Bienvenida al Inframundo - #1 Trilogía Redención

22. "Marissa, amor"

Cuando despertamos, Hades no dejó que nadie nos molestara, pasamos el día entre las sábanas. Para al medio día nos alistamos para almorzar con los demás, me puse un vestido corto de algodón negro con pequeños unicornios rosa esparcidos por ahí y unos converse de caño alto. Hades al verme rió diciendo que los unicornios serán sus animales favoritos desde ahora, él estaba con unos jeans negros, botas de combate y una camiseta gris.

No era un secreto lo que pasaba entre nosotros, en el almuerzo me di cuenta que todos estaban al tanto, es más parecían estar de acuerdo, solo Hécate estaba ausente ya que aún se sentía algo débil.

—Ya que has visto la vida arriba, ¿qué tipo de música te gustó Cassandra? —preguntó Hades, todos siguieron comiendo pero su atención estaba en el rey.

—Descubrí que soy una romántica, tanto en películas como músicas tienen que ser de amor —dijo Cassy.

—Con que romántica —dijo Hades, que observaba a Cassandra con cariño —Y que hay de tí Marissa, ¿también eres romántica?

—No hay mujer que no tenga su lado romántico—dije sonriendo —Pero debe ser gracioso en las películas, mis preferidas son las comedias románticas.

—Serberus, ¿a ti qué te gustaría ver en una película? —curioseó Hades, todos estaban extrañados por su pregunta.

—¿Mi señor? —dijo Serberus, dudando un poco —No tengo nada en contra del romance, pero preferiría ver algo de aventura, algo épico.

—¿Thanatos, Hipnos? ¿Qué hay de ustedes? -preguntó Hades, observando a los mellizos que estaban algo desconcertados.

—Yo diría que algo fantástico, magos, mundos extraordinarios...—dijo Hipnos, Thanatos sonrió a su hermano y asintió con la cabeza.

—¿Gemelos? —dijo Hades, observando a Phobos y Deimos.

—Una de terror...—dijo Deimos, mirando a su hermano.

—Que tenga misterio, para hacerlo más interesante —comentó Phobos encogiendo los hombros.

—¿Por qué tanta curiosidad? —pregunté, Hades miró a cada uno de los presentes y sonrió, todos quedaron pasmados ya que no era algo que hiciera seguido.

—Qué les parece si esta noche, luego de la cena preparamos un... como se dice, ¿cine en casa? —dijo Hades, todos dejaron de comer para prestar atención —Como caballeros que somos, daremos prioridad a las damas, y ellas elegirán la película de esta noche, y si les gusta la idea haremos esto una vez a la semana, ¿están de acuerdo?

Nadie dijo nada, estaban en shock por el cambio de su gobernante, ni yo misma podía cruzar palabras. Sólo me sentía feliz de que haya bajado el escudo que puso a su alrededor por culpa de Perséfone, después de todo, esta es su familia.

—¿Lo dices en serio? —preguntó Cassandra —¿Quieres que llame a Hécate? Seguro estás delirando.

—Estoy bien Cassandra. —dijo Hades —Sé que he estado muy distante en las últimas décadas, pero las cosas van a cambiar, lamento haberles hecho pasar tan mal, esa perra no nos va a amargar la vida, no más.

Cassandra dió un grito de emoción, saltó de sus silla y abrazó a Hades. Él quedó sorprendido por su reacción, pero no dudó en devolverle el abrazo. Los demás levantaron sus copas y brindaron por el cambio. Cuando el almuerzo terminó, fuí con Cassy y Phobos a recorrer el Prado, hoy les tocaba a los mellizos ayudar a Caronte así que Pánico estaba libre.

Phobos se veía más tranquilo estando con Cassandra, ella era tierna y atenta con él, yo me sentía algo excluida e intenté escabullirme pero no me lo permitieron. Visitamos a mis padres, mamá nos llenó de postres, hasta hizo que trabajemos en la cocina haciendo bizcochos. Mauricio enseñó a Phobos a usar el Play4, para su desgracia lo aprendió rápido y fue un duro oponente, papá disfrutaba verlos así.