CAPITULO 12

5K 261 1
                                    


ASHLEY

Firmamos el dichoso contrato y efectivamente me transfirió el dinero a la cuenta, me dijo entre dientes "vayámonos ahora" así es, ahora le pertenecía, nos montamos en otro vehículo y salimos, suponiendo yo a su casa mansión, tenía cierto miedo de preguntar, no quería que saliera con una de sus toscas respuestas que había estado utilizando antes, al parecer mi historia con Samantha era todo lo contrario a una linda historia de amor, primero me había tratado como una princesa preguntándome cada segundo si me estaba lastimando, para ahora tratarme con desprecio y superioridad, mi mente no dejaba de dar vueltas y el camino fue mas tenso de lo que había pensado.

Cuando finalmente atravesamos la entrada, Samantha ubicó el vehículo dentro del garaje y la seguí hasta el hall.

- ¿Sabes cocinar? - Me preguntó por primera vez después de bastante tiempo, me enfrento y un leve estremecimiento me recorrió de pies a cabeza.

- Si, no algo muy... - Levanto su brazo y me tomo por la cintura pegándome completamente a ella, sus labios se posaron posesivos sobre los míos interrumpiendo cualquier cosa que tuviera para decir, unas ganas profundas de llorar me tomaron desprevenida, intente devolver el beso cómo pude, no estaba lista para una sesión de sexo, no con toda la locura de ese día, Samantha me desgarró literalmente la ropa y me dio un empujón para quedar sobre un sofá, aún con mi ropa interior me sentía invadida, sus manos estaban en todas partes y su lengua me invadía la garganta violentamente, probablemente con un hombre habría sabido como pararlo, pero era una inexperta en esto, no sabía como excitarla, no sabía como manejarla, no sabía donde le gustaba que la besara y simplemente yo...

-¿Por qué estas llorando? - Mierda.

- No estoy llorando - Samantha me miraba acusándome, como quien ya ha pagado por un lavado de auto y le dejan el jabón sin quitar.

- ¿Por qué mierda lloras? - Se levantó y se tomo la cabeza en la mas manos, mirándome con la boca abierta y el ceño fruncido - ¿Tanto te desagrado Ashley?, ¿tanto que te hago llorar?... no entiendo como pude haber sido tan estúpida...

- No me desagradas Sam, yo solo he tenido un día duro y no...

- ¿Ahora soy una desconsiderada? Pobre de ti... el dinero de tu vida te lo propuso una mujer lesbiana sin sentimientos... - Me levante del sofa y me dirigí a la cocina, revisando la nevera y el congelador - ¿Que estas haciendo?

- Voy a alimentarte. - Una carcajada amarga resonó desde su garganta, yo había encontrado algunos huevos y pan fresco, pero no había nada mas, había decidido por tostadas francesas gracias a una caja de leche sin destapar, la había sentido mirarme en cada segundo, tal vez era una linda vista, intentaba reclinarme mas de lo normal para que ella estuviera feliz, probablemente solo la estaba volviendo mas loca de deseo, decidí preguntar al aire - ¿Tienes un vino? - Un leve gruñido vino de la sala y segundos mas tarde, Samantha me paso dos copas y una botella, le serví sin tanta presentación y lo llevé a la mesa pequeña al lado de la cocina, no a la principal. - Esta mesa es más íntima. - No me contestó y se dedico a comer como una niña de 8 años. - ¿Desde que hora no comías?

- Desde las ocho de la mañana. - Sus comisuras se alzaron por unos segundos - Es mentira, tomé un café mientras te esperaba.

La analice por varios segundos, unos brazos fuertes servían mas vino a su copa. Tal vez si se emborracha iba a ser peor e iba a intentar tener sexo conmigo de la manera que fuera.

- No voy a lastimarte - Me dijo cortando cualquier pensamiento - Puedo ver la incertidumbre en tu rostro - Definitivamente era una mujer, había leído inequívocamente mis pensamientos.

LA PREPAGO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora