Capitulo 2

8K 333 26
                                    

-No se alejen ¿de acuerdo?- preguntó Keana con seriedad.- y no acepten tragos de ningún idiota.-

-¿Y si no es un idiota?- pregunté divertida.

-Es un idiota si le ofrece licor a una niña de 16 años.- respondió molesta.

-Keana deja de tratarnos como a unas niñas.- pedí cansada.- somos 2 años menor, tampoco es la gran cosa.-

-No acepten tragos de ningún idiota.- volví a repetir sin mostrar compasión.

-Vale, no lo haremos.- respondió Dinah. Yo rodé los ojos. Podía ser tan sobreprotectora.

-No se alejen.- siguió hablando.- si nos necesitan estaremos por…-

-Ustedes diviértanse.- interrumpió Miller tirando de Keana.- ¡Ya conocen las reglas!-

Las sabíamos de memoria:

1.- No alejarnos con algún idiota

2.- No aceptar licor de ningún idiota

3.- No dar el número telefónico a ningún idiota.

4.- No permitir que algún idiota se enamore de nosotras.

Y la más importante:

5.- No enamorarnos de ningún idiota

Eran reglas básicas que ellos establecieron para tratar de cuidarnos. Era tierno pero sentía que a veces se comportaban como hermanos mayores y no como amigos.

-Lauren ¿vienes?- preguntó Dinah tomando dos cervezas de la cocina. La seguí por la puerta trasera saliendo hacia la playa.

Una fiesta de graduación.

La casa estaba repleta y la música sonaba con energía por el DJ que había en medio de la sala.

Caminamos hacia unas hamacas y con nuestros ternos de baño, lentes de sol y una cerveza en mano, esto era mucho mejor que seguir durmiendo.

Mire hacia el mar.

Mathew, Keana y Miller jugaban un partido de voleibol contra otros tres chicos. Vi como Miller cargaba a Keana en sus hombros y la hacía girar en medio de risas.

-Los vas a extrañar ¿No es así?-

-¿Cómo no hacerlo?- pregunté sincera.

Los miré.

Había conocido a ese trio de locos en detención.

Un pequeño desacuerdo verbal con mi maestro de cálculo me dio un pase directo a detención donde ellos esperaban. Sus motivos de visita eran diferentes a los míos pero coincidimos en el lugar y el momento adecuado.

Mire mi reloj. Solo cinco minutos más antes de poder largarme.

-¿Qué hiciste para estar aquí?- preguntó Miller recostado en su banca.

-Nada que te interese.- respondí con indiferencia.

-¿Así le hablas a un estudiante de último año?- preguntó Mathew con seriedad.

-Así le hablo a cualquiera que se meta en donde no lo llaman.- lo miré con furia.

-Me agrada.- habló Keana desde el otro extremo de la habitación. – ¿Podemos quedárnosla?- pidió emocionada.

Estaba a punto de lanzarme sobre ella.

¡No era una jodida mascota!

-Es un gusto conocerte.- habló la chica cuando el timbre de salida finalmente sonó anunciando nuestra libertad. Sin que yo pudiera arrancarle la cabeza, ella tomo sus cosas y pasó junto a mí diciendo:

Te deje ir (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora