Capitulo 13

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-En realidad creía que ustedes dos se odiaban.- hablé tomando mi batido.

-¿Por qué lo haríamos?- preguntó Keana confundida.

-Es mejor en salto ecuestre, ¿no es ese motivo suficiente?-

-No.- respondieron las dos al unísono.

-No odio a Camila, de hecho somos amigas.- dijo la chica mayor con una enorme sonrisa.

-¿Son amigas?- preguntó Dinah insegura.

-Lo somos. Nos conocemos hace años.- intervino Camila mientras terminaba su batido de banana (que para mí era de plátano).- Soy mejor en salto ecuestre y Keana aprendió a vivir con ello.- Se burló.

-Pero aun intentó aprender a vivir con su arrogancia.- contraatacó divertida.

-¿Por qué no me dijiste que eran amigas?- le pregunté en un susurró, lo suficientemente bajo para que solo Keana escuchara.

-Es hora de irnos.- interrumpió Miller su respuesta.- ¡Vamos, arriba!
Keana solo se encogió de hombros y salió detrás de sus hermanos. Parecía aliviada de no tener que responder pero lógicamente terminaría haciéndolo.

Volvimos al auto y en medio de canciones a todo volumen llegamos a una pequeña tienda junto a una gasolinera. Compramos todo lo que se nos ocurrió: dulces, gomitas, cervezas, snacks. Todo parecía importante.

Al salir Mathew condujo en dirección a un lugar muy habitual para mí. Solíamos venir cuando estábamos aburridos, cuando terminábamos un día cansado o cuando queríamos escapar de este caótico mundo.

-¿La playa?- preguntó Camila bajando del auto. – ¿Es aquí a donde van en medio de la noche?-

-¿Qué esperabas?- pregunté divertida mientras retiraba mis zapatos de tacón para dejarlos en el auto.- ¿Qué pintáramos muros, destrozáramos autos o incendiáramos árboles?-

-Tal vez.- Solté una risa.

-Vamos, ¿porque piensan que haríamos esas cosas?- pregunté mientras la miraba sacarse sus tacones.

-Parecen ese tipo de chicos. Tú pareces ese tipo de chica.-

-¿Qué?- pregunté indignada.

-Nada.- dijo para correr y alcanzar Miller.

Volví a sonreír.

-Sonrisa de idiota.- murmuró Keana.- eso no es buena señal.-

-¿De qué hablas?-

-De nada.- se encogió de hombros.

Empezamos a caminar por la playa. Había una suave brisa y el lugar estaba iluminado únicamente por la luz de la luna. Miré a mí alrededor. Todo era perfecto. No necesitábamos elegancia ni posición social. Solo éramos nosotros.

Miller y Mathew habían dejado sus chaquetas y corbatas en el auto. Sus camisas estaban abiertas y sus pies descalzos. Camila y Dinah dejaron sus abrigos y caminaban levantando sus vestidos para no tropezar. Ellas hablaban en medio de risas y malas bromas. Miré a Keana junto a mí. Caminábamos detrás de ellos y al igual que yo, miraba a los chicos con una sonrisa ilusionada.

-Esto es increíble ¿no lo crees?- preguntó en voz baja. No parecía preguntármelo a mí.- Extrañaré esto. Extrañaré la simpleza con la que somos felices. Te extrañaré a ti, nena.- era la primera vez que lo decía.

-También te extrañaré-

-Si las cosas salen como las espero, te dejaré un buen reemplazo en nuestra ausencia.- dijo señalando a Camila. Ella jugaba con Miller en la orilla. Podía escuchar su hermosa risa.

-Keana ¿por qué no me dijiste que conocías a Camila?- dije con calma.

-Lo hice. Te dije que ella era diferente.-

-Parecía ser una advertencia cuando lo dijiste.-

-Lo es.- dijo mirándome fijamente.- ¿Aun no lo entiendes? Ella no es como el resto, Lauren.-

-¿Por qué sigues repitiendo eso?-

-Porque la conozco. Hemos sigo amigas durante mucho tiempo y sé cómo es su mundo. Intenté ayudarla pero ella no parecía querer salir de él. Hasta que te vio.-

-¿Qué?-

-Vamos, nena. ¿En realidad eres tan ingenua?- dijo con una pequeña sonrisa. Yo la miré con seriedad.- ¿En serio crees que ella habla con cualquier persona que encuentra en el tocador?-

-Si.-

-Nena, a Miller le tomó más de una docena de encuentros para que Camila lo notara.-

-¿Y eso que?-

-Su encuentro en el tocador no fue coincidencia. Ni que llegara 20 minutos antes a su entrenamiento en el establo.-

-Keana, ¿Por qué sabes eso?-

-Porque somos amigas.- repitió sonriendo.- Me ha preguntado cosas sobre ti.- de inmediato un pequeño recuerdo llegó a mí.

Yo no soy como el resto de tus conquistas”

“¿Qué sabes tú de mis conquistas?”

Ahora sabía cómo conocía eso.

-A Camila le gustas y podría apostar 20 dólares a que ella también te gusta.- Keana jamás perdía una apuesta y esta no sería la excepción.

-Ella es difícil.- dije volviendo a mirar a la pequeña que ahora trataba escapar de Miller y Mathew, creo que intentaban llevarla al mar.

-Te lo advertí.- dijo con tranquilidad.- Pero escucha esto, Lauren.- la miré de inmediato. Llevaba demasiado tiempo sin decir mi nombre.- Sé que Camila no es como el resto de chicas a las que acostumbras. Ella no hará lo que le digas, ni hará las cosas por el simple hecho de complacerte. Camila no te rogará amor pero estoy segura de que sabrá cómo ganárselo. Ella no estará detrás de ti, créeme, no es así. Ella no es difícil solo es… alguien que merece estar en tu vida.-

Me resultaba difícil creer que esas palabras salían de Keana. Ella era muy sobreprotectora conmigo y el simple hecho de que alguien tratara de acercarse a mí, encendía sus defensas a mi alrededor evitando en la medida de lo posible que me hagan daño.

Camila no tenía esa barrera conmigo, Keana confiaba en ella.

-Me gusta.- acepté. Volví la mirada a Camila.- Me gusta mucho.-

-Lo sé.- Keana respondió con una enorme sonrisa.- Lo supe desde que dijiste por primera vez su nombre.-

-Mantenlo en secreto.- pedí sonriendo.

-Puedo hacerlo pero la manera en como la miras…- me abrazó. Era de esos abrazos que deseas nunca terminen.- Eres mala ocultándolo, nena.- susurró.

Volví a sonreír mientras negaba suavemente la cabeza por su ridículo apodo.

Te deje ir (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora