Capítulo 13 "Nada más me quedó eso"

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Capítulo 13

"Nada más me quedó eso"

Harold:

La vi alejarse de mí, sabiendo que solo la vida me cedería eso. En pocas palabras, nada más me quedo eso de Ariana. Su perdón, sin ella en mi vida. Y debía asimilar que pronto sería la esposa de Robert.



Esa noche al verla acercarse a mí y hablarme como solía hacerlo antes de que rompiera su corazón, algo dentro de mí se hizo añicos. Era como si el pasado quisiese revivir en mi mente, como aquel recuerdo que ya no me era permitido atraer al presente.



Era consciente que ella había aceptado a casarse con él antes de nuestro reencuentro. Como lo era al saber que todas aquellas oportunidades inverosímiles se habían esfumado, antes de hacerse visibles.




Ariana:

No lo podía creer. Pero ya lo había hecho. Había dejado que la rabia, el dolor y el odio desaparecieran. Y le había dado paso a algo que necesitaba hacer: le había perdonado.



Se lo había hecho ver al acercarme a hablar con él, levantado bien alto mi bandera en blanco.



Aquella noche después de despedirme de todos, hasta de Robert, regresé a Boston, sintiéndome que había hecho lo correcto. Harold ya no era aquel que me había roto el corazón y Robert le apreciaba como un buen compañero de equipo.



Harold:

Después de verla macharse, me marché. Ya no era aquel Harold que amaba divertirse hasta tarde. Había cambiado. Y había empezado a sentirme a gusto con esa manera de tomarme la vida. Después de todo, me había permitido conocerme realmente y conocer a nuevas amistades, como Valerie, haciendo que en nosotros se formara un lazo de amistad fuerte.




Un amigo de verdad, como debí serlo con Ariana en el pasado.




—¿Cómo estás? —me preguntó Valerie al acercarme de nuevo a mi mesa, como lo hacía siempre que estaba allí trabajando.

—Bien... Y tú...

—Feliz... Muchos sentirían envidian si supieran que conozco personalmente al nuevo mariscal de campo de New England Patriots... Has sido la sensación en el medio deportivo estos días. Mi padre hasta quiere hacer un plato en tu nombre. Sabes, es un gran fanático del equipo.

—Bueno... Para algunos medios...—sonreí, mientras ella tomaba asiento.

—No le hagas caso a esos ignorantes. Quienes no han visto que estás a la talla de un jugador como Steven, no saben de deporte. Y tan solo te critican por el mero capricho y porque sienten envidia. Has levantado el espíritu del equipo en estos últimos juegos.

—Si te dijera que tiempo atrás no pensaba que jugaría con ellos, sino con Oakland Raiders, ¿qué opinarías? —le miré a los ojos, mientras observaba su asombro.

—¿En serio le ibas a ese equipo?

—Toda mi vida...—sonreí un poco, al sentir graciosa aquella situación—. Al menos cuando vivía en Los Ángeles y pensé que toda mi vida viviría en California.

—No te veo en ese equipo... New England Patriots es el mejor equipo. Aunque siempre le he ido porque vivo aquí...—sonrió graciosamente— ¿Quieres algo más?

—No, así estoy bien. Gracias... Pagaré mi cuenta.

—Está bien...—me miró como si quisiese preguntarme algo, pero luego cambió de parecer.

—¿Y cómo va la academia?

—Bien... Aunque siendo honesta casi ni me queda tiempo. La compañía ha decidido contratarnos para una nueva obra y la academia ha decidido darme unos días para que vuelva a unirme al mismo elenco.... ¿Has visto a Ariana? Imagino que sabrás por medio de ella que próximamente viajaremos a Chicago.

—¿Chicago?

—Sí, y por último a Nueva York... Después de eso, elegirán quienes formaran definitivamente parte de esa compañía. Firmaremos un contrato fijo. Aunque en mi caso tengo que esperar terminar mis estudios... Eso me explicaron, pero siempre habrá una vacante para mí.

—Lo haces muy bien y estoy seguro que ellos lo saben. No permitirán que otra compañía te lleve.

—Eso mismo me han dicho mis padres...Sabes cuánto amo bailar...Es parte de mi vida.

—Me alegro por ti... Ahora debo irme. Quédate con el cambio...—le di un beso en la mejilla y me marché.



Sus palabras me habían hecho recordar a Ariana, haciéndome ver aquella casualidad que unía a ambas.

Dije que te Amaba... Pero mentí IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora