Parte 4

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Despertó entre sabanas color perla, rodeado de unos brazos conocidos, pero no exactamente los que quería ver.

No tenía señales de resaca, aunque sabía de sobra que no había bebido prácticamente nada. Se incorporó lentamente, haciendo que el cuerpo que yacía a su lado se removiera incómodo y abriera perezosamente los ojos.

—Buenos días, KyungSoo hyung. – Lo saludó con ojos soñolientos y aquella bonita sonrisa de la cual KyungSoo no se sentía merecedor.

—Buenos días, JongIn-ah

— ¿No es muy temprano? Duerme un poco más

Tenía conocimiento de que aquello no era totalmente una petición para cuidar de su salud, sino más bien un intento desesperado por pasar un poco más de tiempo en su compañía. KyungSoo revisó su celular, eran las diez de la mañana de un sábado y tenía mensajes de BaekHyun, JongDae y Kris, así como varias llamadas perdidas.

—Debo irme – se frotó los ojos desperezándose – mi hermano está preocupado. Ayer se quedó en mi casa.

—Entiendo. 

JongIn era una persona importante para KyungSoo aunque no lo pareciera así. Lo conocía de hacía un año, era un modelo prestigioso y ya llevaba dos temporadas modelando los diseños principales de KyungSoo, aquellos que no estaban a la venta. Era joven, de la edad de su hermano y era un chico apasionado, enamorado de todo lo que representaba KyungSoo.

El respeto, la imponencia, el garbo, el ambiente elegante en el que se manejaba, la manera en la que los demás hacían exactamente lo que decía, el mundo que lo rodeaba, la fuerza que emitía simplemente al caminar entre los demás, el misterio. Para JongIn, KyungSoo era un enigma que había intentado descifrar desde la primera vez que se vieron, cuando este decidió que era ideal para modelar una de sus colecciones más importantes. JongIn era el modelo masculino, había una chica modelando también con él, ellos eran los que se encargaban de pasearse por el salón con las joyas que KyungSoo les elegía.

Sin embargo JongIn se había enamorado de él, porque KyungSoo se veía fuerte y poco accesible, pero por el contrario, siempre procuró que se sintiera cómodo y se encargaba de decirle la manera correcta de portar las joyas.

Al principio, JongIn había decidido que tenía que ponerle fin a ese enamoramiento platónico y sin sentido, y que probablemente lo haría si daba el siguiente paso, así que en uno de los ensayos se aventuró a besarlo, a pesar de que el toque fue tímido y después de eso KyungSoo le llamara la atención porque "nunca debes involucrarte sentimentalmente con las personas con las que trabajas" JongIn no dejaba de sentir aquella necesidad flotando a su alrededor cada vez que Do KyungSoo se paseaba tan elegante por los pasillos de la firma.

Siguió robando besos indiscretos, a espaldas de todos, que con el tiempo fueron aumentando de intensidad, logrando que finalmente, KyungSoo sucumbiera a sus deseos y en una noche en la que habían decidido festejar porque el trabajo estaba casi completo, terminaron en esa misma casa, haciendo el amor en cada rincón que se les pusiera en frente. Probablemente fue uno de los días más felices en la vida de JongIn, pero al día siguiente, KyungSoo le dijo que no lo amaba, que simplemente había sido sexo, pero a él no le importó ser el que le daba consuelo, y así fue por un tiempo.

Por eso se sorprendió cuando lo llamó a mitad de la noche, después de meses sin siquiera mandarle un mensaje o preguntarle cómo iba su vida, solo eso. Una llamada, abrirle la puerta y dejarse hacer el amor toda la noche hasta que las frustraciones de su jefe desaparecieran.

—Lamento hacer esto – la voz de KyungSoo, probablemente despidiéndose, lo sacó de sus recuerdos – voy a compensarte.

—No es necesario, hyung. Lo sabes.

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