrí mi boca, pero las palabras no salieron.
-Ya te contare toda la historia, pero por ahora solo te diré lo que paso en las últimas dos-Dijo sin mirarme.
Asentí, Kala había empezado a transpirar un poco, no entendiendo por que y que no se había movido.
-En mi segunda vida reencarne en forma animal, dejándome un marca permanente, la cual tape con el tatuaje. Pero eso no es lo importante, ya que la comencé con un…- Se acomodó en el sillón, pensativa. Las imágenes de Kala haciendo lo que decía pasaban por mi mente inevitablemente.
-Desprecio, no ante la sociedad en su totalidad, si no en lo que se había convertido-Me miro y sus ojos ahora miel volvieron a su normal paz.
-Armas, guerras, cañones, bombas nucleares, celulares mas listos que las personas, objetos para hacer cosas que las personas deberían… todo se había ido al demonio. Y con el recuerdo que tú viste, fue como empecé esa tercera vida.
La pantera, el fuego, y el misterioso hombre aparecieron en mi mente, pero también el hombre asesinado y el arquero rubio.
-El de la otra noche? O… el de cuando nos conocimos?-Pregunte con la mayor delicadeza que pude.
La furia encendió sus ojos de nuevo.
-Te dije que olvidaras esa noche- Espeto bruscamente, sentí como apretaba los puños.
-De acuerdo- Le agarre la mano antes de que se lastimara, ella levanto la cabeza y me miro de lleno, sus ojeras hacían de su rostro mucho más viejo.
-Tranquila.
Me sonrió levemente antes de tirarse encima mío y apoyarse en mi pecho.
-Perdona.
La rodee con los brazos y así me quede, ella se estiro por todo el sillón, con su ropa sucia de sangre manchando la tela.
-Y que paso después?-Le pregunte con la intención de saber un poco más del tema, la verdad es que me había perdido totalmente.
-Bueno, como toda persona que odia algo, desea eliminarlo, borrarlo, deshacerse de el-Se había puesto boca arriba y jugaba con mis dedos haciendo como si fueran teclas de un piano- Pero no podía matar a todo el mundo.
Reír no era lo indicado para el momento, así que espere a que siga.
-Desde mi segunda vida que me entere de la hermandad, y en eso fui la mejor. Los principios fueron apareciendo de a poco, jefes sorprendiéndose, enemigos formándose, pero en ese momento el afuera estaba muy mal.
Se acomodó mejor en mi pecho, casi poniendo su cabeza en mi cuello, aunque sentía su respiración en el.
-Me fui, desaparecí a los ocho años. Y allí afuera, tome decisiones erradas, muy erradas-Suspiro como si tuviera culpa en ella.