Marissa fue golpeada, ultrajada, violada, humillada, encerrada por años, por el hombre al que creyó amar. Hades estaba en su despacho privado, pensando en todo lo que Cassandra le había mostrado sobre ella, luego del relato de su madre le ordenó a Cassandra ver su vida y ella obedeció, él no se había interesado por su vida mortal cuando llegó.
La primera vez que la vio fue en el juicio, no se dejó intimidar y eso le agradó. Cassandra era muy feliz desde que Marissa estaba en el palacio, sonreía y cantaba por los pasillos, bromeaba con los mellizos, eso le gustó. Hipnos y Thanatos le tomaron cariño rápidamente, incluso Hécate y su hijo, desde su llegada Marissa tocó los corazones de todos con su carácter fuerte y su sonrisa. Nadie se imaginaría el pasado tan desdichado que sufrió, y ahora por culpa de ese desgraciado Marissa había perdido a su madre y su hermano seguía desaparecido.
—Hades, mi rey...—escuchó una voz que provenía del salón del trono, volviéndose humo desapareció del despacho para aparecer frente a él.
—¿Qué noticias me traes Hipnos? —dijo Hades, observando al dios onírico, esta vez estaba vestido todo de negro, pantalones y botas de combate, la camiseta el logotipo de Red Hot en el pecho.
—Fuimos a la casa, se nota que hubo una gran pelea dentro...—explicó Hipnos —Había mucha sangre en el garaje, Thanatos está siguiendo el rastro de sangre del hermano, yo fuí a los hospitales y estaciones de policía pero no había información sobre Mauricio.
Hades estaba molesto, seguían sin encontrarlos, quería devolverle su familia a Marissa, y poner las manos sobre el maldito bastardo responsable de todo esto. Se sentó en su trono, tratando de pensar en una solución.
—¿Has averiguado algo más? —preguntó Hades.
—Alexander lleva desaparecido ya un buen tiempo, hizo destrozos en la casa de sus padres —respondió Hipnos —El departamento que compartía con Marissa estaba hecho un basurero, había botellas de licor vacías, fotos y ropas de ella por todos lados.
Hipnos sacó de su bolsillo una fotografía y se la pasó a Hades que la observó con curiosidad. Ahí estaba Marissa con el cabello rubio platinado alzado en una cola de caballo, estaba muy delgada, llevaba un vestido beige al cuerpo con espalda abierta muy elegante, parecía un evento de sociedad, ella estaba sonriendo a la cámara pero sus ojos carecían del brillo que él conocía.
—Esta no es nuestra Marissa —dijo Hades, haciendo que la foto se prendiera fuego con una llama negra.
En eso una estática se sintió en el ambiente, anunciando la llegada de un dios. Una especie de agujero negro se abrió cerca de ellos, de él salió Thanatos, vestido igual que su hermano pero con una remera gris oscuro, llevaba una sonrisa triunfal.
—Miren nada más lo que me encontré —dijo Thanatos con voz cantarina, estirando la cadena que llevaba en la mano, hizo salir del portal a un hombre encadenado, se veía sucio y golpeado.
Cuando el hombre atravesó el portal, este se cerró de inmediato, Thanatos lo llevó hasta el trono y de una patada en las piernas lo hizo arrodillarse de golpe, lo agarró del cabello enmarañado y estiró hacia atrás para dejar ver su rostro.
—Lamento el mal estado en que lo traje su alteza —se excusó Thanatos —Pero el desgraciado se negaba a acompañarme.
—No hay cuidado...—dijo Hades, levantándose del trono, acercándose al recién llegado —De todas formas, haremos que se sienta como en su casa, ¿no es así Alexander?
Xander solo podía gemir de dolor, estaba vestido con unos jeans desgastados, su remera blanca estaba sucia, tenía la cara algo amoratada y el labio cortado.
ESTÁS LEYENDO
Bienvenida al Inframundo - #1 Trilogía Redención
FantasyPrimer libro de la Trilogía Redención. Después de años de agresiones y maltratos me rebelé y huí de mi carcelero. Me fui lejos a rehacer mi vida, a vivir mi sueño. Lo que jamás imagine fue que me toparía con dioses griegos, si, de esos que lees en l...