capítulo 23 Ginecólogo

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Iniciamos una pelea, estábamos completamente sucios, llenos de barro, nosotros queriéndonos matar, mientras que hombres luchaban sobrevivir a una pequeña trampa para ratones, cientos de hombres rodeados por miles de soldados del Vietcong. Estaba enfurecida, nunca había sentido tanta rabia en mi vida, ni si quiera las pocas veces que me he cruzado con mis propios padres y me demostraban su indiferencia. Había sobrevivido a un accidente de helicóptero, justo el que me encomendó Jake Griffin. Después de recibir varios golpes y separarme le dio tiempo a dispararme una única vez, si por aquel entonces hubiera querido ese hombre sería desprestigiado con la prueba de balística. Caí en algo blando era un cadáver de un norvietnamita, cuando quise levantarme palpé el metal de un AK- 47, a pesar de estar a punto de desmayarme por el dolor del disparo, le apunté con el rifle, créeme cuando te digo que le advertí que no lo hiciera:

– Suelte el arma Coronel Griffin– tenía los dedos entumecidos por el frío y temblaba mucho, aun así intenté razonar una última vez, por ti, porque era tu padre– Las cosas no tiene por qué acabar así.

– Así es como tiene que acabar monstruo, no tienes cojones para matar a un enemigo de tu país, no lo vas a tener para disparar esa arma.

Rocé el gatillo y tenía razón a medias, no podía matar a un hombre tan a sangre fría. Entonces podía acabar de dos formas, vivir o morir, sí vivía tendría que convivir a tu lado sabiendo que había arrebatado la vida a tu padre o morir, fallaría a la promesa que te hice de que trataría de volver, pero en ese caso ¿qué clase de honor te habría vendido tu padre? De las dos formas tendría las de perder. Entonces fue todo rápido, nuevamente me volvió apuntar, así pues cerré los ojos y apreté el gatillo, cuando volví abrir los ojos él ya estaba en el suelo. Agonizando, ahogándose en su propia sangre, solté el arma y cobardemente me marché sin mirar atrás, Rayos X estaba cerca, solo tenía que evitar cruzarme con algún Nortvietnamita o del VietCong.

Entonces en ese tramo en el que vi la muerte más cerca que lejos, me dio tiempo a pensar, que contar si sobrevivía, no podía decir públicamente que había matado al Coronel Griffin porque acabaría en la cárcel, por mucho que dijera que me había defendido y luego ¿Qué contarte? ¿Qué tu padre quiso matarme? O ¿Qué directamente fui yo quien acabó matándolo? Entonces se me ocurrió la idea, hice del Coronel Griffin un mártir, ante sus hombres...

No podía permanecer sentada mientras terminaba de contarle el relato a Clarke, ella sí que siguió sentada y miraba sus pies con el ceño fruncido, eso casi me llenaba más de ansiedad, su silencio, pero tenía que procesar toda esa información. Jake Griffin había muerto por salvarme la vida, al menos esa era la versión oficial y por mucho que Clarke dijera que no le afectaba, solo tenía que ver su cara para descubrir todo lo contrario. No dejaba de ser su padre, por mucho que no hablara de él, a la gente le gusta creer y tener esperanzas, creer que pudo haber sido un hombre bueno que amó a su madre hasta el último día de su vida.

Lo intenté, intenté que Clarke pensara eso, intenté que tuviera una bonita historia que contar a nuestros nietos sobre su bisabuelo, pero ¿a qué costa? era algo que lentamente me estaba consumiendo, saliendo a grandes oleadas y llenas de furia mientras duermo, estaba enloqueciendo y obvio que no quería que saliera a la luz. Nuestro matrimonio empezó mal, siguió mal cuando regresé y la segunda vez... no sé qué me pasó la segunda vez, quizás lo vi como una oportunidad de deshacerme de esos fantasmas aunque tuviera que suprimir a Clarke. La mujer con la que constantemente choco:

– Y ante sus hija– termino, por fin termino esta mentira– Quizás inconscientemente lo hice por egoísmo, quizás si te contaba que el asesino había sido otro yo no corría el riesgo de perderte, llega un punto que este nivel de vida cansa– por fin se dignó a mirarme, aun noto la confusión en su expresión– y puede que aprovechara mi amnesia para suprimirlo incluido tú y cada vez que resurgías quizás volvía a recordar todo lo malo porque así se hacía más fácil

Honor Guerra y Amor 2 (Clexa G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora