Rubelangel y Wigetta- Historias entrelazadas

Capitulo 2-Los celos me matan

Rubelangel.

Narra Rubius:

Sonó mi celular y lo tomé para ver quien era.

"Cheeto y yo queremos jugar un poco de minecraft contigo, ¿quieres?" era un mensaje de Mangel.

"Claro" le conteste lo mas rápido que pude.

Prendí mi PC, abrí Skype y vi a Mangel conectado.

"¿Ya jugamos?" le pregunté muy entusiasmado.

"Si, cuando quieras" me contestó con algo de desanimo

Jugamos y yo grabé todo lo que hacíamos, la verdad lo estaba pasando muy bien, pero si no hubiera estado Cheeto me la hubiera pasado de maravilla solo con Mangel, mi Mangel.

Hace un par de semanas que me estoy empezando a enamorar de Mangel y no lo niego.

Siempre que estoy hablando con él trató de decírselo o dejarle indirectas para que lo pille, pero no sé, supongo o es demasiado estúpido o no quiere aceptar la verdad. Ahora no me importa, si, me importará después pero ahora no.

Pare de grabar.

-¿Eh, rubiuh sigueh usteh aqui?- me preguntó Mangel con un tono de preocupación.

-Si, no… es que yo…- dije antes de que me interrumpieran.

-Bueno, si sigueh aquí, te tengo que decih que Mangel y yo noh tenemos que ir- me dijo Cheeto de mala gana.

Maldito cabrón, hijo de… eso, eso es justamente lo que me cae super mal de Cheeto, que para todo lo que tenga que hacer, sea con mi Mangel. Por su culpa no puedo pasar mucho tiempo con Mangel.

-Está bien- dije algo molesto.

Apenas si dije eso y Cheeto se desconecto.

-Lo siehto Rubiuh- dijo Mangel con tono de tristeza.

-No pasa nada- le dije amablemente.

Y se desconecto.

Estaba tan cabreado que me levante de mi asiento y me dirigí hacia la pared para darle de patadas, estaba triste y enojado.

Triste por que el destino me decía que Mangel y yo no podíamos estar juntos. Enojado por que Cheeto no me dejaba verlo y Mangel no me pertenecía. Pero yo no me iba a rendir, iba a luchar por lo que yo quería y a menos de que Mangel me dijese que no podíamos estar juntos me rendiría.

Tomé mi abrigo y salí en busca de Mangel.

Fue algo estúpido haber salido sin celular y sin saber donde estaban o hacia donde se dirigían, pero ya no había vuelta atrás, si volvía me acobardaría, era ahora o nunca.

Fui a todos los lados en el que yo creía que estarían, pero no encontré rastro de ninguno.

Volví a casa desanimado por no haberlos encontrado, miraba las caras de todos los que pasaban aun con poca esperanza de verlos, pero no veía algún rostro conocido cuando de pronto…

-¿Vegetta?- le pregunte con mi tono de desanimo.

Se giró y se sorprendió al verme.

-¿Rubius?- me preguntó con cierto tono de dolor

-¿Que haces aquí? ¿te encuentras bien? por que no te vez muy bien que digamos- le pregunté, ya que no se le veía del todo estable, estaba pálido casi como un fantasma.

-Si, estoy bien- me dijo, era claro que mentía

-¿Seguro?-le pregunte por que me preocupaba

-Si- me contesto algo cabreado y eso me hizo sentir mal.

-Está bien- le dije ya deprimido.

Me sentía mala persona así que seguí mi camino, sin despedirme ni nada.

Llegue a mi casa y lo primero que hice fue ver mi celular, ningún mensaje de Mangel.

Ya no podía soportar las lagrimas, sentí como estas caían por mis mejillas.

Ese no era yo.