CAPITULO 15

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SAMANTHA

Llegue a la casa a las cuatro de la tarde, y no note a Ashley por ningún lado, tampoco la busque... Camine hasta mi habitación y me metí a la ducha, iba muy tarde, aunque ya me había mandado a recoger el cabello para el smoking que llevaría esa noche, había optado por todo el traje excepto un moño o una corbata, no quería exagerar con la formalidad, mi peluquera de confianza me había hecho un delicado recogido de medio lado el cual parecía que me lo hubiese hecho yo misma, pero me daba un aire de superioridad, también me había ayudado con el maquillaje, resaltando mis cejas gruesas y mis labios. Me prepare y me tomo un poco de tiempo pero a las seis de la tarde estuve lista, baje al primer piso y me acomode en la sala, encendí el televisor y me puse al corriente con las noticias del día, la cena era a las siete.

Cuando Ashley descendió por las escaleras, mi impresión me hizo delirar, no solo estaba vestida hermosa, con un vestido cóctel negro que se ajustaba a su cuerpo como si hiciera parte de ella, tenia el cabello en ondas suaves y solo con un poco de pestañina, su apariencia era absurdamente natural y fresca, increíblemente bella, indudablemente una mujer.

- Estas increíble Ash - Me levante de la silla de una manera afanada y rápidamente la alcance, no lo pensé ni un segundo y uní mi boca a la de ella en un beso suave - Ni siquiera tienes labial.

- Quiero verme natural.

- Eres hermosa Ash... - Me dio una tímida sonrisa, la tome de la mano y la conduje al garaje, le abrí la puerta con una galanería sobrada, sobrada y todo pero Ashley tenia una hermosa sonrisa en su rostro, disfrutaba hacerla sonreír, le abrí la puerta del descapotable y antes de cerrarla me incline y tome su rostro entre mis manos, no quería que sintiera que debía besarme desde ya, pero la cita con Ferragamo era muy importante, el me quería a mi, deseaba verme a mi, habiendo mil abogados en el mundo, el trayecto hasta la mansión donde se estaba alojando mi cliente fue de un promedio de veinte minutos, relativamente cerca puesto que mi casa estaba ubicada a las afueras, en cuanto el gran portón se abrió, vi los ojos de Ashley abrirse, esta no era una casa como la mía, esta demostraba los millones acumulados en la cuenta del heredero Ferragamo, un mayordomo nos dio la bienvenida e inmediatamente descendí del vehículo para ayudar a bajar a mi ''mujer'' de este instante en adelante, le tome la cintura y la guié hasta la puerta de entrada, nosotras seguimos al mayordomo todo el tiempo quien nos hizo el recorrido por el interior de la casa, hasta llegar a una gran mesa en la cual nos esperaban tres personas, pude reconocer tres siluetas desde lejos, una masculina y dos femeninas, en cuanto notaron nuestra presencia se levantaron de la mesa y dieron pasos lentos y con clase hacia nosotras.

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ASHLEY

Una chica de mi edad hermosa y esbelta fue la primera en llamar mi atención, pero no porqué me pareciera algo del otro mundo, fue por la mirada que tenia sobre Samantha desde que camino hacia nosotras, sus ojos no eran inexpresivos podía ver que la presencia de Sam la había cautivado por completo, hizo un recorrido con la mirada por el cuerpo de Sam y esta parecía no notarlo, estaba embobada saludando a el heredero ferragamo y a su esposa, la chica estaba de ultima y cuando nos miramos a los ojos, no pude evitar botarle mi energía de ''ella es mía''. Lo entendió, por que un rojo carmesi cubrió sus mejillas de terciopelo. vale la chica era linda, muy linda. Cuando llego el momento Sam se presento con un apretamiento de manos, el heredero y su esposa ya me habían saludado y yo estaba esperando el momento para saludar a ''Gal'' ahora sabia que se llamaba así, el hombre dio una increíble introducción de la chica, hablo de ella, de sus estudios y de lo talentosa que era para el canto, la actuación y el arte en general, no lo dudaba, la chica brillaba por si sola, para sentarnos en la mesa fue todo un tiempo de espera mientras el padre cabeza de hogar terminaba de describir a su hija. ''Cuéntenos señoritas, ¿cuanto tiempo llevan de casadas?'', por poco boto el sorbo de agua que había intentado pasar, ¿casadas?

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