Descubiertos

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Cuando Matiss y los  chicos llegaron al pueblo se quedaron asombrados por todas las cosas que había en el lugar.

- Wow, nunca había visto nada igual.

-Pues yo tampoco, hermana mía.

Mientras tanto Mía buscaba desesperadamente a Corin.

-Da igual si no lo encuentro ire sola. Se decía Mía.

-¡Mía!,¡Mía!.

Mía dio la  vuelta y se encontro con Ronja, Birk y Corin, Matiss estaba intercambiando algunas armas.

-Mía, mira te he traído a los chicos los encontre por aquí.

- Hola Ronja, hola Birk, quería hablar con ustedes.

Ronja y Birk se miraron confusos.

-¿Que ocurre?, ¿De qué quieres hablar?

Mía tomo aire y decidió ser directa.

-¿Quiénes son realmente?

La pregunta dejo atónitos a ambos hermanos, no sabían que responder, ni si quiera sabían porque la pregunta.

-¿A qué te refieres?. Ronja sólo quería salir corriendo junto a su padre y curiosamente Birk quería hacer lo mismo.

-Bueno, una vez iba paseando por el bosque con mis padres, en una carreta con mucha mercancía y los bandoleros nos atacaron aunque el viento soplaba fuerte ese día y la máscara del líder se levantó un poco dejando ver un rostro como el tuyo.

En eso Matiss llegó y dejo a Mía petrificada.

-Dejo ver ese rostro. Para que Matiss no escuchara se acercó al oído de la chica.

Ronja quedo muda e imitando la acción  de su compañera se acercó al oído de Mía.

- Me has descubierto, entiendo si ya no quieren hablarnos, pero por favor no vayan con el sheriff.

- No te preocupes no lo hare, pero no me gustaría dejar de hablarte espero que nos veamos en el bosque.

Con estas palabras se despidieron los cuatro chicos. Matiss pregunto a Birk y a Ronja si no querían comprar nada, los chicos se decidieron por unas botas para cada uno, un vestido verde pasto para Ronja y dos collares iguales para ambos chicos.

Matiss quería saber que era lo que las chicas se habían susurrando parecía que ya se conocían desde hace tiempo pero sabía que su hija no le hablaría del tema por lo que no pregunto.

Al llegar al castillo todos los bandoleros preguntaron a los chicos como les había ido, que habían comprado.

Cuando llegó la hora de ir a dormir Ronja le pidió a Birk que durmiera con ella pues se sentía rara no sabía lo que le pasaba no quería que Mía les dejará de hablar pero sabía que eso era lo mejor.

- Hermana, ¿en que piensas?

-En que no quiero que Mía deje de hablarnos, pero si es lo que ella decida junto con Corin.

- Sólo hay que dejar que todo pase natural, además no se, este año no tengo muchas ganas de ir a la cueva, pero si tu quieres ir podemos ir por un pequeño tiempo.

- Si, esta bien iremos un pequeño tiempo.

Ronja se quedó profundamente dormida que no escucho lo último que dijo el pelirrojo.

-Te quiero hermana.

Ronja la hija del bandolero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora