More Than No Good

CAPITULO 9: desliz de lengua

Una pizca de autocontrol era todo lo que se interponía entre ese idiota Dino y una bala en su cerebro. Reborn debería haber sabido que su antiguo estudiante idiota encontraría una manera para leer mal el kanji y terminar en la clase equivocada. De todas las situaciones, Reborn había temido más esta, pero aun así no logro impedirla. Ese kanji había sido un terrible error. Y si su situación actual no era suficientemente mala, su chupete brilló. Otro arcobaleno estaba dentro del rango, y si la niña asesina que había ido tras su estudiante era alguna indicación, Reborn sabía exactamente cuál era.

"Hola, Reborn," dijo una reconocible voz calmada. Reborn no necesitó darse vuelta para saber quién era.

"Ciaossu," dijo tan calmado como le era posible. "¿Tu estudiante tuvo éxito encargándose de su objetivo?"

"No. Todavía es inexperta, así que está quedándose aquí en Japón para entrenar."

"Ya veo," dijo Reborn. Vagamente se preguntó dónde se estaba quedando la niña, pero la información era bastante irrelevante para su actual deber. Normalmente, Reborn se aseguraría de saber cada hecho y localización de todos dentro de un radio de cincuenta millas, lazos con la mafia o no, pero últimamente Reborn tenía poca motivación para mantener un seguimiento de cualquier cosa fuera de los paraderos y maquinaciones de la creciente famiglia de su estudiante. El mocoso actuaba como si la cantidad invalidara la calidad y aceptaba a cualquier imbécil que mostrara la más mínima lealtad o fuerza, y sin embargo, ese mismo mocoso estúpido se reusaba a dar a Gokudera Hayato una segunda mirada. El mocoso había hecho que cada plan del hitman o cada intento por mejorar la famiglia del mocoso fracasaran con sus recurrentes rabietas y arrebatos. Reborn apretó sus pequeños puños, sabiendo que una vez más tendría que usar las llamas del sol para evitar que las marcas de las uñas dejaran cicatrices.

"¿Estás aquí en una misión?"

La pregunta puso todos los nervios de Reborn de punta. Tuvo que agarrar su fedora para imitar algo parecido a la calma. La palabra "misión" no era la que el hitman usaría para describir su situación actual. "Tormento" encajaría mejor con la situación.

"Si me permites viejo amigo," dijo el otro arcobaleno, "pareces bastante estresado."

Reborn envió al otro una mirada oscura, pero una sonrisa calmada fue su única respuesta.

"Podrías sentirte mejor si hablas sobre ello."

Esta vez, Reborn se burló. Como si hablar cambiaría la situación y de repente hiciera que todos los problemas desaparecieran. La información era demasiado valiosa para ser revelada y discutida con el propósito de hacer sentir mejor a una persona.

"Podríamos ser capaces de encontrar una solución si lo discutimos," dijo el otro. Reborn a menudo se enorgullecía de sí mismo de ser ilegible. La única que había leído a Reborn lo suficientemente bien para saber lo que estaba pasando en la cabeza del hitman había sido sólo la arcobaleno del Cielo. Y ahora su compostura se había derrumbado tanto, que otro podía ver fácilmente a través de él.

"No quiero," respondió Reborn, sin importarle que la respuesta sonara infantil. Preferiría disparar al otro en la cabeza antes de sucumbir a la degradante posición de pedir ayuda. Él era el hitman número uno en el mundo, y él no necesitaba hablar.

"¿Es sobre tu estudiante?" La mirada de Reborn fue una vez más ignorada cuando el otro respiró profundo. El suspiro que exhaló no sonó diferente del que el otro usaría antes de comenzar una batalla. "Escuche que el Noveno Vongola te envió en una misión para entrenar al jefe de la Décima generación y que el niño vivía en Japón. Es por eso que no me sorprende verte aquí o que sabes de mi I-pin. ¿Estás preocupado por tu estudiante? ¿Está en problemas de algún tipo?"