DISCLAIMER: NADA ME PERTENECE, SOLO MI CORAZÓN SHIPPER.
Gendry observaba la vista desde la cámara real que compartía con su amada esposa en Desembarco del Rey, una semana había pasado desde su regreso de Winterfell, por supuesto que habían deseado quedarse más tiempo pero sus obligaciones y la inminente guerra contra los Targaryen estaba a la vuelta de la esquina, debían prepararse. Su corazón se calentaba al ver la hermosa figura de su esposa recostada en su cama, dormía plácidamente, se encontró recordando su boda hace poco tiempo atrás.
FLASHBACK
Arya se movió en su sueño, negándose a despertar, Gendry por su parte solo la abrazaba más fuerte. No podía creer que por fin ella estaba en sus brazos, que después de tanto tiempo al fin eran uno solo. Ella era suya y estaría condenado si la perdiera alguna vez.
-Despierta Arya, está por amanecer, tu padre y el mío se darán cuenta que estamos juntos- él le dijo con cariño mientras besaba su frente.
-Oh, estoy segura que nadie dirá nada Gendry. Además ahora soy tu mujer. Nadie me va a separar de ti nunca- ella le sonrió.
-Arya, debemos casarnos de inmediato.
Ella rodó los ojos.
-Sí, lo haremos, pero a mi manera. Regresaremos a Winterfell, está más cerca y diremos nuestros votos frente a la madera de los Dioses- ella besó su nariz- solo estará tu padre y mi familia. Sin gran celebración.
-Estoy seguro que mi madre odiará escuchar esto pero estoy de acuerdo.
-Correcto, ahora a vestirnos que debemos irnos.
Robert y Ned habían aceptado a regañadientes la idea de una boda "rápida" considerando que Gendry era el Rey de los Siete Reinos, pero ellos tenían un compromiso demasiado largo y estarían en guerra más pronto que tarde, deberían establecerse las alianzas cuanto antes. Pero después de todo habían estado más que felices de que por fin serían una familia, y lo mejor era que su unión sería por amor, después de todo, sus hijos eran felices y se amaban. Los dioses eran buenos.
A su llegada a Winterfell, todos sabían que su princesa Arya Stark estaría siendo desposada por el Rey Gendry Baratheon esa misma noche, más de uno se preguntó por qué la premura pero al decir que era lo que su loba quería todos se relajaron, después de todo nadie obliga a Arya hacer algo que no quisiera. Todo el norte estaba feliz por ellos.
El Rey estaba en sus cámaras, aprovechando los pocos momentos a solas para descansar y pensar, estaba sumamente preocupado, ésta guerra era inminente, Daenerys Targaryen quería quitarle todo, no solo su reinado, pero ella quería a su futura esposa para su sobrino Aegon, eso no lo podía permitir. Por una vez pensó en lo que debió haber sentido su padre cuando la mujer que le fue prometida fue arrebatada de él, poco a poco pudo entender por qué un hombre como Robert Baratheon fue a la guerra por una Stark. Él quemaría los Siete Reinos si alguien intentara dañar a su loba, de eso estaba seguro. Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando hubo un golpe en su puerta.
-¿Quién?
-Jon, su majestad. ¿Puedo pasar?
Gendry se sorprendió de la formalidad de Jon pero le dijo que sí. Ciertamente esta no era una visita de dos amigos, esto era por algo más importante- pensó- Arya.
-¿Qué pasa Jon?- Gendry fue directo- ¿Está Arya bien?
-Ella está bien, su majestad- Jon cortó- de hecho en este momento las doncellas la están arreglando para la boda.
Gendry sonrió al imaginar a su futura esposa siendo obligada a vestirse formal.
-¿Entonces que pasa Jon? Y por favor, llámame Gendry.

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The Promise
RomanceUna historia Gendrya. Lyanna sobrevive a lo acontecido en la torre de la alegría, regresa a Winterfell y observa desde lejos a su hermano criar a su hijo Jon. Una serie de eventos suceden que ponen a prueba la unión de los Stark. TERMINADA