19. "Ayúdame Phobos"

26.4K 1.9K 128
                                    

—Se supone que no podemos entrar al Limbo —dije dudando, haría lo que fuera por sacar a mi hermano de ahí.

—Se supone que no debemos permanecer mucho tiempo ahí —explicó Phobos —Ya que si las almas sienten a un ser vivo, tratarán de poseer el cuerpo para poder salir.

Me sonaba a una horrenda película de terror, donde los espíritus malignos poseían cuerpos.

—Dime cómo llegar hasta él —rogué.

—Haré algo mejor, te lo mostraré —dijo Phobos, mientras se dirigía hacia las celdas, yo seguí sus pasos.

—¿Por qué habrías de ayudarme? Tu me odias —pregunté.

—Yo nunca dije que te odiara —dijo mirándome de reojo —Sé que dicen que odio a todo el mundo, pero nunca se atrevieron a preguntármelo, sólo lo asumieron.

—No comprendo, ¿Por qué hablas conmigo y con los demás no? —indague.

—¿Te das cuenta que los demás temen hablar conmigo y tú no? —contraatacó con otra pregunta.

—Pero... pero... no —dije pensando en lo que me había contado Cassandra y lo que acababa de decir Phobos —Desde que llegaste no has hablado con nadie, ¿Porque nadie te hablo a ti primero?

Phobos se detuvo y me encaró, las venas de sus ojos se habían vuelto de un color rojizo, como si le ardiera.

—Mírame Marissa —gruñó, me tomó de los brazos y me sujetó cerca de él —¿Crees que no soy consciente de todo lo que hice por Ares? ¿Que no sé lo horrenda que se ve la cicatriz que mi padre me hizo antes de lanzarnos al Tártaro?

Me sujetó contra la pared, sus ojos brillaban con furia, pero se veía también el dolor de ser rechazado.

—Hades hizo todo lo que estuvo a su alcance para ayudarme, fué como el padre que nunca tuve —dijo Phobos con la voz cargada de emoción —Cuando los habitantes del palacio me vieron, se apartaron como si fuera una peste, por este rostro que estoy condenado a mostrar. Nadie me dirigió la palabra, sólo mi hermano y el rey.

Podía entender su enojo, lo había visto en el palacio, como se alejaban de él, evitando quedar cerca.

—Si te ayudo a buscar a tu hermano es porque Hades te tiene aprecio —dijo Phobos apartándose —Por Hades, voy llevarte hasta él, pero debes obedecerme y hacer lo que te digo si quieres salir viva de ahí.

Yo solo asentí con la cabeza y retomamos la marcha. Al final de las celdas había una puerta enorme, Phobos encabezaba la marcha por un interminable pasillo que había al otro lado. Estaba vagamente iluminada por antorchas, solo se escuchaban nuestros pasos, a medida que avanzábamos bajaba más la temperatura.

—¿A dónde nos lleva esto? —pregunté.

—Debajo del palacio hay túneles que recorren el Inframundo —respondió Phobos —Éste termina en una cueva al norte, muy cerca de la entrada al Limbo.

Recuerdo que Hécate me dibujó un breve mapa de los dominios de Hades. Su palacio estaba en el centro, rodeado del Prado de Asfódelos*, al sur estaba la Isla de los Bienaventurados*, al este los Campos Elíseos* y al oeste el Tártaro*.

Seguimos en silencio, mis pies me dolían, los muslos y las pantorrillas me quemaban por la larga caminata, cuando estaba por pedir un descanso se empezó a ver una especie de luz al final del túnel.

—Cuando salgamos de aquí, no debes alejarte de mí —dijo Phobos seriamente —Y hagas lo que hagas, no dejes que te toquen.

—Está bien, solo terminemos con esto —dije nerviosa —No me gusta este lugar.

Bienvenida al Inframundo - #1 Trilogía RedenciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora