Capitulo 42

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Al llegar a casa, evité el impulso de escribirla. Luche cuanto pude para no hacerlo, pero terminé cediendo.

-Espero hayas llegado bien a casa. Dulces sueños, Camila.- envié convenciéndome de que hacía lo correcto.

-¿Realmente te importa?- fue la respuesta que recibí.

-Me importa. Me importas, Camila.-

-¿Por qué? Deberías utilizar el tiempo que gastas en preocuparte por mí en tu novia.- ella iba a seguir con eso. La ira me invadió en cuestión de segundos.

-¿Con que derecho intentas reclamar algo? Sales con Aarón ¿no es así?- estaba cansada de verla con el idiota ese y fingir que todo estaba bien.

-Entonces ¿sales con ella?-

-Si.- fui sincera. Tardó un poco en responder pero finalmente lo hizo.

-Creo que tú y yo no tenemos nada más de que hablar, Lauren. Que tengas dulces sueños.-

-Espera. Hiciste una pregunta que me gustaría responder.- No estaba segura de lo que hacía.

-¿Por qué te importo?- reescribió mi pregunta.

-Si quieres saber la respuesta te veo mañana a las 6 p.m. en la cafetería. No llegues tarde.-

-¿Qué te hace creer que iré?-

-Intuición, Camila. Dulces sueños.-

Al día siguiente, intenté concentrarme en el trabajo. Era el día libre de Dinah y mis ánimos estaban por el piso sin ella. No podía mentir, Dinah era la divertida en la relación. Cuando terminé mi turno, salí y esperé a la pequeña en mi auto. Encendí la radio mientras esperaba, pero de repente la imagen de su auto por mi retrovisor me hizo temblar.

Miles de recuerdos y demonios me invadieron en una fracción de segundo. Salí de mi auto tratando de calmarme.

-No sabía que conducías.- fui lo más ingeniosa que pude decir.

El miedo me estaba matando.

Después de varios minutos y algunas discusiones, me encontré dando la cuenta regresiva. El parque temático encendió sus luces tras mi espalda pero como la primera vez, ella no lo vio.

Nunca retiró su mirada de mí.

-Te conozco.- susurró.

-¿Lo haces?- pregunté esperanzada.

-He soñado con esto.- dijo suavemente. –He soñado contigo.-

Mi rostro cayó de inmediato.

Seguimos hablando y empezamos una discusión de la cual intentaba defenderme. Ella hablaba demasiado y no lo soporté. La besé.

Tarde dos segundos en tomar consciencia de lo que hacía y otros dos segundos en saber que era esto lo que quiera. Había extrañado demasiado esto.

-Hablas demasiado.- susurré con una sonrisa por la felicidad que empezaba a sentir.

-Bésame de nuevo.- me pidió.

Sonreí y tomé su rostro entre mis manos antes de volver a besarla.

Después de ello, ella continuó con la búsqueda de sus recuerdos. Sabía que era inútil e inventé la peor mentira que pude decirle.

-¿Has escuchado teorías sobre “otras vidas”, reencarnación y esas cosas?- pregunté y ella asintió.- Tal vez fuimos algo en otra vida. Grandes amantes, una relación seria o un amor pasajero. Tal vez te conocí en otra vida.-

Te deje ir (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora