×15×

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Slug movía el pie un poco desesperado, esperaba afuera de la mansión a White Hat, quien dijo que bajaría en un minuto, pero ya habían pasado fácilmente unos quince. No tenía mucha paciencia en estas situaciones.

—Calma Slug, calma— habló para si mismo — Por el idiota de lentilla, hazlo por él— se daba ánimos.

Ya llevaba una cuenta mental, siempre dicen que contar hasta diez te calma. Slug iba en el número quinientos ochenta y dos, ahora en el tres, cuatro.

"¿Por qué demonios se está tardando tanto?" Miró la hora en su celular, si llegaba a tardarse más el metro se llenaría de gente.

—¡Doctorcito!— White Hat le abrazó detrás suyo— Disculpe por tardar, Mariana me pidió ayuda para peinarla y no podía decirle que no— una leve sonrisa se dibujo en su rostro.

Slug quería reclamarle, eso sería lo normal. Pero no, está no era una ocasión cualquiera, irían a una cita, desde hace años que no tenía una, así que nuevamente tomó aire— Si, está bien— miró el piso.

—Entonces, vámonos— sin aviso el más alto tomó su mano, se sobresaltó un poco por el contacto, no estaba del todo acostumbrado.

Miro el agarre, por fin estaba tomando su mano, sin miedo, sin temor a que el mayor le rechazará o negarse a sentir como su corazón se aceleraba. De alguna manera se sintió completo.

Sacó un suspiro algo aliviado, como si estuviera en calma consigo mismo— Si, está bien— apretó un poco la mano del contrario, quien no quitaba la vista de enfrente.

Los héroes siguieron hablando de temas triviales hasta llegar al metro, primera señal de que tu cita va a ser un desastre:
Slug piso heces de perro en la calle y tuvo que limpiar su zapato en un charco de agua.

Varias personas comenzaron a rodearlos, si bien no reconocían a Slug definitivamente conocían a White Hat, solo eso bastó para que varias personas tomarán fotos y vídeos.

"Inhala y Exhala" se repitió mentalmente el azabache, solo quería entrar al metro con total tranquilidad, pero parecía que esa última palabra no era posible si estaba con su jefe.

No podían dar ni dos pasos sin que los detuvieran para alguna foto, o por un autógrafo, saludo, para que escribiera algo en sus camisas, etc.

—Por fin, maldición— ambos abordaron, aún dentro había gente que murmuraba sobre la presencia del héroe.

—Es hasta la última linea ¿verdad?— el mayor se aferraba al tubo con una postura normal, mientras que el menor sentía que su cara iba a limpiar el piso. Se notaba a simple vista que no era de tomar el transporte público.

—Si, la última— eran bastantes estaciones ahora que lo observaba— ¿Quieres irte sentado?— le cuestionó, había un lugar libre justo enfrente de ellos.

—Oh, no, yo estoy bien, gracias— le sonrió el héroe de lado.

—Mejor para mí, el tipo no sabe conducir— Slug tomó asiento, suspiró más aliviado, tal vez la cita no sería tan desastrosa como pensó.

La tranquilidad no duró mucho, en solo una estación el vagón que venía casi vacío, se llenó hasta parecer lata de sardinas ¿Debemos mencionar de que muchas chicas le coquetearon a White Hat? Si, también los vendedores insistieron en que el héroe comprara su mercancía, lo cual hizo.

Unas estaciones después, ya con el vagón más vacío Slug le habló a su cita— ¿Cuántas mier- cosas compraste?— White Hat lo pensó un poco, metió su mano al bolso trasero de su pantalón.

—Compré unas pilas, cuatro chocolates de marcas diferentes, una venda elástica, un cortaúñas, un paquete de plumas, donitas para el cabello, una pomada con extracto de marihuana, audífonos, pero no sé preocupe. Ellos dijeron que eran productos de calidad— Una enorme sonrisa se dibujó en su rostro, Slug no sabía si pensar que su chico de sombrero era ingenuo o solo quería ayudar a la gente.

Atracción «PaperHatHeroic!» [Villainous]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora