Éste capítulo comienza inmediatamente después del pasado. Espero les guste.
DISCLAIMER: Nada me pertenece, solo el corazón shipper.
Fue en el Godswood donde Lady Catelyn encontró a su esposo, quien afilaba a su espada ICE, ella tenía tantas cosas que decirle, no estaba nada feliz con el hecho de que le hubiera ocultado la verdad sobre Lyanna.
-Ned- ella habló primero.
-Cat- la miró con ojos llenos de cariño.
-Me gustaría saber porqué me ocultaste por tanto tiempo el hecho de que tu hermana vive.
Ned cambió su expresión de inmediato. Se puso en guardia, él sabía que su querida esposa estaba furiosa con él.
-Era lo mejor para ella Cat, no quería que nadie descubriera que ella vivía y ponerla en peligro.
-Pero soy tu esposa, si no puedes compartir tus preocupaciones conmigo, ¿entonces con quién lo harás?- preguntó resentida.
-Por supuesto que confío en ti, pero esto era un asunto delicado, Lyanna es mi hermana Cat, necesito que entiendas eso por favor.
-¡Pero ella causó una guerra, ella fue imprudente y ahora regresa como si nada!- gritó. Ella se fugó con el príncipe Rhaegar y ¿ahora esperas que la aceptemos como si nada?
-Cat es suficiente- Ned no discutiría estos asuntos con su esposa, ya lo había decidido.
-¡No Ned! Debemos hablar, ¿qué se supone hará ella aquí? Estoy imaginando que pronto le arreglarás un matrimonio, ella no puede quedarse aquí para siempre- dijo ofendida.
-Ella es una Stark, Cat. Es mi hermana y su lugar es en Winterfell. Ésta es su casa. Por supuesto que no le voy a buscar un marido, Lyanna ha sufrido mucho- dijo cansado.
-Así que, solo llegará y se quedará, ¿para siempre?
-Yo no voy a echarla si eso es lo que me estás preguntando.
-Seremos la burla con tu hermana aquí. Tendremos un gran problema con el Rey y...
-Deja de preocuparte Catelyn, es suficiente con este tema.
Hubo un silencio incómodo. Catelyn estaba realmente furiosa con su marido, ella sabía que él estaba cansado también pero tenía que preguntarle una última cosa.
-¿Y la madre de tu bastardo?
Ned giró y la miró.
-¿Qué con ella?
-¿Quién es?
-Nadie que conozcas- mintió.
-Debes haberla amado mucho para romper tu honor Lord Stark- escupió con rabia. Nunca imaginé encontrarme en ésta posición.
-Jon no tiene la culpa de nada. No debes odiarlo. Si quieres sentir odio hacia alguien que sea yo, él no lo merece.
-Jamás había visto que un Señor amara y defendiera con tanta ferocidad a su bastardo. Definitivamente eres uno en tu clase, mi señor.
-Voy a pedirle a Robert que lo legitime en unos años- comentó tranquilo. Él crecerá con Robb y se mirarán como lo que son, hermanos- dijo Ned.
-¡Por supuesto que no! No dejaré jamás que ése bastardo esté con mi hijo, me niego. Ellos no son iguales.
Ned sonrió tristemente. Por supuesto que no eran iguales, el pequeño Jon era el legítimo heredero de los Siete Reinos.
-Quiero que lo envíes lejos Ned. Si tienes amor en tu corazón hacia mí, lo harás. No debe ser difícil elegir entre tu familia verdadera y tu bastardo. Estoy segura que crecerá mejor lejos de ti.
-No lo voy a enviar lejos.
-¿Por qué? ¿No me has humillado lo suficiente?
-Perdón Catelyn, lo digo en verdad. Pero en relación a Jon, no voy a dar marcha atrás, él se queda aquí en Winterfell. Es mi última palabra.
Con eso Ned se marchó, le dolía el corazón tener estos enfrentamientos con su esposa, pero sabía que debía dejar las cosas en claro. Jon era su familia, él lo defendería de quien fuera.
Lady Catelyn se marchó a la habitación de su hijo. Se encontró con la noticia de que estaba dormido, ella sonrió, Robb era en toda su apariencia un Tully. De pronto un ruido en la otra cuna la hizo girar, era Jon, el bastardo, que empezaba a moverse. Ella lo miró, él era un Stark completamente, se parecía tanto a su marido y eso la hacía enojarse tanto.
-No voy a dejar de recordarte nunca que eres un bastardo Jon, jamás vas a ser un verdadero Stark, no mientras yo viva.
Jon empezó a llorar pero ella no lo cargó.
-Nunca podré amarte, siempre que te vea serás un recordatorio de la traición de mi marido.
-Entonces no eres inteligente como yo pensaba Lady Catelyn- dijo una voz fuerte.
-Lady Lyanna
-¿Terminaste?- preguntó con rabia. ¿De hablarle de manera horrible a mi sobrino? Es un bebé, querida buena hermana.
-No sabes lo que siento, no puedes juzgarme.
-No te juzgo. Pero Jon- dijo señalando al pequeño, él no merece tu odio.
-No puedo ser una madre para él.
-No lo seas, pero no lo odies- dijo tranquila. Él me va a tener a mí, soy su tía después de todo, si necesita una madre, ésa seré yo- dijo con lágrimas en los ojos.
El tiempo pasó, Lady Catelyn se suavizó con su marido, después de Robb llegó una hermosa niña idéntica su madre a la que nombraron Sansa. Otra vez la herencia Tully le había ganado a los Stark. Pero con Jon nunca hubo un cambio, ella nunca lo trató bien, siempre le recordó que no era su hijo. Pero Lyanna y Ned estaban ahí para el pequeño, él jugaba con Robb como iguales y el corazón de Lyanna se hinchaba de orgullo al verlo crecer día con día.
Cuando Lady Catelyn dio a luz a otra niña, de nombre Arya, Lyanna jamás había visto a su hermano sonreír de la manera en que lo hizo cuando la vio. Ella era una Stark en toda la extensión de la palabra. Sus ojos grises y su cabello negro lo probaban. Todos le habían dicho que se parecía a ella y tenía que reconocer que estaban en lo cierto. Recordó con una sonrisa cuando su hermano le dijo:
-Lya, ella es idéntica a ti- sonriendo. Estoy seguro que heredó tu belleza y fortaleza hermana mía.
-Estoy contando con ello hermano.
Lady Catelyn había fruncido el ceño ante este comentario.
El más feliz con el nacimiento de Arya había sido Jon, Lyanna recordó cuando llevó al pequeñito a verla por primera vez.
-¡Ella se parece a mí!- dijo sonriendo.
-Ella lo hace cariño- Lyanna sonrió dulcemente.
-Yo la voy a cuidar siempre, ella es mi hermanita.
-Algo me dice hombrecito pequeño, que si ésta niña es como tu tía Lyanna, ella te va a proteger a ti- dijo riéndose Ned mientras entraba a la habitación de su amada hija.
Lyanna sonrió, le encantaba imaginarse que su hijo podría llevarse tan bien con la pequeña Arya. Le gustaba la idea de que ellos pudieran tener un amor de hermanos como el que compartía con Ned y Benjen su hermano, a quien extrañaba tanto. De pronto la culpa la invadió cuando recordó a su hermano Brandon. Él había muerto porque ella se enamoró del hombre equivocado. Todos tenían sus peajes en ésta vida y ése era uno grande que cargaba con ella. Su amado hermano y su padre.
Y fue en honor a su hermano, que dos años más tarde, habían llamado Brandon al cuarto hijo de Ned y Catelyn Stark. Otro niño completamente Tully. Ella amaba a sus sobrinos por igual, aunque Catelyn no dejaba que pasara mucho tiempo con Robb y Sansa, ella siempre se las arregló para estar con Arya.
De pronto su hermano interrumpió sus pensamientos cuando entró a su habitación.
-Ned, ¿qué pasa?
-Es un cuervo de Robert. Quiere que vaya a Desembarco del Rey.
GRACIAS POR LEER MI HISTORIA.
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The Promise
RomanceUna historia Gendrya. Lyanna sobrevive a lo acontecido en la torre de la alegría, regresa a Winterfell y observa desde lejos a su hermano criar a su hijo Jon. Una serie de eventos suceden que ponen a prueba la unión de los Stark. TERMINADA