Capítulo 18
"Dime que no es verdad"
Harold:
Una fin de semana, invité a Valerie a caminar juntos y luego a salir al cine. Se encontraba libre de los musicales en el teatro en que se presentaba junto a Ariana. Era agradable poder hablar con alguien que no te señalaba los errores del pasado, ni te etiquetaba por ellos, por lo que me ayudaba al menos a encontrarme con ese Harold que había olvidado.
—¿La sigues amando, verdad?—me preguntó Valerie, mientras comíamos en un restaurante de comida japonesas al salir del cine. Tomándome por sorpresa—. No es necesario que me lo afirmes... Lo he estado viendo en tus ojos.—sonrió con un poco de tristeza—. Y a veces envidio a Ariana, en el buen sentido de la palabra. Es envidiable cuando alguien te mira de la forma en que la miras a ella, a pesar de que eres consciente de las circunstancias que los separa.
—Me he vuelto en alguien tan transparente y predecible en frente de ti, ¿no?
—Digamos que un poco...Aunque hubo un momento en que pensé que cambiarías...
—Robert pensó lo mismo cuando me entregó la invitación a su boda... Pero no puedo fingir que será una ceremonia que no me duela. Por eso no iré... Me iré de viaje unos días antes...
—¿Te irás de viaje?... Entiendo... ¿Sabes?, a pesar de todo lo que hiciste y dejaste de hacer. Me hubiese gustado conocerte antes...
—Te hubieses decepcionado de eso... No era nada parecido a lo que soy ahora.
—Simplemente estuviste protegiéndote a ti mismo... Aunque no de la manera correcta.
—Es mejor que hayas conocido a este Harold. Y no al Harold del pasado... Lo hubieses odiado de la misma forma en que lo odio yo.
—¿No lo entiendes, verdad?...—me miró a los ojos, haciéndome ver el dolor en sus ojos—. El asunto es que me hubiese agradado ser a quien miras así como la miras a ella... Pero al menos agradezco tu amistad. Tengo que irme, fue una esplendida noche. Gracias por invitarme a salir...—me besó y se marchó, con una actitud que me pedía que no la siguiera.
Me quedé anonadado mientras la veía alejarse, sintiéndome como un verdadero idiota. ¿Cómo era posible que no me hubiese percatado de eso?
Ariana:
Mi familia estaba próxima a llegar a Boston. Mis hermanas estaban ansiosas de verme de nuevo y más cuando sabían que formarían parte de mi cortejo nupcial. Las había visto cuando habían viajado a Boston para probarse sus vestidos de damas de honor. Y me emocionaba tenerlas de nuevo cerca de mí en un momento importante de mi vida.
Harold:
No había mentido cuando había expresado mi decisión de tomarme unos días lejos de Boston. Sin embargo, antes de marcharme, había abierto el cajón que tenía ocultó en un rincón de mi closet. Hacía tanto tiempo que no lo hacía. Encontrándome con una foto vieja mía y de Ariana sonriendo juntos. Pensé que me había deshecho de ella, pero aún seguía allí como cada uno de esos viejos recuerdos que había enterrado en mi cabeza. Miré sus ojos azules y su sonrisa.
El pasado pasado por mi memoria como una pequeña ráfaga de viento. Volviéndose en el impulso que necesitaba para marcharme de Boston en ese instante.
Ariana:
Robert se había empeñado en sorprenderme una noche. Por lo que lo esperaba ansiosa de saber qué sorpresa era. Miré la caja donde se encontraba mi vestido, deseando que llegará ese día. Sonreí tan ilusionada y enamorada. Sabía que había tomado la decisión correcta.
El sonido de mi teléfono pronto me regreso al presente. Me levanté pensando que era Robert quien me llamaba para confirmarme que ya había llegado. Pero me encontré con otra realidad.
Harold:
Me sentía tan impotente al ver esa escena que presenciaba al encontrarme allí, en carretera. Era como si estuviese viendo una película y se reproducía lentamente en mi cabeza. Conocía ese automóvil que estaba en el carril opuesto, girado justamente antes de chocar después de ser impactado por otro automóvil, cuyo conductor había huido.
—Robert...
Me bajé y corrí hacia su automóvil, pidiendo que estuviese bien. El impacto había sido fuerte. Lo había visto con mis propios ojos.
—Robert... Robert... Estoy aquí...—dije al colocarme en la ventana del conductor, sin saber si me escuchaba, al mismo tiempo que marcaba al 911—. Por favor, no te rindas... Ariana te necesita...
Vi una especie de sonrisa cuando finalmente el personal del 911 me atendió la llamada.
—Cuida a Ariana... Cuidala por mí...—susurró y aquella suplica me aterró. No, no quería pensar en lo que pudiese significar sus palabras. Él tenía que salir bien de allí.
—Sólo aguanta un poco... Ya viene una ambulancia en camino. No eres de los que te rindes... Por lo que deja de decir tonterías. Ella te necesita. Tú eres quien la cuidara... Sólo no cierres los ojos. Estoy aquí. Vamos a salir de esto.
—Cuidala...Prometeme que lo harás...
No supe que más hacer, mientras el tiempo seguía avanzando y yo seguía tratando de que Robert se mantuviera consciente. Lo último que tenía pensado hacer era llamarle y fue lo que justamente hice.
—Dime que no es verdad...—expresó en un tono nervioso, haciéndome ver que la hacía llorar y preocuparse.
—Estoy con él... Espero la ambulancia... Te tendré informada... Él estará bien...
Y omití la promesa que Robert me había pedido cumplir.
No.... La vida no debía ser cruel con nosotros de nuevo. Yo quería que Ariana fuese feliz. Y él era su felicidad.
No yo...
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Hasta aquí dejo el pequeño maratón, espero que les guste y me den sus comentarios. Ya estamos cerca del final de esta historia. Gracias por sus comentarios, votos, lecturas... Saludos desde Venezuela.
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Dije que te Amaba... Pero mentí II
RomanceHarold Spencer ya no es aquel chico inmaduro que una vez aceptó una apuesta en la preparatoria. Decisión que ha pagado desde que se reencontró con su pasado. Con ella. Con la persona a la que rompió el corazón, sin pensar en el mañana y sin medir cu...