Honor Guerra y Amor 2 (Clexa G!P)

capítulo 26 Cascabel

7 de Junio de 1969

– No quiero que me malinterpretes Clarke– comienzo a explicarle– ella estuvo ahí cuando necesitaba a alguien– espero que no se lo tome como algo que se la echa en cara– la quiero es mi mejor amiga, si quieres gritarme por ello...

Agaché la mirada y esperé la reprimenda o algún tipo de escena de celos. Clarke sigue siendo mi mujer y a pesar de que no he vuelto a estar con Ontari, a pesar de que mi vida desde que regresó Clarke ha sido la única con la que he pasado mi tiempo, una parte de mí echaba de menos sentarme con ella y hablar, simplemente eso, hablar. Clarke pasa la mano por mi brazo y me sorprende:

– No– la miró y no veo ningún atisbo de enfado en su rostro– No te voy a gritar por ello, ojalá tu historia con Ontari nunca hubiera existido, pero existió y puedo comprender que la quieras– levantó la mano e hizo el signo de pequeñito juntando el dedo gordo e índice– solo un poquito. Lexa, pero al igual que nosotras intentamos llevarlo de una manera– puso los dedos en forma de comillas– "diplomática" tú debes entenderme a mí y a ella, no pretendas tener una harem para ti solita y tener que andar compartiéndote, me jode que puedas querer a Ontari como si fuera un plan b como si tuvieras la desconfianza de que yo te fallaré en algún momento o que Ontari tenga que aguantar verte conmigo, no es justo– se encogió de hombros y me agarró de las manos– quizás en un futuro...

– Se va Clarke, no voy a dejar que se vaya sin decirla adiós, pero... no es fácil

Pasa sus manos detrás de mi cuello y se pega más para abrazarse, cierra los ojos y musita antes de dirigirse a mí:

– Me arrepentiré de esto toda mi vida– abre los ojos y me mira fijamente– puedes despedirte de ella pasa una mañana o yo que sé una tarde– ir a ver a Ontari era sinónimo de morir, pero si era la propia Clarke quien me daba permiso y ya que suena de paletos que una mujer controle mi vida, pero cuando esa mujer es capaz de vengarse con más laxante, voy a abrazarla pero se separa un poco y me señala con el dedo índice en señal de advertencia– ni se te ocurra besarla y no hace falta decir que tu pajarito debe estar dentro de la jaula en todo momento, es mío

Ahora sí que le abrazo y le beso, en el cuello, la mejilla los labios, donde pillara en todo momento. Es como tener a la Clarke que conocí en un consultorio de nuevo entre mis brazos. Estos años han sido duros y tan complicados que es difícil no cambiar:

– Te amo Clarke, no puedes imaginarte cuanto

Me responde el abrazo:

– Y yo a ti, cuando regreses de decirle adiós a ella– se separa y me mira a los ojos, ese brillo en los ojos del otro día prevalece, ¿qué tiene últimamente que le veo más hermosa? ¿Puede ser porque le ha crecido más el pelo o... no quiero pensarlo, pero como hace días que no me deja tocárselas, la veo un pelín más de escote ¿le han crecido? "pero como te pones a pensar en eso ahora" volví en sí, para tratar de escucharla mirando a sus preciosos ojos azules– me gustaría contarte algo, muy importante, puede que sea precipitado, aún hay mucho riesgo y más con mi historial– eso era preocupante ¿tenía un problema de salud? – pero yo tengo la esperanza y cuando tú lo sepas más...

– ¿Por qué esperar a que le diga adiós a Ontari? – eso es lo que más me desconcertaba– ¿qué tiene que ver ella? Puedes decírmelo ahora

Bajó la mirada y me soltó las manos para dar media vuelta y dirigirse al escritorio para apoyarse sobre el:

– Quizás, hace un mes e incluso ahora tengo tentaciones de hacerlo, de decírtelo– manoseó una pluma– Pero, por primera vez en mucho tiempo voy hacer lo que creo que es correcto y no ser tan egoísta.

Caminé hacia ella y le giré, alcé de su mentón para que me mirara a los ojos:

– Clarke, no entiendo una mierda de lo que hablas, al menos asegúrame que no es nada malo