Ronja la hija del bandolero

Regreso al castillo

El verano estaba en todo su esplendor aunque pronto terminaría y los dos chicos tendrían que regresar al castillo para pasar el largo y feo invierno, el poco tiempo que les quedaba lo aprovechaban al maximo y una que otra vez se volvieron a encontrar con Mía y Corin el chico aún miraba a Ronja hipnotizado pero nadie sospechaba.

-Y ¿hasta cuándo se quedarán?. Preguntó un día Mía.

-Nosotros venimos de visita cada año pero nos iremos en cuando termine el verano cierto Birk.

-Asi es.

El día por fin llegó y ambos chicos se dirigían al castillo cuando entraron todos estaban felices de la llegada de aquellos adolescentes quiénes contaron todas sus aventuras a excepción de los besos que se habían dado(claro si Matiss se enteraba e4a capaz de asesinar al pobre Borkason) y lo de sus nuevos compañeros.

- Ronja, te he cambiado tu habitación a una en la parte de arriba y en cuanto a ti pequeña serpiente tu padre Borka y yo estamos de acuerdo en que ahora tu habitación esta al lado de la de mi pequeña. Dijo ya un poco más serio Matiss.

-Genial padre.

-Nada mal. Comentó el joven Borkason al ver su nueva habitación.

- La mía tampoco está mal. Dijo emocionada la hija del bandolero.

Después de cenar y  de un poco de baile y celebración era hora de que ambos chicos fueran a dormir, se fueron cada uno a su cuarto y se despidieron.

Ronja se quedó profundamente dormida mientras el chico pensaba en ella inquieto se adentró en la habitacion de su "hermana" y se recosto junto a ella, al sentir algo la chica se despertó.

-Birk! ¿que haces aquí?

-Yoo, ahh, es que bueno no podía dejar de pensar en ti y en lo linda que eres, ¿puedo dormir contigo esta noche? Por favor Ronja.

-Esta bien hermano.

La chica volvió a quedar profundamente dormida y el joven Borkason intentó contenerse en vano pues la besó de nuevo.