Capitulo 30

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-¡Dios, ___, Dale por lo menos a una!

-¡No se puede! ¡Inténtalo, si tan fácil dices que es!- Estaba frustrado. ____ había intentado ya nueve veces tirar una botella de leche, pero le era imposible. Era la persona con peor Puntería en el mundo. No, peor que eso. Del universo.

Me paré en la línea de tiro. Tomé la bola que ____ tenía entre las manos y le sonreí de lado. Ella me fulminó con la mirada.

Era nuestro último tiro. La oportunidad para ganar un osito de peluche. O, para un mayor reto, podía darle a una botella que estaba en lo más alto, en lo más alejado, por un peluche gigante.

No, no me iba a arriesgar a perder nuestro último tiro. El hombre del puesto perecía frustrado, y se hacía el loco recogiendo las pelotas que ____ había lanzado anteriormente, y fallado.

Observé la lata.

Ahí, sola, parada en un banco de madera viejo, con el barniz desgastado. La lata estaba abollada de un lado, probablemente por personas con mejor puntería que ____, que se habrán ido con un lindo peluche al segundo o tercer intento.

Puse un pié delante del otro, y eché mi peso hacia atrás, al mismo tiempo que mi brazo comenzaba a moverse para lanzar la bola.

En el último segundo, cambié de parecer.

Apunté lo mejor que pude (o tan rápido como pude) a la botella enorme parada en el extremo de la tienda. La pelota se despidió de mi mano, y salió disparada hacia la botella.

-Narra ____-

Cayó al suelo con un sonido sonoro.

Bueno, al menos eso me pareció a mi. El tiempo pasó lento en los segundos en que la bola golpeó la botella. Le dió de frente, con la puntería más precisa del mundo. Cuando cayó, me volví hacia Louis con la boca abierta.

-¿Tu haz hecho eso?- El se volvió hacia mi.

-Yo he hecho eso.- Musitó. -Yo he hecho eso.- Repitió, con una voz más fuerte. -¡Yo he hecho eso!- Esta vez, estaba gritándolo. El dueño de la tienda nos miraba con una expresión entre asombro y confusión.

Louis se puso a gritar, y corrió hacia mi.

Me cargó en sus brazos y me dió muchas vueltas. Yo también me puse a gritar, y cuando me bajó le dije, -¡Louis, sólo botaste una maldita botella de leche!

-¡Eso mismo!- Dijo, con una sonrisa de dientes. -Ahora,- Dijo, acercándose al dueño. -Señor dueño. Como ha sido testigo de este fenómeno que sólo ocurre una vez al año, aquí en la feria de Central Park, me gustaría reclamar mi premio.- Louis le dedicó una sonrisa torcida, y cuando se volvió hacia mi, noté como el dueño ponía los ojos en blanco.

Tanteó en el estante de arriba (La naturaleza no había sido tan generoso con el en cuanto a la altura) Y sacó dos osos de peluche gigantes. Una rosado, y otro café. Me enamoré de el café.

-Escoge uno, campeón.- El dueño parecía haber asistido a una charla sobre el uso de hilo dental de dos horas.

-¿____?

-¿Si?

-¿Cuál te gusta?

-Hmmm... El café.

-Entonces el café.

Louis tomó el peluche, y el dueño nos dedico una sonrisa falsa junto con un "Gracias, vuelvan pronto."

-Toma.- Me volví hacia Louis, quien sonstenía el peluche frente a mí.

-Louis, tu lo ganaste.

-Lo gané para ti.

-Se nota que ese tiro te costó mucho.

Does he know? (Tu, Niall & Louis) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora