Capitulo 30

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Desperté en la mañana sintiendo una cálida respiración en mi nuca. Intenté moverme pero sus brazos estaban alrededor de mi cintura y su cuerpo desnudo completamente unido a mi espalda.

El simple reconocimiento de su desnudes era motivo suficiente para despertar mi deseo y mi excitación pero ayer había agotado a la pequeña y dejarla descansar fue lo mas justo que pude hacer. Acaricie suavemente su brazo mientras me mantenía en mi pequeña burbuja de perfección recordando que finalmente debíamos volver a casa.

La sentí moverse tras de mi, antes de depositar un pequeño beso en mi hombro.

-Buenos días.- susurré moviendo ligeramente la cabeza hacia ella.

-Hola.- dijo con su voz rasposa pero con sus ojos aun cerrados. Lucia increíblemente tierna.

-Arriba bebe, debemos alistarnos para volver a casa.- ella enterró su cabeza en mi espalda mientras suspiraba.

-No quiero, ¿podemos quedarnos aquí?-

-Por mucho que lo desee, debemos regresar.- dije aun con mis caricias en su brazo.

-Pero quiero quedarme aquí… contigo.- estaba segura hizo un hermoso puchero antes de empezar a dejar pequeños besos en mi espalda causando que mi cuerpo se tense de inmediato.

-Camz…- susurré al notar sus intenciones.

-¿Si?- preguntó inocente empezando a acariciar mi vientre.

-Vas a acabar conmigo.- sonreí mientras detenía su mano que tenia rumbo fijo a mi entrepierna. -Debemos levantarnos y volver a casa.- salí de su agarre antes de que mi autocontrol ceda por completo. -tomaré una ducha, busca algo de ropa en mi armario para ti.-

-¿Puedo ir contigo?- negué con la cabeza mientras descendía de la cama.

-Algo me dice que si me acompañas no solo será una ducha.- estaba desnuda y no me importó cubrirme mientras caminaba al baño. La vi mirar mi cuerpo mientras mordía ligeramente su labio inferior. -¡Deja de babear y arriba!- me burlé entrando a la pequeña habitación.

Estaba convencida de que me seguiría pero ella nunca llego. Una parte de mi se sentía decepcionada de que no fuera tras de mi pero la otra parte estaba angustiada de volver a casa.

Habíamos desaparecido desde la noche del viernes y no habíamos dado ninguna información de donde nos encontrábamos. Era obvio que tendríamos demasiados problemas al regreso pero todo había valido la pena.

Lo volvería a hacer una y otra vez sin arrepentimientos.

-Estoy lista.- dije mientras terminé de cambiarme. No lo hice en el baño por el deseo de que ella me mirara. Lo hizo muy atenta a cada movimiento que hacía. Una vez terminado, me acerqué a ella para depositar un pequeño beso en sus labios que ella quiso profundizar. Me alejé de inmediato.

-El baño es todo tuyo.- le guiñé el ojo antes de caminar fuera de la habitación.

-No me hagas esto, Lauren. ¡Estas matándome!- reí mientras bajaba a la cocina para preparan algo de jugo y café.

Camila bajó unos minutos después, utilizando mi ropa y con una mirada seria. Lucía molesta y sabía por qué. Sonreí encantada pero la dejé terminar el desayuno con tranquilidad. Volvimoss a subir para cepillar nuestros dientes y cabello. Buscamos nuestras cosas antes de salir de la casa. Fuera, Adam esperaba junto a mi auto.

-Espero que haya disfrutado su fin de semana, señorita Lauren.-

Abrí la puerta trasera para meter nuestros vestidos de gala y zapatos de tacón. Me volví hacia él para responder.

Te deje ir (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora