-¿Qué le pasa a ese chico que tarda tanto?
-No sé, me dijo que iba a buscar algo.
-Se veía nervioso- Añadió jay.
-Iré a ver.
James se bajó del auto preocupado, como no, hace ya media hora Cameron me dijo que iba a buscar algo y después no se supo nada más de él.
-¿Le habrá pasado algo?
-Es imposible que le haya pasado algo en la casa.
-¡Cameron!- Se oyó el grito de su padre.
-¿Voy a ver?- Pregunte. Ambas asintieron.
De un salto salí del vehículo, corrí rápidamente hasta llegar a la casa y al abrir los ojos como platillos; todo estaba revuelto y disperso, la casa estaba echa un desastre, por poco el sillón no estaba volcado.
-Amor- Cameron me abrazó preocupado.
-¿Qué pasa?
-Lo lamento, no quería.
-¿De que estas hablando?
-Soy un pésimo padre, no merezco algún día ser el padre de tus hijos, yo…
-¿Qué?
-Fanti ya no está en mi cuarto, busqué por todos lados.
-Lindo- Le apreté las mejillas- Fanti está en mi cartera.
-¿Ah?
-Sí, lo metí en mi cartera.
-¿Hiciste todo esto por un elefante de peluche?- Dijo James molesto.
-No es un elefante de peluche- Sacudió la cabeza- Es el fruto de nuestro amor.
-¿Podrían llevarse a ustedes y al amor al auto?
-Claro- Besó mi mejilla.
Tomó mi mano con fuerza y me llevó hasta el auto. Me soltó y corrió a mi cartera, sacó a Fanti y lo puso en el asiento trasero.
-Estas loquito- Dije viendo como le ponía el cinturón de seguridad.
-No quiero volver a perder a nuestro hijo.
-Técnicamente no lo perdiste.
-¿Supongo que no estarán practicando?- jay me vio fijamente.
-No mamá.
-Hablando de eso… ¿Tienen?
-Súbanse- Interrumpió James.
-Cameron, saca a Fanti para que pueda subirme.
-No- Se dio unos golpecitos en las piernas.
-De acuerdo- Me senté en sus piernas.
-Cameron… ¿Tienen?
-No.
-¿Qué cosa?- Preguntó James en tanto presionaba el acelerador. jay se acercó y le susurró algo en el oído- Ah, podemos comprar en el camino.
-¿Comprar qué?- Murmuré a Cameron.
-Ya sabes… eso.
-¿Qué es eso?
-Preservativos- Concluyó jay.
-Ah- Me sonrojé.
-Me encanta cuando te sonrojas.