Abrí los ojos y contemple a todo el lugar mirando fijamente a las dos chicas, me acerque para ver mejor, ya que todos se habían adelantado, pero dejaban igual algunos metros entre la pelea y ellos, tuve que atravesar los espesos cuerpos, corte ese espacio. Veía a la mujer tirada en la mesa totalmente, y a Kala sentada arriba de ella, tumbada arriba del cuerpo, sosteniendo algo con las dos manos, lo extraño era que de la capucha se desparramaba un pelo marrón oscuro, corto hasta por un poco más de los hombros, corrí a Kala hacia atrás, mientras ella soltaba la cosa que sostenía con ambas manos, la daga, que se clavó en la madera, a un centímetro del cuerpo de la mujer, que se había tapado con ambas manos la cara, me tumbe para tras, respirando de nuevo, y tomando aire. La rubia se quitó las manos y se tocó el cuello, intacto, respiro hondo, Kala levanto la cabeza y la miro juguetona. Y se le acercó al oído.
-La próxima vez que aunque sea lo pienses hacer- Dijo en tono bajo, pero yo la escuche por la cercanía.
Se enderezo y salió de encima de la mujer dejándola respirar, giro sobre sí misma para caminar hacia atrás, pero la mujer se recuperó más rápido de lo esperado, se sentó y se estiro rápidamente, tirando de la capa de Kala, dejando al descubierto su rostro, la asesina se exalto, y se tocó el cabello, que tenía peinado un poco salvaje hacia el costado, haciéndole un hopo que le quedaba bastante bien con su cara redonda; se giró y vio con furia a la mujer, intento con un rápido movimiento, pero alguien fue más rápido de atrás y la tomo de la cintura, era Jer, que la sostenía, mientras la muchacha rubia corría y saltaba la mesa para estar a una distancia prudente de ella.
-Kala, basta- Dijo bastante tranquilo para estar conteniendo a la mujer que hacia fuerza como un toro hacia adelante y refunfuñaba- Kala- Pero la mujer no aflojo
- Kala Luna Spilver, detente!- Grito ya más furioso el hombre, la mujer se quedó paralizada ante el nombre, y aflojo el tirado, mando una última mirada acusadora a la mujer, que se refugiaba en los brazos de un hombre alto y musculoso.
Ella aflojo, pero se soltó violentamente de las manos del hombre, aunque se quedo es el lugar.
-Eres realmente ella?- Kala se giró y lo miro aflojando la mirada y volviéndola dulce.
-Claro que sí, oso!- Dijo lanzándose en sus brazos, con una ternura muy extraña en ella, al hombre se le llenaron de lágrimas los ojos.
-No, ella no es Kala- Grito una voz desde atrás de la mesa, era Ingrid, que se había secado la sangre de la cara y caminaba torpe hacia el centro, Kala se dio vuelta y yo me acerque un poco más a ella, por cualquier movimiento que intentara hacer.
-Kala es una Seeker no muy bella de pocas curvas- Escupió Ingrid.
-Ingrid, en algún momento iba a sobresalir, tú lo sabes- Dijo Jer, poniéndose delante de Kala- Acepta que alguna vez va a haber alguien más hermosa que tú.
Reí un poco sin querer, pero nadie se dio cuenta, pensando, ¿Más hermosa que Ingrid?, aquí solo debe haber bagres, no era tan agraciada.
-Déjala Jer, quiero ver que tiene- La voz de Kala sobresalió juguetona. Jer se hiso a un lado dejando la confrontación entre ambas libre, en realidad, todos se fueron dos o tres pasos más atrás, el único que quedo cerca de ellas fui yo, y detrás mío, Jer.
-QUE TENGO?- Grito Ingrid, mientras abría los brazos y se auto señalaba- Mejor te digo que no tengo, amiga- Siguió Ingrid mientras ponía un dedo en la cabeza de Kala, a la cual le llevaba una cabeza, un poco más, era bastante alta.
-NO tengo un gran trasero, no tengo un busto caído, no tengo un pelo todo desmarañado, no tengo uñas todas desgastadas y feas, no mido como un enano ni tengo la espalda del tamaño de un ropero- Cada cosa que la mujer decía, Kala se llevaba un dedo a la mejilla y levantaba las cejas de diferentes y muy graciosas maneras como diciendo <NO ME DIGAS> ; y al terminar el conteo, se llevó la mano con todos los dedos juntos a la boca y la abrió, meneo la cabeza a los costados, como una mujer caprichosa cuando no le dan lo que quieren, ese gesto hizo que todo el bar lanzara una carcajada, hasta Jer y yo nos tuvimos que tapar la cara para que no se vea que estábamos riendo, la risa termino rápidamente al ver que la rubia daba dos pasos hacia atrás y echaba a todo una mirada acusadora, luego me miro de reojo y sonrío maléficamente.