Bandoleros necios

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El día aún no terminaba y Ronja paseaba sobre el lomo de Villano con Mía atrás y Birk con Salvaje y Corin atrás.

-No puedo creer que domaran a estos caballos, son hermosos.

Corin estaba tan impresionado como Mía por todo lo que Ronja y Birk les iban contando de su niñez.

- Ronja, puede que no quieras pero, ¿recuerdas cuando saltaste el desfiladero del infierno para salvarme?

La castaña puso una mirada seria recordando todo lo que había pasado, no le gustaba recordar cuando Matiss la rechazo frente a todos los bandoleros, Borka y sobre todo su hermano, para ella era mejor olvidar eso.

-Claro que lo recuerdo Birk, no quiero que vuelvas a mencionarlo.

El chico sólo se quedó callado y asintió sintiéndose algo culpable por haber recordado ese momento pero a el le pareció un gesto único que la chica que el ama hiciera eso por el.

Mía y Corin en cambio tuvieron que aguantarse la curiosidad que los consumía por dentro y prefirieron quedarse en silencio.

- Birk, creo que es mejor que nos vayamos a casa.

-Mm, claro.

- Que mal chicos, Mía y yo queríamos seguir escuchando sus grandes aventuras.

- Si, pero si tienen que irse no los culpamos.

Los cuatro chicos se despidieron y salieron cada quien con su pareja.

-Mmm, Ronja perdoname.

- Si te refieres a lo que pasó hace un rato, no te preocupes, pero por favor no vuelvas a mencionar  tema, no me gusta recordarlo.

Siguieron caminando en silencio tomados de la mano.

- Hola chicos.

Lovis era la única que estaba dentro ya que los bandoleros estaban "castigados" haciendo las peores labores de la granja y Undis estaba con Borka, Matiss  y sus bandoleros en su parte del castillo.

- Hola, madre.

-¿A donde fueron? No se tardaron tanto.

-Fuimos a pasear en nuestros caballos por el bosque.

Ronja se dirigió a su habitación seguida de Birk.

- Ronja, sigues molesta cierto.

La castaña ya se estaba fastidiando de que Birk se disculpara o le dijera eso.

-¡Ya te dije que no!

Birk estaba algo asustado por la reacción de la chica y decidió irse.

Más calmada Ronja intentó que Birk no se fuera.

- Lo siento, no quise gritarte pero ya me cansé de que te estes disculpando.

-En ese caso ya no lo hare.

En la habitación de la chica sólo se oían las respiraciones de los chicos Birk al igual que Ronja estaba recostado pensaba en lo hermosa que se veía su hermana con el cabello atado y lo que daría por sentir sus labios contra los suyos sólo por in momento.

Ronja pensaba en todo lo que había pasado ese día y en que había sido algo dura con Birk y que ya había pasado algún tiempo desde que ellos se habían besado.

De manera instintiva los dos terminaron sentados en la cama, sus frentes estaban tan cercanas y podían sentir sus respiraciones, se fueron acercando lentamente hasta que sus labios se unieron en un dulce y largo beso que contenía todos los sentimientos que ellos sentían el uno por el otro.

Se separaron por falta de aire y se miraron con ternura pero ambos querían seguir con eso y volvieron a besarse hasta que Ronja quedo acorralada por Birk. Cuando el pelirrojo se dio cuenta de lo que había hecho se sonrojo y se separó de su "hermana".

-Creo que  sera mejor si vamos a cenar.

-Claro, vamos.

Y una vez más salieron tomados de la mano, pero una voz hizo que Ronja casi aventara al pobre Borkason por las escaleras.

-¡El robo de hoy salió exitoso!

-¡Claro, conmigo a cargo todo sale bien!

Eran los dos jefes de bandoleros celebrando  (como de costumbre) el robo de esa tarde.

-Oh, Ronja.

Matiss estaba tan feliz que cargó con mucha dificultad a su hija y le dio vueltas por el aire mientras esta reía, Borka corrió hacia su hijo y le dio un gran abrazo.

- Ronja, ¿desde cuando estás tan pesada?, no importa, queremos contarles del robo de hoy, no ha habido un robo tan exitoso desde la primavera pasada.

A los chicos no les importaba en lo más mínimo saber del robo de ese día pero no querían entristecer a sus padres por lo que se sentaron junto a ellos.

- No creerán lo que pasó el día de hoy.

- Yo les quiero contar.

-Birka, sólo porque no tengo ganas de pelear pero adelante cuentales.

-Estabamos en el bosque listos para nuestro robo y que creen, las personas que asaltamos no traían guardia y eran tres carretas.

-Nos dieron todo sin resistirse, ah como me gustaría que Noddle Peet estuviera aquí para celebrar.

Ronja se acordó de aquel anciano y decidió hacer algo.

- No lo creo.

Todos miraron a Ronja sorprendidos.

- Ronja, hija ¿A qué te refieres?

-Noddle Peet antes de morir dijo que el "oficio" de bandolero ya no era tan divertido, que era peligroso y se sentía orgulloso de nosotros- Ronja señaló a Birk. - Y estoy segura de que también estaría orgullosos de ustedes si dejarán de robar y buscarán un trabajo.

-¡Pero como te atreves a decir eso!, ¡¿Dónde crees que el inútil de Borka y yo conseguiremos un trabajo?!, ¡Toda nuestra vida hemos estado robando y tu quieres que lo dejemos!

-Solo digo que pueden hacer algo que no los metiera tanto en problemas.

Ronja no quiso seguir discutiendo y se fue a su habitación sin hacer caso de lo que Matiss le siguió diciendo.

Después de un rato Birk se aburrió de todo el bullicio y se fue también a su habitación.

La  chica lloraba en silencio por no hacer reaccionar a su padre hasta que una idea llegó a su cabeza.

- Le contaré a Birk mañana.

Emocionada por encontrar una idea que ella estaba segura que funcionaría se quedó profundamente dormida.

Ronja la hija del bandolero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora