Capitulo 35

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No sabía exactamente que me dolía pero estaba segura de que no era mi brazo enyesado.

Podía escuchar a la gente hablar en mi habitación pero no quería abrir los ojos.

-¿Cuánto más tardará en despertar?- era la voz preocupada de mi tía.-
¿Sucede algo? ¿Por qué no lo ha hecho aun?-

-Los estudios muestran que todo esta bien.- respondió un hombre confundido. – Creo que ella simplemente no quiere hacerlo.- tenía razón.

-Tiene que despertar. El entierro de su madre es hoy y yo…- empezó a llorar y yo cerré los ojos con mayor fuerza. -Ella tiene que despertar.-

-Denle un poco más de tiempo, ¿de acuerdo?- preguntó mientras su voz se hacía mas lejana. -Si no lo hace en dos horas volveré a revisarla.-

Lo escuché irse y en ese momento abrí los ojos. Miraba hacia el techo blanco mientras seguía escuchando a mi tía llorar al otro extremo de mi habitación.

No quería moverme. No sentía la necesidad de hacerlo, hasta que recordé algo importante.

Taylor.

Empecé a moverme suavemente y retiré los cables que estaba conectados a mi brazo bueno. Me senté sintiéndome mareada y mi tía volvió su mirada a mí. Parecía confundida y feliz a la vez.

-Volviste.- dijo como si alguna vez me hubiera ido. No respondí, sentía mi garganta increíblemente seca y dolía. Hice un intento por levantarme pero volví a sentarme cuando el mareo me nublo la vista.

-Lauren, espera.- me detuvo poniendo sus manos sobre mis hombros para evitar que me levante. Empujé sus manos para hacer otro intento pero ella volvió a detenerme mientras oprimía el botón de emergencia en la pared. Ocho segundos después y un doctor ingresó corriendo a mi habitación.

Él me pidió que vuelva a la cama pero negué con la cabeza. Caminó hacia la mesa y tomó la jarra de agua para servirme un poco. Me lo dio y lo recibí agradecida. Fue entonces cuando hablé.

-Mi hermana…-

-Sé que quieres ir con ella pero está en cuidados intensivos justo ahora. Debes tranquilizarte, ella estará bien.- ella no estará bien. Nada nunca iba a volver a estar bien.- Lauren.- llamó mi atención causando que lo mirara.- ¿Recuerdas lo que pasó?- asentí con la cabeza.

-¿Quieres que lo hablemos?-

-No- dije de inmediato.- Quiero ver a mi hermana.- él me miró comprensivo mientras mi tía seguía llorando en silencio.

-Por ahora no puedes verla pero en cuanto salga de la UCI, serás la primera en saberlo.- asentí volviendo a perder la mirada en algún lugar de la pared. El doctor me hizo unos exámenes rápidos y de rutina, antes de marcharse.

-Lauren, ¿podemos hablar?- interrumpió mi tía cuando la habitación quedó en completo silencio.

-No.- volví a repetir segura.

-Necesitamos hacerlo, cariño.- dijo con más lágrimas en los ojos. -Debes saber que…-

-No lo digas – dije mirándola. – No lo digas porque si lo haces todo será real.-

Ella no dijo nada y se acercó para abrazarme mientras volvía a llorar. No la abracé de vuelta, solo me quedé quieta, mientras mi mente seguía en blanco y evitaba con todas mi fuerzas pensar en lo que sucedió.

Más tarde vi a Dinah y su madre entrar a mi habitación. Dinah lloró en mi hombro y supongo que esta vez si la abrace. La señora Milika traía una maleta con mi ropa.

Te deje ir (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora