Bienvenida al Inframundo - #1 Trilogía Redención

6."No son lo que parecen"

Pasaron horas desde que desperté, Oscar y Costa fueron los primeros en levantarse e ir al bar que quedaba unas calles abajo, Meena estaba preparando el desayuno cuando entré a la cocina.

—Buenos días Marissa, ¿Dormiste bien? —saludó mientras servía dos vasos de jugo de naranja y me pasó uno.

—Así es, estoy descansada y con las pilas cargadas, ¿Qué hay para hoy? — pregunté mientras empecé a prepararme unas tostadas.

—Hace unos días llegó un grupo empresarial a la isla, reservaron el resto-bar para hacer la despedida, creo que son británicos —se sentó a mi lado mientras me miró de pie a cabezas —Tenemos que preparar las mesas para el almuerzo, pero antes iremos de compras, necesitas ropa más liviana y bonita.

—¿Qué tiene de malo lo que llevo puesto? —pregunté mientras bajé la lirada, llevaba unos leggins negros, con una remera de AC/DC y zapatillas deportivas blancas.

—Que siempre te vistes con ropas muy holgadas, cuando tienes unas curvas de infarto.

—¿Y eso es tan malo? Meena, no me siento cómoda mostrando mucha piel, no tengo el autoestima como el tuyo, además que tienes el cuerpo y la actitud para lucir así —comenté señalando su estilo, llevaba sus rulos recogidos en una coleta floja, un top color coral que resalta en su piel bronceada, junto con un short blanco extremadamente corto y unas sandalias estilo romano hasta las rodillas.

—¡Bah! No pretendo vestirte como yo Marissa, pero puedo ayudarte a elegir algo más acorde a la isla, algún vestido un poco al cuerpo, colores pasteles que van a quedar divinos con tu pelo castaño claro.

—¿Debo confiar en que vas a saber como vestirme? —pregunté dudando un poco. Durante el viaje hasta la isla había pensado en un cambio de imagen, aunque odiaba admitirlo, Meena tenía razón, toda mi ropa era más grande y de colores oscuros. Creo que sí haré una nueva vida aquí, también podría tener ropa nueva.

—Oh vamos, dame más crédito ¿Si? Estudié asesoría de imagen, sé como hacer para que te veas genial —dijo Meena con una enorme sonrisa que marcó sus hoyuelos.

—¿Asesoría de imagen?¿Estudiaste para decirle a las personas como vestir?

Siempre le gustó la moda y está al tanto de todas las tendencias, tenía lógica que se dedique a eso.

—Es toda una ciencia el saber que clase de ropa, color y accesorios va con qué tipo de cuerpo —respondió ella muy seria.

—Está bien, confió en ti.

Terminamos recorriendo casi todas las tiendas de Fira, nos quedamos sin brazos para cargar más compras. Meena eligió de todo, desde vestidos de gasa, seda y algodón, hasta blusas, pantalones, túnicas; todo lo que veo en las páginas chick de Facebook, prácticamente todo eso lo compramos, en dos horas.

Fuimos a la casa a dejar las compras y cambiarme de ropa, mi remera ancha y leggins fueron cambiados por una blusa de gasa suelta color cielo, un short de jeans gastados con las sandalias romanas, al verme en el espejo me sentía rara; me veía realmente bonita, lo bueno es que me sentía yo misma, no como cuando Xander me hacia vestir sus caros vestidos, esa no era yo.

Pero esta chica que me devolvía la mirada, se veía fresca, se veía libre, me acomodé el cabello en una trenza y salimos rumbo al trabajo.

El local se encontraba a la vera del mar, tenía techo revestido de paja y un pequeño muelle, se veía como en una postal; estaba tan emocionada observando el lugar que no vi por donde iba, creí que tropecé con algo hasta que el bulto se quejó en griego, creo que debo aprender más el idioma.