Capitulo 6

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-¿Me viste?- pregunté cuando llegué junto a ella. Mathew también se había acercado.

-¿Qué si te vi? Cariño, ¡fue asombroso!- dijo emocionada. Si no saltaba sobre mí era porque seguía al otro lado de la cerca de madera. -Enfrentaste tu miedo, no podría estar mas orgullosa.-

Sonreí, recibiendo de vuelta mis gafas de sol. Me liberé del casco, y pasé la mano por mi cabello antes de colocarme mis gafas.

-Voy a salir de aquí pero prométeme que no empezaras a darme besos y a avergonzarme.-

-Cariño, no lo hare.- dijo mi madre. Asentí mirándola con los ojos entrecerrados. Desconfiaba.

Fui hasta la puerta y caminé de regreso a mi madre y en cuanto llegue, ella hizo exactamente lo que le pedí que no hiciera.

Saltó sobre mí para envolverme en un abrazo protector y llenarme de besos que no intenté evitar. Ella había ganado.

-Venciste tu miedo, ¡eres mi pequeña campeona!-

Fulminé con la mirada a Mathew que intentaba reírse.

-Ella es muy buena.- comentó. Pero esta vez no fue mi madre o mi mejor amigo.

Me giré para ver quien estaba tras de mí. Joder, era ella.

Mi madre seguía abrazándome y ella me miraba con una enorme sonrisa.

No podría decir si su sonrisa era de ternura o de burla. La segunda opción parecía convincente.

-Hola Mathew.- saludó, el chico asintió suavemente en respuesta. -Señora Jauregui.- saludó, extendiendo la mano. Mi madre sonrió encantada (esa sonrisa si la conocía) y apretó la mano de la morena.

–Llevaba tiempo sin verte, pequeña. Estás hermosa.-

¿Pequeña? Mi mamá era muy tierna pero no llamaba pequeña a cualquiera.

-¿La conoces?- le pregunté a mi madre, que aún seguía abrazada de mi cuello.

Nada que hacer.

-Camila es hija del socio de tu padre, el señor Alejandro Cabello. ¿Lo recuerdas?-

Claro que lo recordaba. Había ido a su casa un par de veces por alguna cena o cumpleaños de su esposa. Sabía que tenía hijas pero nunca me interesó ver sus fotos familiares en la sala.

El hombre me odiaba y él no era mi persona favorita en el mundo.

Solo asentí en respuesta.

-No sabía que ella era su hija.- dijo Camila mirando a mi madre.

-Así es.- respondió- Mi hija es una valiente y segura señorita. ¿La viste…-

-Mamá, estas avergonzándome.- corté alejándome de sus brazos para tomar mi bolso deportivo.

-No, claro que no. Yo quiero seguir escuchándola, señora.- habló Mathew con una sonrisa cabrona. Lo fulminé con la mirada antes de volver con mi madre.

–Iré a las duchas y te buscaré cuando esté lista. ¿De acuerdo?-

-Está bien, iré a despedirme de las chicas, hasta entonces. Cuídate Mathew.- le dijo a mi mejor amigo con una sonrisa. –Cuídate, Camila y saluda a tus padres de mi parte.-

-Así lo haré, señora.- respondió educada.

Cuando mi madre se fue, el incómodo silencio que nos envolvió se hizo insoportable.

-Bueno, he pasado demasiada vergüenza para un solo día.- miré a Keana aun sobre el caballo realizando los mejores saltos que habia visto.- Despídeme de tu hermana. – Pedí a Mathew.- te llamo luego.-

Te deje ir (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora