Octubre de 1968
Altas horas de la noche. A pesar de que camino por el salón de mi casa, observo varias cosas que no están bien. Una botella de ron medio llena al borde de la mesa y vaso sucio al lado. Me abracé a mí misma intentando entrar en calor, ya que el frío comenzaba a llegar en Octubre. Un fuerte estruendo hace que me agache y me cubra ¿eso ha sido una bomba? Escucho un castañeo y tardo en darme cuenta que son mis propios dientes, no quiero salir de casa y aun así lo hago, a unos metros de mi porche hay un hombre o un chico, no lo distingo bien ya que su cabeza está tapada con un saco, está maniatado y musita frases en otro idioma, el rocío de la madrugada impregnando las hierbas que hay bajo mis pies llaman mi atención unos segundos, estoy descalza y los bajos de mi pijama se están ensuciando. Mi cerebro me grita que vaya dentro de la casa y llame a la policía, pero últimamente desobedezco lo que mi lógica me dice, me acerco y cuando estoy a escasos metros mi entorno cambia y otra bomba cae a poca distancia:
– YA LO HAS OÍDO WOODS– llena de pánico contemplo a mi suegro gritándome a pocos centímetros, me entrega un arma en la mano y hace que apunte al hombre maniatado y arrodillado– HA VENIDO A MATAR AMERICANOS, ESTA ORGULLOSO DE MATAR A TUS COMPAÑEROS, MATALO
Con la mano temblorosa le apunto a la cabeza:
– Señor, esto es una ejecución– posiblemente me gane un puñetazo u otra paliza de Griffin– ¿Qué me diferenciaría de ellos?
No soy una asesina. Griffin me arrebata el arma de las manos pone en pie al prisionero de guerra, me lo tira y antes de que llegue a mis brazos le dispara salpicándome de sangre, el peso muerto cae sobre mí y me hace caer, tiemblo, dios solo sabe cuánto estoy temblando, consternada porque el cuerpo de un hombre o posiblemente muchachito que no llegue a la veintena está sobre mí sin vida:
– Estoy es la guerra Woods– me dice mi suegro– no puedo creer que haya permitido que te casaras con mi hija, seguro que eres tan inútil monstruo que ni embarazarla podrás– se agacha para mirarme con sus gélidos ojos azules– si en un año no me habéis dado un nieto te juro que estás muerto.
Se aleja y llena de pánico intento quitarme el cadáver de encima pero no puedo, lucha, lucha por permanecer encima e incluso me pelea, intenta aferrarme de las mejillas "Lexa" escucho a lo lejos la voz afeminada de una mujer "Lexa, Lexa despierta" la escucho más cercana, y el cadáver durante unos breves instantes se transforma en una mujer de ojos azules "LEXA" hasta que esa hermosa imagen acaba difuminándose en otra igual de hermosa, los ruidos de los disparos y bombas han desaparecido, hasta solo escuchar el frío viento de la madrugada. Ontari sigue sosteniéndome entre sus manos:
– Dios, Lexa vas a enfermar, vamos dentro de la casa.
Me dejo guiar, mientras sigo temblando, no consigo distinguir exactamente cuál es su causa, cualquiera diría que del frío que ha conseguido calarme hasta los huesos, pero yo, ese sueño era tan real, tan vivido que ya no sé si es otro recuerdo o un producto de mi imaginación.
Muy a mi pesar, descubrí que había caído en el alcoholismo, en el momento que retomé el diario, unas breves páginas en el que vi luz y felicidad entre mi mujer y yo, con nuestras discusiones, aunque ya no me sorprendían, entonces solo pude leer y entender las razones por las que no quiero recordar y aun así, los revivo cada noche. Ontari me arropa y me calentó un vaso de leche para que entrara en calor. Normalmente ella se niega a dormir en mi casa, prefiere la suya, aunque no me lo dice, sé que tiene que ver más con Clarke ya que quiero tener un acercamiento más de la cuenta en la habitación principal se aparta.
Aún no hemos llegado a traspasar todos los límites, ni nos mostramos muy activas sexualmente, como para estarlo con tremenda loca, porque creo que me está pasando eso, que estoy enloqueciendo con la poca información que me brinda mi propio cerebro, recuerdos tan disparatados y tan horribles.
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Honor Guerra y Amor 2 (Clexa G!P)
FanficHonor Guerra y Amor dejó grandes incógnitas sobre nuestras protagonistas. Aun sabiendo el principio y el final, quedamos prendados por el rumbo que tomaron nuestras protagonistas. ¿Por qué Clarke se marchó con Niylah? ¿Por qué Lexa tuvo una aventura...