Abrí mis ojos, una pared blanca se extendía por mi rango de vista, un cuadro y un armario era lo único que veía, ¿De verdad me encontré con Kala en el recuerdo?, no si paso, pero me aclaro muchas dudas con respecto a la otra noche. Me levante y apoye en un codo, apoye la otra mano en el piso, pero sentí algo en el piso, levante una flor blanca, con centro amarillo y una hoja ya crecida en su tallo, no pude evitar una plácida sonrisa; recordé el momento y los labios de Kala, por lo visto era importante saber lo que tenía que hacer en ese momento, sino, no me lo hubiera repetido tantas veces; -Te despertaras en tu habitación, yo no estaré, levántate y acomódate el cabello y sal a desayunar-, su voz y el recuerdo de sus labios diciéndolo lleno mi mente. Me levante, sacudí el polvo, me acerque al espejo, moví mi pelo y lo acomode al costado bien pegado al cuero cabelludo *Me gustaba más el look salvaje*, su voz resonó de nuevo en mi cabeza, mire arriba y me mordí el labio, me sacudí un poco el pelo dejándomelo más natural, empecé a abrochar lo que quedaba de la camisa *No, te queda bien * Sonreí de nuevo y me desabroche el único botón que había abrochado.
- Como diga patrona- Lance mentalmente hacia Kala, levante los brazos en forma de rendirme, una risita suave me invadió, se había reído, y lo sentía. Me sacudí un poco más los vaqueros y me encamine al pasillo.
–No podías haber elegido algo un poco menos del oeste?- Hable con ella sin mover los labios, ya le estaba tomando el gusto a hacer eso.
*No, quedas como todo un chico malo * Sentí una sonrisa suave en mi mente, un recuerdo de su sonrisa me invadió. Llegue a la cocina en menos de lo que pensé, ya que me había hundido en nuestra ‘’Charla’’.
*Concéntrate* escuche en mi cabeza. - Llegara alguien que no se si recordaras, pero te preguntara indirectamente por anoche- Ultima frase que recordé.
Me senté en la mesa, empecé a devorar el pan con mermelada, mi madre llego con agua y me vio comer con tal rapidez.
-Es que no te alimento bien tu Tío que tienes tanta hambre?- Pregunto sarcástica mientras me servía un vaso de agua.
*Los viajes a los recuerdos dan hambre ah , y por si no sabías, los manzanares de tu casa dan manzanas más ricas en la punta* Reí en mi mente. Sí, ya lo sabía, yo hago lo mismo, pensé. Sentí una risa.
-No es eso, me siento hambriento-. Dije mientras me frotaba la panza para despreocupar a mama. Ella sonrió y me beso a frente, yo cerré los ojos y congele el momento en mi mente.
En ese momento alguien toco a la puerta, mama fue a abrir, la puerta estaba del otro lado de la casa, podría espiar a Kala en los manzanares, porque yo también me escondía allí, cuando no quería que me vieran robar manzanas, y las más ricas estaban en el árbol de enfrente a la ventana de la cocina. Apenas mi madre desapareció de mi vista, corrí al otro lado de la mesa, con un pedazo de pan en la mano, porque tenía mucha hambre, al alzar la vista por la ventana la vi a ella, estaba tomando una manzana de las más altas, un rayo de luz de sol se escabullía del árbol y le iluminaba un ojo, haciéndolo todavía más miel, estaba con una manzana en la mano, limpiándola y mirándola con amor, sintió mi presencia, agarro bien la manzana la cual estaba admirando, se sentó en la rama del árbol con las piernas cruzadas y mordió la manzana, yo mordí el pan.
*La comida ante todo* Su voz sarcástica se escuchó en mi cabeza. –Obviamente- ; rio y alzo la manzana como en un brindis, yo también alce el pan, mordí el pan, ella imito con la manzana y una sonrisa escabulléndose en la cara, su cabello estaba atado como en el recuerdo, pero su ropa de siempre, los mechones de pelo seguían colgando del costado de su rostro, pero la marca de la lágrima no estaba, yo señale en mi cara el trazo que marcaba la lágrima avisándole que no estaba, ella se tocó la mejilla buscando la marca, al no encontrarla me sonrió,