Capitulo 28

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-¿Así que aquí pasas tus vacaciones?- preguntó mientras volvíamos a la casa principal.

-Un poco, el resto de tiempo la pasamos en el hotel o fuera del país visitando a mi familia. Es un cambio de aire agradable.-

-¿Puedo preguntar por que el parque de diversiones esta fuera de su propiedad? – creí que no lo preguntaría.

-Papá quería que fuera una sorpresa. Sabía que tardaría tiempo en estar listo y para evitar que mi mamá lo descubriera, prefiero comprar aquel terrero y construirlo fuera de nuestra propiedad. Intentaba ser cuidadoso.-

-Y detallista.- estaba de acuerdo.

-Señorita, Lauren.- llamó Adam acercándose a mi. Esta vez mantuvo el contacto solo conmigo.- Debo ir a la cuidad por algunos repuestos para la maquina de podar. ¿Necesita que le traiga algo?

-Pasa por alguna tienda y trae todas las frituras y chocolates que consigas. ¿Quieres algo, amor?- pregunté acentuando la palabra final.-

-No, estoy bien- respondió sonriéndome.

-Es todo, Adam.-

-De acuerdo, es probable que regrese en la noche, solo quería informárselo.-

-Como sea.- terminé su explicación tirando de la mano de Camila para volver al interior de la casa.

-El definitivamente no te agrada, ¿no es así?-

-Nunca hemos tenido una buena relación.- admití.- en cuanto pensó que podía tener una oportunidad conmigo, las cosas cambiaron.-

-¿Le gustas?- preguntó mirándome fijamente. Elevé los hombros en respuesta.- Ya no me agrada- murmuró completamente seria. No pude evitar reír antes de salir de la casa por una puerta lateral hacia la piscina. El lugar tenia lujosas paredes de fina madera y un techo de vidrio que permitía el acceso de luz solar.

-Este es otro de mis lugares favoritos.- expliqué.- puedo sentarme y leer por horas sin que note como pasa el tiempo. - La vi caminando hacia el borde de la piscina con una mirada traviesa.-¿Qué?-

-Quiero entrar.- dijo alzando los brazos para retirar su camiseta. Trague fuerte.

-No he encendido la calefacción. – protesté pero no parecía importarle porque su pequeño short cayó al piso.

-Hace un buen día, dudo que el agua este fría.- tenía razón. Estaba segura de que la temperatura del agua era perfecta pero no para mí. Necesitaba agua fría para bajar el calor insano que estaba sintiendo al verla en ropa interior. -¿vienes?- esta vez fue ella quien lo preguntó antes de saltar.

La miré nadando muy calmadamente y mis ganas de acompañarla crecieron. Suspiré antes de retirar mi camiseta y mi short para entrar a la piscina. Mentiría si dijera que el agua no tenía la temperatura adecuada para hacer que me relajara.

-Sabía que vendrías-

-No puedo negarte nada- fui sincera.

Dejé un pequeño beso en sus labios antes de empezar a nadar. Tenía un buen estado físico así que di dos vueltas completas a la piscina antes de detenerme en una de las esquinas para descansar.

-¿Es todo lo que das?- me preguntó con una sonrisa mientras se acercaba.

-Intentaba impresionarte, ahora veo que falle.- jugué mirándola fijamente.

-Nunca dije que estaba decepcionada.- llegó a mí para poner sus brazos alrededor de mi cuello. Instintivamente puse mis manos en su cintura, acercándola un poco más.- Me gustas- susurró.

-¿Cuánto?- pregunté besando directamente su cuello, causando que mueva su cabeza dándome el espacio necesario para jugar a mi antojo.

-Demasiado.-

-¿Cuánto?- volví a preguntar pasando mis manos por su espalda mientras mis labios seguían bajando hasta su hombro izquierdo.

-Hasta el borde de la locura.- murmuró con voz ronca haciéndome delirar. Terminé los inocentes besos que repartía para girar su cuerpo y acorralarla contra la pared y mi cuerpo por detrás. Tomé su rostro, haciéndola girar un poco para poder conectar nuestros labios en un beso hambriento y lleno de deseo.

Suavemente presioné mi cuerpo contra ella sintiendo su increíble trasero golpear con mi centro causando que suelte un gemido que no esperaba. Una mano bajó hasta uno de sus pechos y la otra jugaba torturantemente en su abdomen, fingiendo que bajaba pero volviendo a subir al instante.

-Lauren…- susurró en medio de jadeos.

-¿Si?- pregunté soltando sus labios para volver a besar su cuello.

-No juegues conmigo.- jadeó cuando apreté un poco más su pecho.

-¿Qué si lo hago? Me encanta el poder que tengo sobre ti.- dije al notar como los músculos de su abdomen se tensaba con una simple caricia.

-No te subestimes, mi amor.- habló sacando esa parte arrogante de ella que tanto me fascinaba. -Ambas podemos jugar.-

-Lo dudo, bebé- Dije confiada antes de sentir como empujaba su trasero justo en mi punto débil haciéndome gemir de placer.

-No soy la única que esta por perder la cabeza.-

-Mi amor…- murmuré besando el lóbulo de su oreja causando que vuelva a gemir.- haré que te vuelvas loca por mí.- sentencié.

Finalmente baje mi mano por debajo de sus bragas, llegando a su centro para acariciar suavemente su zona de placer. Un suave gemido salió de sus labios al instante. Mis dedos se deslizaban con facilidad por el agua y mi mano en su pecho disfrutaba de las caricias que le ofrecían. Sentí como volvía a mover su cuerpo empujando contra mi centro y mi parte racional desapareció en cuestión de segundos. Mis dedos se movieron con mayor rapidez en su parte sensible, escuchando como sus gemidos se hacían mas fuertes conforme pasaba el tiempo.

-Lauren- volvió a llamar y la miré para encontrar sus ojos llenos de deseo sobre mi. -Necesito más-

Mis ojos se abrieron al entender lo que me pedía pero no dudé en cumplir con su suplica.

Moví mis dedos explorando la zona que iba a disfrutar y suevamente introduje dos de mis dedos en ella.

Ambas soltamos suaves gemidos al instante. Tenía miedo de lastimarla, por lo que fui lo mas cuidadosa posible. Mis movimientos fueron lentos hasta que escuché como sus gemidos volvían a aparecer frecuentemente. En algún punto la vi colocar las manos en la pared frente a ella para mantener el equilibrio y dejó su cabeza caer hacia atrás mientras la miraba morder sus labios para callar sus gemidos, pero no quería que lo hiciera, quería que gimiera fuerte y que lo hiciera para mi.

Intensifiqué mis movimientos penetrándola tan profundo como me era posible logrando que sus gemidos salieran sin mas remedio. Lo disfrutaba a tal nivel que sentía iba a terminar con ella y todo gracias a su increíble trasero rozando perfectamente en mi centro.

-Te amo.- susurré en su oído.

-Te amo.- dijo en medio de un gemido que me enloqueció.

Unos minutos más y ambas liberamos la tensión que teníamos, quedándonos simplemente quietas tratando de recobrar la respiración perdida.

-Me estas volviendo adicta a ti.- dijo con una enorme sonrisa.

-Soy buena en esto, no me sorprende.- murmuré con arrogancia causando que ella ría suavemente.

Se dio la vuelta en mis brazos y volvió a besarme esta vez con calma y sin prisa. Aun seguíamos agitadas por nuestro encuentro y jamás había disfrutado tanto de estar dentro de una piscina como ahora.

Ella hacía que cada cosa que yo conocía, la volviera a experimentar como algo nuevo e intenso.

La amaba por el increíble poder que tenia sobre mí y sobre las cosas que nos rodeaban.

Te deje ir (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora