Capítulo 22
"Ella te necesita... Ahora"
Ariana:
Había empezado a aislarme, al no sentirme a gusto con todo lo que me rodeaba. Empecé a no salir los fines de semanas, a rechazar las invitaciones de mis padres de visitarles o de mis amistades para salir. Parecía una ermitaña al querer estar sola. Aunque nadie podía entender mi deseo. Necesitaba desesperadamente un momento de paz en mi soledad.
Harold:
No sé cómo había llegado allí. Pero me encontraba en frente de su puerta. La culpa, el remordimiento y el peso de aquella última voluntad me habían arrastrado hacia allí. Simon y Valerie me habían informado del repentino cambio de Ariana. Se había aislado y ahora deseaba estar sola.
—Ella te necesita... Ahora.—me había expresado Simon furioso, cuando me negaba a escucharle—. ¿Es que no lo ves?... Ha empezado a aislarse de quienes la queremos. Finge estar ocupada o no tener tiempo para así resguardarse en las cuatro paredes de su apartamento. Tú eres el único que puedes ayudarle...
—Estoy preocupada por Ariana...—me informó Valerie un día que me había acercado al local de sus padres—. Jamás la había observado tan callada y tan distraída. He empezado a preocuparme por ella... No sé cómo puedo ayudarle. Cada vez que intento acercarme a ella, me dice que no es nada o que está ocupada. No le creo.—me miró a los ojos—. ¿Y tú? ¿Podrías intentar acercarse a ella y ayudarla? Robert te lo pidió... Sé que suena algo ilógico y disparatado, pero quizás a ti te escuche...
Respiré profundo y finalmente toqué al timbre de su puerta, no una sola vez, sino las necesarias para que ella me abriera.
Ariana:
El sonido del timbre me irritó. ¿Por qué quién tocaba no se iba? ¿Por qué no me dejaba en paz?
Me levanté a duras penas y caminé hacia la puerta, después de secar mis lágrimas. Abrí la puerta, encontrándome con quien menos esperaba ver.
—¿Tú?—expresé sorprendida.
—Hola Ariana...—dijo algo avergonzado, sintiéndose incómodo por irrumpir mi espacio y mi privacidad.
—¿Qué haces aquí?—inquirí deseando saber qué hacía allí.
Harold:
—Yo...<< ¿Qué decir en un momento cómo ese cuando estás en frente de quien amas?>>, pensé al verla frente a frente—. Yo... Yo he venido a hablar contigo...
—¿Qué?—expresó al creer que había escuchado mal—. ¿Qué has dicho?
—Siento interrumpirte con mi presencia. Sólo que he tenido un asunto pendiente que he pospuesto por mucho tiempo...—respiré hondo, sin saber si me echaría o me escucharía—. ¿Me dejarías pasar?
Ella me miró por unos segundos. Tenía una lucha interna que me hacía ver, sin querer. Hasta que cedió un poco.
—Te daré unos segundos... Aprovecha el tiempo en decir lo que tienes que decir y vete...—expuso claramente.
—Está bien...
Entré en su apartamento y me mantuve de pie cerca de la puerta. Era el límite que me había puesto Ariana.
—Habla...¿Qué haces aquí?
—Te lo diré...
Y empecé a confesarle mi secreto. Aquello que le había ocultado desde el día del accidente, mirándola a la cara, observando cómo cambiaba la impresión de su rostro.
—No he podido dormir bien desde entonces. He querido hacer solo lo correcto. Pero lo correcto me golpea fuertemente... Y es lo que me ha llevado hasta aquí.
—Harold...—expresó conmocionada.
—He querido callar la voz de mi interior y buscar la absolución de mis errores...—la miré a los ojos, mostrándole mi alma y lo que había guardado dentro de mí—. ¿Sabes una cosa?... Si sólo pudiera tomar su lugar, para que fueses de nuevo feliz, lo haría... Él debería ser quien estuviese aquí, no yo...
—Harold, puedo cuidarme sola. No necesitas preocuparte por mí. Estaré bien... Gracias por tú interés y por decírmelo. No es necesario que intentes cumplir con lo que te pidió Robert...
—Ariana...
—Es mejor que te vayas y no regreses...
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Dije que te Amaba... Pero mentí II
RomanceHarold Spencer ya no es aquel chico inmaduro que una vez aceptó una apuesta en la preparatoria. Decisión que ha pagado desde que se reencontró con su pasado. Con ella. Con la persona a la que rompió el corazón, sin pensar en el mañana y sin medir cu...