Dije que te Amaba... Pero mentí II

Capítulo 3 : "Un encuentro inesperado"

Capítulo 3

"Un encuentro inesperado"

Harold:

     Mi vestimenta era formal. Sabía lo importante que era dar una buena impresión y quería verme a la altura de aquel equipo en donde jugaría. Sabía que empezaría siendo un simple novato que sólño quería encontrar un lugar seguro en New England Patriots.

    Era consciente que esa noche posiblemente sería el único en ir sin una compañía femenina. Niall en ese instante había empezado a salir con una de las porrista de UCLA Bruins, para mi sorpresa, como si la vida se empeñara en traerme a mi presente algo que mantuviera a Ariana viva en mis recuerdos. Sin contar que esa noche tendría que volver a ver a Jennifer, la mejor amiga de ella, que era la novia de Simon.

    Llegué al lugar donde se llevaría aquella reunión. Aparqué en el estacionamiento y entré, identificándome como Harold Spencer, jugador novato que estaría de prueba.

    Un paso más a un sueño que se hacía cada vez tangible, mientras el lema de vida que quería seguir llevando, me impulsaba cada vez hacia adelante.

    Me presenté ante el resto del equipo presente, en especial con el entrenador y el dueño del equipo.

—Te vimos jugar un par de juegos y realmente nos sorprendiste...—me expresó Jason Warren. Uno de los jugadores—. No estaban nada mal tus estrategias...

—Gracias...

—El entrenador Bruce tiene buen ojo con los jugadores que se elige... No eligen a cualquiera. Por lo que bienvenido y esperamos que aproveches esta oportunidad—. Me dijo Steven Clinton con una media mientras me observaba—. Aunque tendrás que ir con cuidado. Soy el Quaterback y no pienso renunciar a mi puesto, me tendrás que soportar por unos cuantos años. Serás solo es sustituto, en ciertos momentos. ¡Demuestra con eso qué tan bueno eres!

    Le miré, asistiendo, consciente de que esa era una de las realidades que me había encontrado al aceptar aquella invitación y haber firmado aquel contrato.

    Y aún más sabiendo que era un simple novato.

Ariana:

     Esa noche había elegido un vestido negro sin mangas y había usado como accesorios unos zarcillos largos, unos tacones y una cartera pequeña de color plateado. Me encontraba más nerviosa que Robert, quien al verme no había parado de halagarme y agradecerme por aceptar acompañarle. No amaba ese tipo de reuniones, pero como su prometida, no podía negarme. Él se merecía que hiciera una excepción.

—Es fácil para ti decirlo... Sólo que no me gustaría dejarte en ridículo... Nunca me he movido en un grupo tan grande ni de famosos...

—¡Estás hermosa! —me miró, mientras conducía a aquel lugar donde se llevaría aquella reunión.

    Y prácticamente ya estábamos cerca.

—Gracias...—le expresé, al mismo tiempo que respiraba profundamente para llamar la calma y así tranquilizarme.

    Aunque la verdad era que las piernas empezaron a temblarme más cuando él aparcó en aquel estacionamiento y luego me ayudó a bajar. Ya estaba allí. Esperaba que Jennifer también, porque no quería sentirme la única mujer en aquel lugar.