Parte 1

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Lo menos que esperaba aquella noche, era recibir esa llamada.

Por la misma razón es que conducía como loco hacia la comisaría.

Por esa razón en su mente se formulaba ya mil y un maneras y formas de regaños. Porque solo a ese chiquillo imprudente se le ocurría. Y por supuesto, el único idiota que siempre sacaba su culo de los problemas era él. Pero se lo tenía merecido, por ser tan manipulable.

Irrumpió preocupado en el lugar, yendo al mostrador y preguntando por él. Rápidamente le informaron la situación. En cuanto se enteró, KyungSoo definitivamente se dijo a sí mismo, que ese mocoso iba a estar castigado por lo menos un mes, y de su cuenta corría.

Posesión de drogas y alcohol, atrapados en una fiesta clandestina. Hubo un alboroto y varios vecinos se quejaron.

El oficial a cargo lo dejó pasar a las celdas y rápidamente identificó al grupo de jóvenes. Todos con peinados extravagantes, ropas que en su mayoría eran de tonos oscuros, maquillaje a pesar de ser prácticamente todos varones, pero claro, a ese mocoso le encantaba ese ambiente.

—Tiene cinco minutos – le dijo el oficial, y KyungSoo se acercó a la horda de jóvenes, doliéndole verlo detrás de las rejas, a él específicamente.

— ¡Byun BaekHyun! – Baek levantó la vista de sus rodillas, donde se había ocultado y bajado la cabeza, encontrándose a KyungSoo de frente.

— ¡Soosie! – canturreó el otro, con su voz melosa y apacible, tratando de llenar los oídos de KyungSoo para que le otorgara fácilmente el perdón y sacarlo del lío. – Sácame, por favor, Soosie – hizo un puchero con los labios y se aferró al barrote de la celda. KyungSoo suspiró.

— ¿En qué demonios estabas pensando, Baek? – Estaba claramente decepcionado. Sin embargo también le dolía verlo en ese sitio – te he dicho mil veces que no te metas en problemas. Tu padre va a matarte.

—Por eso no lo llame a él, Soo. Por eso te llamé a ti. – picoteó su hombro a través de la reja. – Anda sácame – dio un par de brincos, aferrándose al frío metal. KyungSoo sabía que era solo para darle más dramatismo a la petición.

—Esta es la última vez que te saco de un problema tal – lo apuntó – sabes perfectamente que detesto ese ambiente en el que te gusta estar. – Iba a dar la vuelta para librarse de la influencia que ejercía el pequeño pelirrojo en él, cuando sintió su suéter ser jalado y se volvió a encontrar con sus ojos.

—Ya que es la última vez – le dijo con la voz más melosa que nunca antes había escuchado. - ¿Puedes no solo sacarme a mí?

— ¿Disculpa? – Le puso sus ojos de cachorro y KyungSoo casi pudo advertir que derramaría lágrimas. Por más falsas que supiera que eran, aun le afectaba. Maldito Byun BaekHyun y su estúpido y adorable ser.

— ¡ChanYeol! ¡SeHun! – Baek volteó llamando a dos tipos que de la nada estaban ya junto a él. Lo observó decirles algo en voz baja y luego se dirigió a KyungSoo de nuevo. – No pueden pasar aquí cuarenta y ocho horas. Es un problema para ambos y bueno... - Titubeó sobre lo que diría a continuación, respirando profundamente y aferrando una de sus manos contra la de KyungSoo a través del barrote – Por favor – suplicó – sácanos a los tres.

KyungSoo hubiera gritado que no. Porque, mierda, no iba a sacar a nadie más de ahí, menos a dos sujetos que lucían como si acabaran de bajarse de un concierto de rock en donde, bajo las gradas, se drogaban, fumaban, bebían y tenían sexo. Después recordó porque los habían detenido y suspiró. Él habría logrado decir que no, si BaekHyun no lo influenciara tanto.

JEWELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora