-Espérame.
-¿Qué pasa linda?- Se detuvo.
-Me duelen los píes.
-Sube- Se inclinó hacia adelante.
Me subí en la espalda de Cameron y él comenzó de nuevo el camino a la playa. Estaba oscuro pero al estar con Cameron no sentía ni una pisca de miedo, a pesar de que sea un debilucho que no puede lastimar ni a una mosca sin golpearse él mismo confió en él y sé que a su lado no me pasará nada.
-Bájame.
-¿Recuerdas en donde estábamos?
-No.
-¿Entonces cómo recuperaremos a Fanti si no recordamos en donde la dejamos?
-¿Qué tal si volvemos mañana?
-No. No me voy sin mi hijo.
-Eres adorable- Lo abracé- Vamos- Le extendí la mano.
Dimos un largo paseo por la playa y aun así no podíamos recordar el lugar en donde nos habíamos sentado hace un par de horas. ¿Por qué la playa tiene que ser tan… igual? No hay manera de recordar en donde lo dejamos.
-No creo que lo hallemos.
-Pues sigamos buscando.
-¿Qué pasa si no lo hayamos?
-Tienes que pensar en positivo- Besó la comisura de mis labios.
-Lo intento pero estoy perdiendo las esperanzas.
-La esperanza es lo último que… ¡Auch!
-Amor- Traté de levantarlo pero el me aventó al piso- ¡Ay!
-Lo siento, tropecé con esa roca.
-¿Qué roca?
-Esa.
-¿Cuál?
-Esa- Apuntó junto a nosotros.
-Cameron… ahí no haya nada.
-Lo sé- Se subió sobre mí- Fue solo una escusa para estar de esta manera contigo.
-No necesitas una excusa para esto- Lo besé.
Bajó sus manos de mis hombros a la cintura causando que una sutil corriente me recorriera las piernas, me aferré con cuidado de su cabello, tirándolo pero evitando ser muy brusca. Sentí sus labios separarse los míos; pasaron por mi mentó y llegaron a mi cuello, ladeé la cabeza y cerré los ojos para disfrutar de mejor manera aquellos besos pequeños. El agua me tocaba los pies, lentamente sentía como mis zapatos se iban empapando pero no por eso me detendría, esto es tan increíble que no lo pararía ni por culpa de una avalancha de arena.
¿Era mi idea o la temperatura estaba subiendo? Me encontraba en llamas, tenía un gran calor acumulado, Cameron me observó y limpió aquella gota de sudor que se deslizaba por mi frente. Al instante el calor se transformó en escalofríos, los cuales no fueron causados precisamente por mi novio…
-Demonios- Me levantó rápidamente.
Ambos estábamos mojados de la cintura hacia abajo, ya que el agua no había alcanzado a cubrirnos por completo pero los dos teníamos los pantalones empapados. Él rió y empezó a sacarse los pantalones; no lo detuve de un principio pero lo hice al percatarme de que ya iba por su ropa interior.
-Estamos en una playa pública Cameron.
-De noche y en donde no hay gente- Empezó a jugar con el elástico de sus bóxers.
-¿Qué pasa si alguien llega y te encuentra así?
-Dirá… ¡Oh mi Dios, nunca había visto un cuerpo más increíble que ese!
-¿Y si es un hombre?- Pregunté entre risas.
-Lo mismo pero solo que con un tono de voz más masculino.
-Si quieres secarte, tan solo vamos a la casa y te cambias ropa.
-No quiero secarme.
-¿Ah?
-Quiero meterme al agua… desnudo.
-¿No estarás pensando en eso de tu sueño?- Él solo sonrió tímido- Ni lo pienses Cameron, el agua está heladísima- Tirité.
-SI me abrazas no sentirás frio.
-Nos vamos a enfermar.
-¿Y qué? Estaremos en cama juntos.
Esto será divertido, un poco de locura de vez en cuando no está nada mal, de hecho creo que está bastante bien sacar tu lado salvaje aunque sea una vez por mes. Le sonreí y me quité el polerón, me miró sorprendido y luego se deshizo del suyo. Tanto nuestras prendas como nuestra cordura quedaron en el suelo, ya estando completamente desnudos me estiró la mano, la sostuve y empezamos a avanzar mar adentro.
-Tengo frio- Apreté su mano.
-Solo un par de minutos más y tu cuerpo se acostumbrará a la temperatura.
-Un par de segundos más y mi cuerpo se congelará.
-No- Se puso tras de mí y me abrazó.
-¿Ves la luna?
-Sí amor, es preciosa como tú.
-¿Me quieres?
-¿Por qué me preguntas eso? ¿Es que acaso no te lo he demostrado?
-Sí me lo has demostrado es solo que es lindo escucharte decir que me quieres.
-Yo ya no te quiero.
-¿Qu…é?- Me di vuelta asombrada.
-Yo te amo- Tomó mi rostro entre sus manos.
-Yo igual Cam pero eres un tonto- Le pegué.
-¿Por qué?
-Porque me asustaste.
-Tú me asustaste ahora al decirme que era un tonto.
-Tonto- Le lancé agua.
-Oye, eso no es justo.
Así comenzamos una guerra de agua, él me lanzaba agua y yo de vuelta, pero luego de unos minutos ya no se me estaba haciendo tan divertido ya que había tragado más de la mitad del agua de todo el océano.
-¿Estás bien?
-Sí- Seguí tosiendo.
-No juguemos más.
-De acuerdo- Me restregué los ojos.
-Te quiero linda.
-¿No qué me amabas?
-Está bien- Rió- Te amo felpudita.
-No más que yo- Lo abracé.
-Esto es incómodo…
-Sí- Dije al sentir algo presionar contra mi vientre- Pero yo quiero abrazarte.
-Pues abrázame.
-No te quiero abrazar con eso.
-¿Qué tal así?
Me levantó dejándome con las piernas rodeándole la cintura, lo abracé y lo besé ya que no sentía nada extraño. Nuestros besos no cesaron ni por un momento pero el agua y la fuerza de gravedad nos estaban jugando en contra; de a poco me estaba resbalando hacia abajo. Hoyo en uno, eso fue lo que obtuvo Cameron esta noche, un inesperado y tal vez deseado hoyo en uno.
Me mordí el labio para no gemir, me ruboricé al ver la cara de risa de Cameron, al parecer esto le había causado bastante gracia.
-No te rías.
-Es que no esperaba que pasara esto.
-Yo menos. Suéltame para que pueda bajarme.
-¿De verdad quieres bajarte?- Me puso su expresión más tierna.
-Si viene alguien nos sumergimos ¿De acuerdo?
-Sí- Sonrió efusivo.
Presionó con fuerza mis caderas y comenzó a moverlas sincronizadamente, alejándolas y luego acercándolas a él. Comenzó otra vez con sus dulces besos en el cuello, sencillamente me encantan. Con el paso de los minutos sus brazos comenzaron a perder fuerza y consistencia, claramente estaba agotado y a penas se podía a él mismo por lo cual avanzó hasta la orilla y nos tumbó a ambos en la húmeda arena para finalizar aquello que habíamos comenzado en medio del mar.
- No puedo creer que hayamos hecho esto aquí- Recosté mi cabeza en su pecho.
-Ni yo, pero lo que más me cuesta creer es mi suerte- Soltó una adorable risotada.
-Eres un suertudo .
-Lo sé, tengo a la mujer más maravillosa del mundo.
-Yo tengo al chico más suertudo de todo el mundo.___________________________
Ya casi acaba saben... faltan como nueve capitulos :( y la verdad no quiero que acabe, oh! y tambien ya casi llega la novela a las 100,000 visitas y para mi es algo que no pense que sucediera, les agradezco mucho por leerla y tenerme paciencia estas semanas que han pasado, ya que antes subia casi todos los dias y ahora solo subo los viernes y sabados ya que entre a la preparatoria y ya saben el rollo aburrido de tareas, examenes y esas cosas. Bueno mañana les subo otra capitulo :) xoxo