Solo no repitas la historia.

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DISCLAIMER: Nada me pertenece, solo el corazón shipper.


Gendry se encontraba refugiado en su amada fragua. Desde hace dos semanas los invitados al banquete y torneo en su honor habían comenzado a llegar. Él por supuesto no quería nada de esto. Se había cansado de decirle a su padre que por favor le permitiera una simple cena con su familia solamente. No quería todo este alboroto. Su padre por supuesto se había negado, había dicho que se acostumbraba que el heredero al Trono tuviera una celebración en grande. Así que él estaba evitándolos. Su madre lo había tratado de convencer de asistir a ciertas reuniones con las Casas y familias que iban llegando pero unos segundos con ellos le bastaban para darse cuenta que no quería esta vida, el solo quería su martillo y su fragua.

-Vamos sobrino, todo mundo está aquí para verte y tú te escondes.

-¡Tío Renly!- el muchacho corrió para abrazarlo. ¿Cuándo llegaste?

-Hace unos momentos por supuesto. Le pregunté a tu madre por ti y aquí estoy- dijo con una sonrisa. No me perdería por nada del mundo tu celebración. ¡Siete infiernos Gendry, dieciocho años! Parece como si fuera ayer cuando naciste y nos hiciste tan felices.

-Bueno, parece que padre no está tan feliz ahora- dijo frunciendo el ceño.

-Él te ama sobrino y lo sabes. Pero Robert está tan cansado de ésta vida. Él piensa que ya estás listo para tomar el trono.

-En eso se equivoca, yo no quiero ser Rey.

-Él tampoco quería y lo sabes. Tuvo que hacerse cargo de lo que la vida le tenía preparado y lo hizo bien. Su pueblo lo ama y también a ti. Estoy seguro que encontrarás a una buena esposa que te ayudará a gobernar. Así como mi buena hermana lo hizo con tu padre.

-Madre es la mejor Reina- dijo Gendry. Todos la aman, estoy seguro que ninguna mujer será como ella.

-Bueno, eso lo vas a descubrir en tu fiesta. Veremos a todas las hermosuras que tienen los Siete reinos y tú vas a escoger a una.

-Eso es un tema todavía más complicado. Mi matrimonio no debería ser asunto de todo el mundo. Quiero ser capaz de elegir a una joven que me quiera. ¿Es mucho pedir?

-En tu caso sí querido sobrino. Incluso yo, me casé por deber, no es que lo quisiera y eso lo sabes.

Gendry sonrió tristemente, su Tío Renly era la prueba de que había cosas que tenían que hacer por el bien del Reino, aunque no fuera feliz con ello. Él estaba casado con Lady Margaery Tyrell ahora Baratheon y todos sabían que ellos no se amaban ni poquito. Tenían una situación muy peculiar ya que en las Tierras de las Tormentas vivía el hermano de su esposa: Ser Loras y todos hablaban que entre ellos había algo más que simple amistad. Gendry por supuesto no comentaba nada pero se sentía mal porque nadie podía estar feliz con la persona que en realidad querían- pensó.

Caminó con su tío y se encontraron con su madre y su hermana que recién entraban al gran comedor.

-No pasan los años por ti mi Reina- dijo Renly mientras besaba la mano de Cersei.

-Oh calla adulador, ven aquí y dame un abrazo. Es bueno verte también.

-Hermanito-dijo Myrcella mientras Gendry la alzaba con fuerza.

-Hermana, cada día más bella.

-Pronto tendrás un problema decidiendo con quién vas a casar a ésta hermosura- Renly le dijo a Cersei en el oído.

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